El Pais (Uruguay)

Una mujer confesó en Tacuarembó que mató y enterró a su expareja

El hombre, de 30 años, estaba desapareci­do desde el 10 de octubre

- GUILLERMO LORENZO

▃▃ La ciudad de Tacuarembó se vio conmovida por el crimen de un joven de 30 años que había sido denunciado como desapareci­do el pasado 10 de octubre.

La Policía y la Fiscalía comenzaron a trabajar para reconstrui­r los movimiento­s del joven la noche anterior a su desaparici­ón. Luego de varios días de investigac­ión lograron determinar que en la madrugada del 10 de octubre el joven se encontró con su expareja, de 42 años, y el hijo de ella, de 21.

La mujer confesó haber dado muerte al hombre y luego haber trasladado el cuerpo a la altura del kilómetro 186 de la

Ruta 31. Fue recién en la segunda indagatori­a que la mujer dio detalles de lo que había ocurrido esa noche. Relató que luego de una discusión habían matado al hombre y decidido trasladar el cuerpo, tomar una pala y enterrarlo.

La Fiscalía formalizar­á hoy a la mujer y al hijo.

La madre de Denys Sebastián Rodríguez (30) notó que algo no estaba bien. Su hijo había salido el viernes 9 de octubre de su casa, ubicada en el departamen­to de Tacuarembó, a un cumpleaños, pero no había regresado. Al otro día, como no tenía ningún dato sobre dónde estaba su hijo, decidió presentars­e en la sede de la Dirección de Investigac­iones y denunciar la ausencia.

A partir de ese momento los investigad­ores policiales comenzaron a investigar los movimiento­s del hombre durante la noche anterior a ser denunciado como desapareci­do. Para eso, los efectivos se reunieron durante ocho días con la familia de Rodríguez intentando reconstrui­r sus movimiento­s.

Fue analizando las cámaras de videovigil­ancia que la Policía logró visualizar­lo a punto de entrar a su casa en la madrugada del sábado. Pero cuando estaba decidido a hacerlo recibió una llamada telefónica que lo hizo cambiar de idea. Luego de eso, se perdió su recorrido.

A los pocos días un hombre estaba juntando leña en el balneario Iporá, ubicado a unos siete kilómetros de la ciudad de Tacuarembó, y vio tirados en el bosque unos documentos que eran de Rodríguez. La Policía entonces montó un gran operativo en la zona, que contó con rastrillaj­e con perros. En ese procedimie­nto se logró ubicar la billetera del joven y tarjetas de crédito.

UN GIRO EN EL CASO. Con las pertenenci­as de Rodríguez ya ubicadas, los investigad­ores policiales siguieron reconstruy­endo lo que había sucedido en la madrugada del sábado 10 de octubre. Fue entonces que se supo que el hombre se había encontrado esa noche con su expareja, una mujer de 42 años.

Según explicó a El País John Saravia, jefe de Policía de Tacuarembó, la mujer fue indagada por la Policía y se dio cuenta a la Fiscalía de 1er Turno del departamen­to. En esa instancia, sostuvo el jefe, surgió que la mujer había llevado los documentos del joven a la zona donde los encontró el hombre que juntaba leña.

“Ahí la investigac­ión tomó otro giro, y determinam­os que la búsqueda no se debía concentrar tanto en el operativo de rastrillaj­e, sino que había que enfocarse en la investigac­ión propia de hechos puntuales”, relató Saravia.

En ese momento se siguieron analizando las cámaras de videovigil­ancia de la zona y se logró establecer que la mujer, su hijo de 21 años y Fernández habían estado juntos en un auto luego de que el joven fuera a su casa y recibiera el llamado telefónico.

La Fiscalía entonces le tomó declaració­n al hijo de ella. Con la informació­n que se había obtenido del trabajo de la Policía y la Fiscalía se libró una orden de detención para ambos. El hijo, que ya había prestado su declaració­n, volvió a Montevideo,

donde vive, y fue detenido por la Policía.

Fue recién en la segunda indagatori­a que la mujer de 42 años dio detalles de lo que había ocurrido esa noche. Confesó que luego de una discusión habían matado a Fernández y decidido trasladar el cuerpo, tomar una pala y enterrarlo.

La mujer agregó que el lugar elegido para enterrar a la víctima fue en la Ruta 31, pasando el puente de Tacuarembó chico sobre un camino transversa­l. La Policía entonces fue con ella al lugar para encontrar el cuerpo de Fernández, pero al llegar no supo señalar con certeza el punto. Sin embargo, más tarde, su hijo sí aportó la ubicación exacta donde lo habían enterrado. A partir de ese momento se tuvo la certeza de que lo que en principio se investigab­a como una desaparici­ón había sido, en realidad, un asesinato.

La Fiscalía ahora trabaja en la recolecció­n de todas las pruebas que tiene para hoy formalizar a madre e hijo por el homicidio del joven de 30 años. No descartan otras detencione­s. Por otra parte, médicos forenses trabajan para establecer la causa de muerte de Fernández, ya que la mismas “no están claras”, afirmó Saravia.

El hombre fue a un cumpleaños, estaba por entrar a su casa y recibió un llamado.

La expareja de la víctima confesó haberlo matado y enterrado.

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GIRO. Lo que inicialmen­te fue investigad­o como una desaparici­ón era, en realidad, un asesinato; la causa de muerte aún no está clara.

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