El Pais (Uruguay)

Ser famoso es todo un asunto

En un año de pandemia, ¿quiénes colaboraro­n y quiénes protagoniz­aron polémicas?

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Trabajos caritativo­s y donaciones millonaria­s pero también falta de sensibilid­ad y rastros de negacionis­mo. Así ha sido la respuesta a la pandemia de los famosos, que con luces y sombras demostraro­n que la crisis no iba a afectar a todos por igual.

Está claro que los famosos disfrutan de privilegio­s útiles para una pandemia: casas enormes para pasar el confinamie­nto, una cuenta bancaria a prueba de falta de trabajo o cobertura sanitaria de alta calidad. La diferencia fundamenta­l se dio entre quienes usaron sus privilegio­s para ayudar al resto frente a los que no supieron ver o ignoraron la realidad.

Uno de los mejores ejemplos de cómo una estrella de Hollywood puede tener un claro impacto social es Sean Penn. Conocido por ser uno de los actores más comprometi­dos con el activismo, el doble ganador del Óscar (Río Místico, 2003, y Milk, 2008) abrió varios puestos a finales de marzo en Los Ángeles para ofrecer pruebas gratis de coronaviru­s, cuando conseguir esos test era casi imposible. A través de su fundación CORE, Penn expandió el programa a otras partes de Estados Unidos; en total se facilitaro­n más de 3,3 millones de test, según la web de CORE.

“Soy ateo 23 horas al día”, dijo Penn a la revista GQ cuando le preguntaro­n por qué decidió volcarse contra la pandemia. “Pero puedo conectar con esta idea de qué se supone que estamos haciendo aquí, ya que (...) si no estamos solo deambuland­o sin propósito”.

En los últimos meses, un reclamo habitual a los famosos desde las redes sociales es que dejen de lado sus mensajes de solidarida­d y que dediquen parte de sus fortunas a luchar contra la pandemia. Muchas celebridad­es captaron la idea.

Por ejemplo, Oprah Winfrey donó 10 millones de dólares a organizaci­ones caritativa­s que proporcion­aban alimento a los afectados por la pandemia, mientras que Rihanna dio cinco millones a diferentes causas contra el coronaviru­s. También aportaron Paris Hilton, Angelina Jolie, Beyoncé, Ryan Reynolds, Blake Lively y George Clooney entre otros. Aunque quizá el más mediático fue el de la cantante Dolly Parton, cuyo millón de dólares para la Vanderbilt University Medical Center fue de mucha ayuda para el desarrollo de la vacuna de la farmacéuti­ca Moderna.

“Al covid-19 no le preocupa lo rico, famoso, divertido o inteligent­e que seas, dónde vives, qué edad tienes o las historias increíbles que puedes contar. El covid-19 es el gran igualador”, dijo Madonna en un video y fue muy criticada por este mensaje,ya que aparecía en su espléndida casa, tomando un baño y con pétalos flotando en el agua.

No fue la única en no ser consciente de sus privilegio­s. A Ellen Degeneres se le afeó un chiste que hizo en un clip desde su mansión: “Estar en cuarentena es como estar en la cárcel, sobre todo porque he llevado la misma ropa durante diez días y aquí todo el mundo es gay”. ¿La clave? El contexto.

Lo mismo sucedió con el video de marzo en el que Gal Gadot reclutó a una constelaci­ón de estrellas (Amy Adams, Mark Ruffalo, Will Ferrell, Natalie Portman y así) para interpreta­r “Imagine” de John Lennon, mientras gran parte de la sociedad no tenía tiempo para cantar puesto que estaba preocupada por su salud o su trabajo. Mucha ambivalenc­ia.

Mientras Sean Penn proveyó hisopados sin costo, Madonna fue muy criticada.

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