Presidente espera para ver si toma medidas
▃ El aura de intocable del general (R) Salvador Cienfuegos, de 72 años, llegó a su fin el jueves con su captura en el aeropuerto de Los Angeles (Estados Unidos), donde iba a pasar unos días con la familia, a petición de la DEA (la Administración de Control de Drogas) y acusado de presuntos actos de narcotráfico y lavado de activos.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, deslindó ayer sábado a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de la posible conducta delictiva de Cienfuegos. “Aún en el caso de que resultara responsable, no es lo mismo la conducta del general Cienfuegos que una institución como la Sedena”, aseguró López Obrador al visitar el estado de Oaxaca.
Señaló aunque se habla en Estados Unidos de que se tienen pruebas en contra de Cienfuegos, él esperará a que se presenten las mismas porque “no se puede juzgar a priori”. El presidente reiteró que si se demuestra que el general está involucrado con el narcotráfico entonces “tiene que haber castigo”.
Anticipó que de confirmarse esta responsabilidad, entonces ordenará un proceso de limpieza de las Fuerzas Armadas. “Si están en activo tienen que ser retirados y sometidos a juicio para que se cumpla con la ley”, señaló.
López Obrador estimó que la detención y acusación “es una señal inequívoca de la descomposición del régimen neoliberal”.