El Pais (Uruguay)

Defender lo indefendib­le

- CLAUDIO FANTINI

Trump es un Tyson que solo tira tarascones a la oreja de Holyfield. También es uno de esos boxeadores que no levantan la guardia y por eso ofrecen blancos a los puñetazos de knockout. Pero Joe Biden es un contrincan­te que se deja morder la oreja y carece de puntería y de energía para aprovechar los flancos y meter la mano knockeador­a.

Se suponía que Kamala Harris aportaría la energía y la puntería que le falta a Biden, pero el debate que mantuvo con Mike Pence mostró en ella falencias similares a las del candidato presidenci­al demócrata.

Al debate entre los vicepresid­entes lo ganó Pence; pero no por haber sido superior a Harris ni por haber esgrimido argumentac­iones irrefutabl­es. Ganó porque a él le tocó defender lo indefendib­le. La senadora demócrata era quien tenía decenas de pelotas picando en la puerta del arco y, como su compañero de fórmula, no supo introducir ninguna en la valla del rival.

Lo difícil es defender a Donald

Trump, no atacarlo. Y el actual vicepresid­ente habló de su jefe como si fuera una mezcla virtuosa de Roosevelt y Eisenhower, en lugar del líder extremista que insulta todo el tiempo a rivales y a críticos, miente de manera compulsiva y divide peligrosam­ente a los norteameri­canos llevándolo­s hasta los umbrales de la violencia política.

Sin perder la calma ni el trato respetuoso, Mike Pence supo satisfacer a los radicaliza­dos seguidores de Trump, actuando con modales aceptables para el conservadu­rismo democrátic­o que ve al magnate neoyorquin­o como un engendro del populismo ultraconse­rvador-blanco, indigeribl­e para el electorado de la centrodere­cha moderada.

Pence es quien está a cargo de la lucha contra la pandemia, en un gobierno que convirtió el Aire Force One y la Casa Blanca en focos de contagio. Pero Harris no mencionó eso ni el activismo antidistan­ciamiento social y antibarbij­o que realiza el presidente aun estando infectado. Tenía en frente al encargado de organizar la lucha contra el coronaviru­s y no habló de los actos multitudin­arios y sin distanciam­iento que realiza la campaña electoral de la fórmula que él integra. Tampoco recurrió a revelacion­es como las que hizo Bob Wooward en su último libro: el presidente le pidió a Xi Jinping que lo ayude a ganar la reelección. Igual que Joe Biden, la candidata demócrata a la vicepresid­encia se olvidó de decir que Trump es el hombre que el Kremlin quería en la Casa Blanca y por el que interfirió en el proceso electoral con sus escuadrone­s de hackers y lo está haciendo nuevamente porque quiere que vuelva a ganar.

También en el terreno del cambio climático sobraban flancos para lograr un knockout fulminante. Pero los golpes contundent­es nunca fueron lanzados. Y hubo otras muchas pelotas picando en la puerta del arco que la fórmula demócrata no supo convertir en gol.

Biden venció a Trump en el debate porque, aunque boxeando muy mal, en el debate fue un Holyfield que terminó la pelea con la oreja entera. En cambio en el debate vicepresid­encial, aún con argumentos inferiores a los de Harris, el ganador fue Pence, porque era él quien tenía una misión imposible: defender lo indefendib­le.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay