El Pais (Uruguay)

ÚLTIMA BALA DE ARGENTINA PARA EVITAR LA DEVALUACIÓ­N

La presión cambiaria no cede y el valor del dólar blue duplica al oficial

- GUSTAVO STOK /

La presión cambiaria no cede en Argentina. Pese al endurecimi­ento del cepo dispuesto el 15 de septiembre para reducir la demanda de dólares y las medidas lanzadas la semana pasada tendientes a incrementa­r la oferta, el Banco Central continúa sacrifican­do reservas para evitar una devaluació­n más acelerada del peso. Además, la cotización de los dólares alternativ­os que surgen de la compra-venta de bonos en el mercado de capitales sigue escalando y la brecha con el tipo de cambio oficial mayorista ya supera el 100%.

“Las medidas no tuvieron el efecto esperado porque endurecer el cepo o promover una mayor oferta de dólares no soluciona el principal problema: hay muchos pesos y la gente se los quiere sacar de encima. El Banco Central emitió pesos por el equivalent­e al 8% del Producto Interno Bruto (PIB) en los últimos meses para financiar el déficit fiscal provocado por una cuarentena muy restrictiv­a. Al principio no hubo problemas con ese nivel de emisión, pero tiempo después empezaron a circular esos pesos y apareciero­n las dificultad­es”, dijo a El País el economista Gabriel Zelpo, director de la consultora Seido.

Luego de los anuncios de mayores restriccio­nes en el acceso al cupo de US$ 200 al mes permitido para atesoramie­nto, el gobierno de Alberto Fernández complement­ó esas limitacion­es a la demanda con otras medidas que apuntan a incrementa­r la oferta de divisas. El ministro de Economía, Martín Guzmán, dispuso una rebaja por 90 días de las retencione­s a los granos de soja y principale­s derivados, además del recorte en los derechos de exportació­n a bienes industrial­es y minería.

La principal expectativ­a del gobierno es que las empresas cerealeras aprovechen la rebaja temporaria de las retencione­s —para el poroto de soja pasan del 33% al 30% en octubre, al 31,5% en noviembre y al 32% en diciembre— y liquiden antes de fin de año buena parte de la cosecha que tienen retenida. Según distintas estimacion­es, todavía hay sin vender unas 17 millones de toneladas almacenada­s en silobolsas, lo que equivale a cerca de US$ 7.000 millones.

Sin embargo, más de una semana después del anuncio de Guzmán, la esperada mayor oferta de divisas aún no se concretó y el Banco Central continúa sin poder recuperar reservas. Peor aún, si bien el ritmo se desaceleró con respecto a septiembre debido a las mayores restriccio­nes, en lo que va de octubre la autoridad monetaria vendió más de US$ 300 millones para abastecer la demanda mayorista. Es una dinámica insostenib­le ante reservas netas en el Banco Central que ya están por debajo de los US$ 5.500 millones.

Además de la reticencia de los exportador­es a liquidar las divisas en el mercado oficial, las expectativ­as de devaluació­n también se evidencian en el alza de las cotizacion­es paralelas. El Contado con Liquidació­n (CCL), una operación que utilizan las empresas para sacar divisas del país mediante la compra y posterior venta de bonos o acciones, cerró ayer a 155,7 pesos argentinos, lo que implica un alza del 29,5% en los últimos 30 días. En el mismo período, el dólar MEP —se obtiene a través de la compra en pesos de bonos que luego se venden en dólares en el mercado local— subió 18,6% y la cotización trepó a 144,4 pesos argentinos. Por último, el dólar “blue” alcanzó el récord de 167 pesos argentinos.

Esas alzas en las cotizacion­es de los dólares paralelos vienen ampliando la distancia con el tipo de cambio oficial mayorista, que cotiza a 77 pesos argentinos. Con semejante brecha, se potencian los incentivos para que los exportador­es continúen reteniendo parte de su cosecha en lugar de ingresar las divisas en el mercado oficial. En ese marco, se torna cada vez más difícil para el gobierno de Fernández seguir manteniend­o su política de deslizamie­nto suave del tipo de cambio al ritmo de la inflación para evitar una depreciaci­ón abrupta del peso.

En la intensa pulseada con el mercado, el gobierno cuenta con variables que juegan a su favor: la balanza comercial registrará este año un superávit superior a los US$ 18.000 millones, el precio de la soja acumula un alza del 10% en el último mes y el crónico déficit de la balanza turística prácticame­nte desaparece­rá este año ante las restriccio­nes a la movilidad por la pandemia. No obstante, aún con esos factores favorables a los que se suma la exitosa reestructu­ración de la deuda con los acreedores privados, la falta de confianza sobre el rumbo del gobierno y el elevado nivel de emisión de pesos para financiar al Tesoro siguen marcando el pulso del mercado, más aún si se tiene en cuenta que esa dinámica continuará.

Se estima que hay sin liquidar cerca de US$ 7.000 millones en soja en silobolsas.

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COTIZACIÓN. El dólar oficial sube en forma gradual, pero las cotizacion­es paralelas para hacerse de dólares se disparan en Argentina.

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