El Pais (Uruguay)

NEGOCIAN RETIRO DE 700 FAMILIAS QUE OCUPAN EN SANTA CATALINA

Técnicos estatales se acercan a “okupas” de Santa Catalina

- EDUARDO BARRENECHE

En enero de este año, aprovechan­do el cambio de gobierno y la feria judicial, unas 700 familias se establecie­ron en poco tiempo en un predio estatal de Santa Catalina por donde pasa el colector del saneamient­o.

Tras 28 procesamie­ntos de personas realizados a mediados de este año por ocupacione­s ilegales y robos de leña, las actuacione­s judiciales fueron suspendida­s ahora por la negociació­n que inició un grupo interinsti­tucional con las familias que se radicaron en el terreno.

Consultado por El País, el fiscal de Flagrancia, Diego Pérez, afirmó ayer que este grupo —conformado por los ministerio­s de Vivienda y Desarrollo Social, el Instituto del Niño y Adolescent­e del Uruguay (INAU) y la Intendenci­a de Montevideo— está intentando encontrar una solución para el problema de la ocupación ilegal de un predio propiedad del Estado.

Según el fiscal Pérez, la intención es alcanzar una salida negociada con los ocupantes del predio. Es decir, el retiro voluntario de las más de 3.500 personas que se instalaron en el lugar.

Efectivos de la Zona IV (Cerro, La Teja y otros barrios) tenían previsto un operativo para ayer en el sitio ocupado, pero el fiscal Pérez lo suspendió dada la intervenci­ón de los organismos del Estado.

El equipo interinsti­tucional ha dialogado con los “okupas” para conocer sus necesidade­s en cuanto a viviendas y educación, y para saber qué beneficios reciben del Estado, particular­mente del Ministerio de Desarrollo Social (Mides).

El presidente del INAU, Pablo Abdala, dijo a El País que funcionari­os de la Dirección de Montevideo y de la Regional Oeste del organismo participar­on en tres reuniones interinsti­tucionales. “Lo que hace el INAU es un acompañami­ento. Nuestra presencia procura preservar los derechos de niñas y niños en una situación conflictiv­a”, explicó.

LA CABAÑA. La “megaocupac­ión” se inició en enero de este año cuando una supuesta cooperativ­a, montada en una cabaña, se instaló en el predio estatal. Esas personas les decían a los vecinos que los lotes eran para la gente del barrio y lo único que había que conseguir era alambres para delimitar los terrenos. Luego quisieron cobrar un “peaje” de $ 300 a cada interesado por los lotes en el campo privado de 100 hectáreas ubicado al costado del barrio Santa Catalina.

Los ocupantes, la mayoría de ellos residentes de esa zona, construyer­on ranchos con costaneros (tablas de pinos y chapas).

Un hecho que generó cierta conflictiv­idad entre la Policía y los ocupantes fue, en abril pasado, el desalojo de personas que habían levantado sus ranchos encima de un caño de saneamient­o donde circula agua a elevada presión. La vida de esos moradores corría riesgo en caso de que el caño se rompiera. A los pocos días de que estos fueran retirados, otras personas invadieron el lugar.

Luego de la ocupación, con el paso de las semanas, varias situacione­s llamaron la atención del fiscal Pérez. Una de ellas fue la presencia de maquinaria pesada en el lugar. Una retroexcav­adora abrió calles y derribó árboles en varias de las hectáreas ocupadas. El chofer de la máquina resultó formalizad­o por intentar sobornar a policías. También sorprendió al fiscal la rapidez de las personas que llegaron al lugar y cómo estaban organizado­s.

El 16 de abril de 2020, Pérez dijo que estaba investigan­do la posibilida­d de que narcotrafi­cantes estén detrás de las ocupacione­s en Santa Catalina. “No se descarta”, sostuvo.

El fiscal insistió sobre el tema: “Hay una organizaci­ón detrás de las ocupacione­s de ese predio. Al lugar se le asignó un nombre. Esa organizaci­ón cuenta con un asesoramie­nto importante. Y tiene una forma de distribuir los terrenos ocupados”.

Pérez reconoció que en el lugar se pudieron establecer familias humildes que precisan de un lugar para construir su vivienda. Y agregó que estás podrían estar siendo utilizadas por la organizaci­ón o, quizá, tener vinculació­n con ella.

El fiscal Pérez ordenó a la Policía suspender las actuacione­s.

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ZONA OESTE. El número de ocupantes ronda los 3.500 y se mantuvo constante pese a procesamie­ntos de la Justicia, según una fuente.

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