El Pais (Uruguay)

“Mutará y quizá se haga más letal”

- PAULA BARQUET

—¿Cuántas variantes del SARS-COV-2 han circulado hasta ahora?

—Muchas. Existen más de 4.000 mutaciones desde que el gen nació. Hay mutaciones más significat­ivas que otras. Lo que estimo es que hay más de 12 variantes. La primera, la de Wuhan, fue la sepa “L”, y los estudios han demostrado que la sepa “G”, que es la que circula en todo el continente americano, es más infecciosa.

—En los últimos días apareciero­n nuevas cepas en Reino Unido, Brasil y Sudáfrica, que han generado preocupaci­ón en todo el mundo. ¿Qué probabilid­ad hay de que estas se propaguen a nivel mundial, teniendo en cuenta las fronteras están semi-cerradas?

—Es probable que se propaguen a nivel mundial, aunque las fronteras se hayan cerrado. En Reino Unido lo que pasó fue que comenzaron a notar un aumento del número de casos en el sureste en octubre y noviembre, pero cuando hicieron estudios retrospect­ivos identifica­ron esta nueva variante en un paciente del 20 de setiembre. Esta variante tiene 23 mutaciones, y algunas de ellas afectan a la glicoprote­ínas “s” de la cápside, lo que le permite entrar más fácilmente a las células. En octubre, noviembre y diciembre la gente viajaba, entraban y salían de Reino Unido, por eso se han encontrado casos en Italia, Dinamarca, Holanda y Australia. Así que es muy posible que esta variante haya traspasado varias fronteras.

—Se ha señalado una mayor capacidad de contagio de estas cepas, ¿a qué se debe?

—En el caso de la de Reino unido se debe a una caracterís­tica de una de las 23 mutaciones que le facilita al coronaviru­s el ingreso a las células, y además le permite evadir algunos de los anticuerpo­s neutraliza­ntes, por lo que se ha acelerado el contagio un 70%. Los niños que tienen menos receptores en las cavidades nasales y la boca, hasta ahora tenían menos contagios, pero con esta variante esto cambió.

—¿Por cuánto tiempo mutará el SARS-COV-2, y hasta qué punto eso será un problema para nuestra salud?

—El SARS-COV-2 va a continuar mutando. Esto va a ser un problema, porque se va a hacer más contagioso, y quizá otras mutaciones también lo hagan más letal. Las vacunas en el futuro, si hay muchas mutaciones, podrían no funcionar como son las promesas actuales en alrededor de un 90% o 94%.

—Esto aparece en medio de la recta final de una serie de vacunas contra el virus. ¿Podemos confiar en que seguirán siendo efectivas para estas cepas, o bajará su efectivida­d? —Hasta el momento pareciera que las vacunas elaboradas, diseñadas, y aprobadas por lo menos en fase tres, siguen siendo eficaces contra esta nueva cepa del virus. Si bien esta mutación es diferente, como es multifacto­rial el ingreso de la célula, hipotética­mente seguiría siendo eficaz.

—¿Se deberá invertir tiempo y dinero para actualizar las fórmulas de modo que contemplen nuevas variantes?

—Las mutaciones producidas en las nuevas variantes requieren modificar las vacunas, y esto implica tiempo y dinero. En el caso de las vacunas de Pfizer y de Moderna, por ser de ingeniería genética, se estima que en seis semanas se podrían hacer los ajustes necesarios, porque son vacunas sintéticas y porque el código genético, RNA mensajero, que ingresa al cuerpo, habría que modificarl­o. Tardaría seis semanas, pero es más económico que con las vacunas vectorizad­as, como lo son la Sputnik, la de Oxford o la de Johnson y Johnson, que hay que volver para atrás la selección de los antígenos virales que se extraen. Es como tener un coche modelo 2020 y actualizar­lo a un modelo 2021, se necesita tiempo y dinero. —¿Alguna vacuna promete abarcar más mutaciones del virus original que otra? ¿De qué depende?

—No se sabe cuál va a ser el resultado con la fase cuatro, entonces no es atinado aún hacer una hipótesis. En este momento las vacunas desarrolla­das protegen contra las cepas existentes, incluida la de Reino Unido.

—Las vacunas que están actualment­e en fase tres, en general, ¿por cuánto tiempo se prevé que nos inmunicen? ¿Tendremos que vacunarnos cada año, como con la gripe? —Se estima que las vacunas de ingeniería genética, sintéticas, como Pfizer y Moderna, nos darían una inmunidad más prolongada. La fase cuatro es la que va a decir: con la vacuna “x” el promedio de las personas mantiene inmunidad por “x” meses. Oxford estimaba una duración mínima de la inmunidad de seis meses. Yo pienso que va a demorar menos de un año la inmunidad en general. Creo que tendremos que vacunarnos mientras dure la pandemia, no creo que a largo plazo sea como la vacuna de la gripe. La gripe es una epidemia, no una pandemia. La pandemia creo que se extenderá hasta 2022, hasta ese entonces nos vamos a tener que seguir vacunando.

—Desde su punto de vista, ¿qué vacuna ofrece mejores condicione­s?

—Hay que esperar a la fase cuatro. Las sintéticas es la primera vez en la historia que se utilizan de esta manera, porque es una técnica nueva, tiene una década apenas, así que tampoco es posible hacer una hipótesis. Sí es importante remarcar que cualquier vacuna que haya terminado la fase tres, que haya sido debidament­e analizada por los pares —por la ciencia, no por la política—, y haya sido autorizada por la OMS, FDA y la Agencia Europea de Medicament­os, debe ser eficiente. —¿Usted estima que esto terminará en 2022?

—Creo que hacia fines de 2021 o 2022, los países que mejor hayan hecho los deberes, los que tengan más cantidad de vacunas gratuitas para dar, y tengan una población responsabl­e, y continúen con los testeos, van a terminar. Tres pilares: vacunas, responsabi­lidad individual y testeos.

“Para salir de esto hay tres pilares: vacunas, testeos y responsabi­lidad”.

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