Consenso
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En El País del sábado pasado figura, a toda página, un interesante artículo sobre el futuro del Partido Nacional. Allí, destacado en un recuadro, el periodista Pablo Fernández titula “hay consenso, sigue Iturralde” y luego se extiende: “En 2021 el partido elegirá nuevas autoridades” y luego agrega que hoy existe consenso para que Iturralde continúe al frente del órgano de conducción. Esta última información deja colgadas algunas preguntas, por ejemplo en lo referente al consenso aludido.
Según la Carta Orgánica del Partido el nuevo Directorio debe ser elegido por la nueva Convención, la que fue votada en las listas de la elección pasada. Ahora bien: esa Convención, recién elegida, no ha sido convocada aún por precaución sanitaria comprensible; no se ha reunido, no ha sesionado y, por lo tanto, no se puede saber cuál será la integración del nuevo Directorio. Dado que al Presidente del Directorio lo elige el propio cuerpo –cuya integración hasta el momento nadie conoce ni puede conocer- no tiene asidero hablar de que exista un consenso para designar a nadie.
El periodista puede haber recogido deseos o aspiraciones pero no consensos. Al no saberse hasta después de la votación en la Convención (aún no convocada) quiénes serán los integrantes del próximo Directorio mal se puede señalar la existencia de un consenso para la designación de su Presidente (o para cualquier otra decisión).
Con el Partido Nacional en el gobierno se produce lo que le pasa a cualquier partido político que gana una elección: las necesidades de gobierno absorben toda la atención y todo el personal partidario. Esto genera, en todos los casos, un sacrificio institucional. Se trata de una dinámica natural y lógica pero no es una fatalidad a la que haya que resignarse. La función de gobernar y la de dirigir el Partido son distintas. El gobierno tiene una tarea para cinco años: el horizonte del Partido es más largo. Una cosa – muy importante- es gobernar y gobernar bien: otra cosa es la aspiración a transformar el país. Le cabe al Partido mantener la continuidad histórica. La llama de un ideal sostenido a través de generaciones, la interpretación política continuada del Uruguay esencial. A esta dialéctica estará atento el próximo Directorio del Partido Nacional, como lo han estado los anteriores.
Nota de Redacción: El artículo fue realizado en base a consultas con dirigentes de todos los sectores del Partido Nacional. Al momento, la única propuesta que se proyecta es la continuidad de Pablo Iturralde. De todos modos, formalmente es correcto lo que apunta el lector.