LA ELECCIÓN EN ESTADOS UNIDOS
En Estados Unidos, el presidente y el vicepresidente se eligen por voto indirecto, un sistema que puede generar situaciones como la de 2016, cuando la demócrata Hillary Clinton le ganó al republicano Donald Trump en el voto popular, pero perdió en el Colegio Electoral.
COLEGIO ELECTORAL. El sistema data de la Constitución de 1787, que establece las reglas para la elección presidencial según el sufragio universal indirecto en una sola vuelta. Los fundadores de Estados Unidos lo vieron como un compromiso entre una elección del presidente por sufragio universal directo, que podía propiciar que los estados populosos prevalecieran sobre el resto, y una elección en el Congreso, considerada demasiado antidemocrática.
LOS ELECTORES. Son 538 en total. Cada estado tiene tantos electores como miembros en la Cámara de Representantes
(un número que depende de la población del estado) y en el Senado (dos en cada estado, independientemente del tamaño). California, por ejemplo, tiene 55 electores; Texas tiene 38; y los escasamente poblados Vermont, Alaska, Wyoming y Delaware tienen solo tres cada uno, al igual que la capital, el Distrito de Columbia.
CÓMO VOTAN. La Constitución deja en manos de los estados decidir cómo deben emitirse los votos de sus electores. En todos los estados excepto en dos (Nebraska y Maine), el candidato que gana la mayoría de los votos populares, gana todos los electores del estado. Un candidato necesita ganar 270 de los 538 votos de los electores para llegar a la Casa Blanca. Pueden darse situaciones como la de 2016, cuando Trump ganó la elección tras obtener una mayoría de electores (306 de los 538), a pesar de que Clinton había tenido casi tres millones más de votos. La Constitución no obliga a los electores a votar en un sentido u otro. Las leyes en algunos estados requieren que los electores respeten el voto popular, mientras que otros no imponen ese requisito. Pero los llamados “electores desleales” nunca alteraron el resultado final.