Estar preparados
Si estamos preparados no debemos temer ! Esta frase es muy potente en la época de pandemia en que vivimos. Si en el pasado tuvimos en consideración planificar para tiempos difíciles y no solamente vivir el día a día, de seguro el plan tenía presente ahorros, inversiones o capacidad de crédito para enfrentar crisis laborales, sociales, sanitarias o hasta desastres naturales.
Hemos visto en Marzo como las personas corrieron a los supermercados con pánico, intentando comprar todo lo que quedaba de comida, papel higiénico y agua para abastecer su almacén. Vemos hoy como miles participan de ollas populares como la única alternativa para alimentarse. Si hubiéramos estado preparados, no hubiera sido necesario todo este caos y no habría motivos para temer.
Si bien estar preparado termina siendo una decisión personal, ésta debiera suceder debido a la experiencia propia o ajena frente a crisis anteriores, como la llamada crisis asiática de 1997 que afectó económicamente a muchos países del mundo llegando a Uruguay en el año 2002, de las noticias sobre desastres que suceden en otros países muchos de las cuales también existe el riesgo de que sucedan en Uruguay, y si todo ésto fuese poco, de una cultura frente a las emergencias impuesta dentro del marco de responsabilidades del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) para toda la población.
La Ley Nº 18.621 de Octubre del 2009, establece desde su Artículo 1° que la “finalidad (del Sinae) es la protección de las personas”…“ante el acaecimiento eventual o real de situaciones de desastre”, “El funcionamiento del Sistema Nacional de Emergencias se concreta en el conjunto de acciones de los órganos estatales competentes dirigidas a la prevención de riesgos vinculados a desastres de origen natural o humano, previsibles o imprevisibles, periódicos o esporádicos; a la mitigación y atención de los fenómenos que acaezcan; y a las inmediatas tareas de rehabilitación y recuperación que resulten necesarias.”
El Artículo N.º 7 establece las responsabilidades del Director Nacional de Emergencias: D) Promover la realización de actividades de formación y capacitación dirigidas a los integrantes del Sistema, así como las campañas públicas de educación e información ciudadana, de acuerdo con los planes y proyectos de la Comisión Asesora Nacional para Reducción de Riesgo y Atención de Desastres.
El Artículo N.º 8, C) Coordinar las actividades de prevención, mitigación, preparación, atención y rehabilitación definidas por los órganos del Sistema Nacional de Emergencias.
Éste organismo debe prepararnos por Ley para enfrentar Desastres, de los cuales la clasificación de Naturales incluyen: Incendios, Inundaciones, Erupciones volcánicas, Terremotos, Epidemias/pandemias, Sequías, Ventiscas, Huracanes, Tornados, etc.
No queda duda que desde Octubre de 2009 hasta Marzo de 2020 no se hizo un trabajo eficiente de preparación de la población por parte del Sinae creando una cultura frente a las emergencias, dejando a las personas en un estado de vulnerabilidad, haciéndolas en muchos casos dependientes del Estado y no autosuficientes, no creando la motivación de capacitación que los haga valiosos al momento de buscar o conservar el empleo, y no enseñando educación financiera para que eviten las deudas y tengan salvavidas financieros, entre los que se incluyen el ahorro de una parte del salario en alimentos no perecibles para tiempos de crisis. Al final el “Vamos bien” no era tan cierto.
Esta pandemia nos debiera enseñar una vez más que en nuestro país también suceden desastres, y además de los cambios que esperamos realice el Sinae en materia de educación y protección civil, debiéramos tomar algunas decisiones personales para dar por aprendida ésta lección 2020.
El gobierno no puede tomar decisiones que debemos tomar nosotros mismos, y en consecuencia una buena enseñanza que nos deja ésta crisis es vivir dentro de nuestro presupuesto y ahorrar para las emergencias del futuro; evitemos las deudas a menos que sean necesarias, como para la salud, los estudios o comprar una herramienta de trabajo o una vivienda. Busquemos capacitación permanente en muchas áreas para mantener los ingresos ya seamos dependientes o independientes, teniendo siempre un plan de emergencia para ejecutar. Finalmente necesitamos tener un almacén de alimentos y suministros que duren al menos un año.
Si estamos preparados no temeremos a lo que vendrá y esa tranquilidad no tiene precio.