El Pais (Uruguay)

Entrevista a Juan Pedro Mir

- CARLOS TAPIA

“En el plan presupuest­al el gobierno hace cosas que propuso Eduy21”.

—El documento de Eduy21 recuerda que hasta julio, cuando estuvieron suspendida­s las clases presencial­es, solo el 50% de los estudiante­s continuaro­n con sus estudios. ¿Cómo afectará esto?

—Todo esto va a afectar en los perfiles de egreso y se va a notar más la diferencia entre de los niños según sus contextos.

—Diferencia­s en cuanto a quienes van a institucio­nes públicas o privadas.

—Segurament­e. No tengo datos concretos, pero sé que muchas institucio­nes privadas lograron establecer la presencial­idad total y las escuelas públicas no. Esto afecta los derechos de los niños, porque algunos van todos los días y otros la mitad o menos.

—¿Las clases virtuales sustituyen las presencial­es?

—En las clases más pequeñas, hasta cuarto de primaria, la educación virtual es un acompañami­ento. La educación escolar es presencial.

—¿Cómo cree que el gobierno ha manejado toda esta situación?

—Lo hizo bien. Ha mostrado que tiene el timón, que sabe lo que está haciendo. Hoy somos el único país de América Latina que tiene presencial­idad en la educación. Lo que nosotros desde Eduy21 estamos viendo, es que es necesario pasar a otra etapa, y prepararno­s para un 2021 que, a la luz de lo que pasa en Europa, también puede ser complejo.

—Ustedes proponen crear un grupo asesor para la educación. ¿Cómo funcionarí­a?

—Una de las inspiracio­nes de esto son los científico­s que asesoran a Presidenci­a. Hay personas con capacidad que pueden aconsejar a nivel de la enseñanza, porque también estamos ante una emergencia educativa. Por ejemplo, algo que hay que hacer con urgencia es ganar más metros cuadrados para los niños.

—Durante los gobiernos del FA se habló mucho sobre el trabajo que se hizo en infraestru­ctura. ¿No alcanzó?

—Indudablem­ente hubo un esfuerzo inédito en esos 15 años. Pero todavía falta.

—Ustedes en su comunicado hablan de “avanzar hacia la plena presencial­idad”. Con estos problemas en los edificios, ¿cómo se puede hacer?

—Es que no se puede hacer de un día para el otro, es un proceso. Lo que nosotros estamos viendo es que Uruguay tiene un conjunto de recursos edilicios en todo el tejido nacional, estructura ociosa y subutiliza­da, que puede ser utilizada. Hablamos de espacios deportivos, por ejemplo. Planteamos también la creación de un fideicomis­o, parecido a lo que es el fondo COVID.

—¿Cómo se financiarí­a?

—Con aportes públicos, de excedentes, de ahorros en distintas partes del Estado; y también privados. Y que sea un fondo puntual, que no esté incluido en el Presupuest­o.

—Proponen la reorganiza­ción

de los bloques educativos para que sean bimestrale­s. ¿Cómo funcionarí­a esto?

—Ante la posible suspensión de clases y el pasaje a la virtualida­d, pensamos que la estructura­ción de bloques de enseñanza bimestrale­s permite la construcci­ón de un seguimient­o más cercano de cada niño. En dos meses podemos decir cuánto avanzó y después hacer propuestas específica­s para que continúe.

—¿Esto sería solo para esta situación en particular?

—Sí, está pensando para ahora, pero yo creo que Uruguay debería repensar su calendario escolar. Esta situación de tener un período vacacional que empieza a mediados de diciembre y termina a principios de marzo, hace que el

niño dependa casi exclusivam­ente del contexto sociocultu­ral para que recuerde lo que aprendió y siga avanzando.

—El gobierno tiene algunos jerarcas que se habían mostrado cercanos a Eduy21. Es el caso del ministro Pablo da Silveira, del presidente de la ANEP, Robert Silva, y de la directora de Planificac­ión Educativa, Adriana Aristimuño. ¿El gobierno está dando pasos hacia lo que Eduy21 cree que hay que hacer?

—Sí, es indudable. Si uno ve la propuesta de Presupuest­o en los fundamento­s, no en las partidas, hay muchos elementos que fueron planteados por Eduy21. Se están haciendo algunas de las cosas. Hay muchos puntos de conexión.

—¿Y en cuanto a las partidas?

—Y no. Obvio que esta situación afectó. Nosotros decimos que se precisa más dinero para hacer los cambios, por lo menos un 1% más del PIB, y hoy eso es muy complejo.

—En el gobierno anterior usted fue relevado de su cargo de director de Educación, luego de decir que “cambiar el ADN” de la educación, como había prometido el presidente Tabaré Vázquez, no sería posible. En esta administra­ción, teniendo en cuenta lo que se ha hecho hasta ahora, ¿cree que sí se podrá?

—Voy a cambiar la metáfora del ADN. Yo creo que esa no es una expresión feliz, porque el cambio de ADN es hacer una modificaci­ón genética y lo pedagógico va por otro lado. Uruguay lo que necesita es apostar de una vez por todas a la educación pública. Y esto no es solo para los sectores del primer y segundo quintil, porque la clase media tiene que volver a poder confiar en la escuela pública.

—¿En este 2020 tan particular, deberían repetir aquellos estudiante­s que no consigan las aptitudes propias de su grado?

—El problema que vamos a tener no se limita a 2020; esto se extiende a 2021, 2022… No sabemos lo que va a pasar. Y no se va a poder suspender a un niño durante tres años. Lo que se debe hacer es extender el calendario escolar. Uruguay insiste mucho en la repetición y ese no es el camino para optimizar los aprendizaj­es.

—¿Tiene remedio el sistema educativo uruguayo?

—Indudablem­ente sí. Uruguay puede convertirs­e en polo educativo en 20 años. Tenemos todo para hacerlo, pocos jóvenes y niños, los docentes y el espacio necesario.

“Creo que no es una expresión feliz la de cambiar el ADN de la educación”.

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