COBRA KAI Vuelta de dos queridos enemigos
La tercera temporada de la serie llega mañana a Netflix; El País ya la vio y la cuenta aquí
Por más de 30 años Daniel Larusso (Ralph Macchio) fue el héroe, el campeón del torneo All Valley Karate, el que logró derrotar al bravucón de Johnny Lawrence (William Zabka) con la patada de la Grulla que le enseño su sensei, el señor Miyagi (Pat Morita). Por más de 30 años conocimos solo la versión que nos contó la película Karate Kid y desde entonces, Johnny Lawrence quedó marcado por el final de aquella competencia. Así lo conocemos en Cobra Kai.
Pero a la serie que mañana estrena su tercera temporada en Netflix le bastaron cinco minutos para destruir esa lectura.
Cobra Kai, cuyas primeras dos temporadas estrenó Youtube para su servicio premium (en 2018 y 2019), ha sido tendencia gracias a la recreación de un universo, el de Karate Kid, que ha estado en el imaginario colectivo y que aquí vuelve en todo su esplendor. También juega el factor nostalgia, que consigue recuperar a los fanáticos que imitaban en sus casas la patada final de Daniel San; a la vez que suma nuevas generaciones con historias de jóvenes karatecas.
Otro punto importante es el humor, así como el cambio de enfoque en cada episodio, que hace que el espectador empatice con Johnny o bien con Daniel a lo largo de los capítulos.
Será por todo eso que desde que llegó a Netflix en agosto de 2020, la serie se convirtió en un nuevo éxito de popularidad. Fue uno de los grandes fenómenos de la plataforma que comenzará el año a lo grande, y estrenará este 1 de enero una tercera temporada compuesta de 10 episodios.
Otro de los logros que cautiva a la audiencia, además de que reúne a los protagonistas originales (también está Martin Kove como el detestable entrenador John Kreese), es que presenta otras versiones de aquel enfrentamiento de Karate Kid y ahonda, a la distancia, las secuelas que dejó en los protagonistas. Mientras Larusso
se convirtió en vendedor de autos con concesionaria propia, Lawrence fue en caída libre.
En sus primeras temporadas, Cobra Kai extendió el enfrentamiento entre Lawrence y Larusso, con el primero intentando darle un sentido a su vida y el segundo evitando el regreso de su peor pesadilla. Tras varios esfuerzos, Lawrence logra reabrir el dojo Cobra Kai, lo que retrotrae a Larusso a los días en que el miedo lo abrazaba cada vez que se cruzaba con el chico rubio de familia millonaria que lo golpeaba y humillaba.
Al igual que en Karate Kid, Cobra Kai comienza con un joven recién llegado al barrio Reseda en Los Ángeles, que conoce a un grupo de chicos malos y es salvado por un desconocido. Miguel Díaz (Xolo Maridueña) encuentra de casualidad a su sensei, que esta vez es Lawrence. Y si los métodos de enseñanza del karate impartidos por Miyagi (“pule, limpia”) eran poco usuales, los de Lawrence son menos ortodoxos y más peligrosos, lo que no impide que más alumnos lleguen a su dojo.
Ante la amenaza que —siente— representa Cobra Kai, Laursso decide reabrir el Miyagi Do, que continúa centrado en la defensa y no en el ataque. En el medio aparece un viejo villano,
Kreese, quien sigue obsesionado con crear un ejército de soldados implacables y sin misericordia.
Al final de la segunda temporada, los dojos Cobra Kai y Miyagi Do se enfrentan en una batalla campal que termina con Miguel muy malherido. Y Lawrence, quien nunca se amigó con la tecnología, le manda una solicitud de amistad al amor de su infancia, Ali Mills, que interpretó Elisabeth Shue en la película de 1984.
Por las dudas, vale aclarar que aquí comienzan los spoilers de la tercera temporada, a la que El País ya tuvo acceso y que quedará disponible en la plataforma desde las 04.00 de la madrugada.
Miguel está en coma, como ya se vio en el tráiler, y Johnny se siente responsable, ya que fue su hijo Robbie (Robert Swazye) quien lo tiró por las escaleras. Mientras que la hija de Larusso, Sam (Mary Mouser), también presente en la batalla, continúa traumatizada. Su regreso a la secundaria y la continua presencia de la bravucona Tori (Peyton List, Emma en las series de Disney Jessie y Acampados) la siguen atormentando.
En el dojo Cobra Kai las cosas no están mejores; Kreese dio un golpe de estado y Johnny, quien entendió tarde la jugada de su antiguo sensei, se quedó sin su preciado dojo y sin sus alumnos.
Y para complicar más la situación, Daniel tendrá que irse hasta Okinawa (donde se ambienta la segunda parte de Karate Kid) para salvar su negocio al intentar convencer a los ejecutivos de una empresa automotriz. En Japón, Larusso se encontrará con algunos personajes de la película, quienes lo ayudarán a completar su misión y le enseñarán también algunos trucos de karate.
Todo mejora cuando Miguel despierta y, con algunas resistencias, Johnny vuelve a ser su sensei. El principal obstáculo es que, tras el golpe sufrido, el joven no puede moverse, pero Lawrence tiene algunos trucos —anticuados, sexistas y poco recomendables, pero de buen corazón— que darán sus frutos.
La segunda temporada terminaba con un primer plano del celular de Lawrence que, tirado, dejaba ver que Ali Mills había aceptado la solicitud de amistad en Facebook. El personaje regresa, nuevamente interpretado por Shue, pero no como la doctora de Miguel (como se comentaba en las redes sociales), sino como el elemento que logrará abrirle los ojos a los protagonistas y prepararlos
Desde que llegó a la plataforma en agosto, la serie se convirtió en un éxito enorme.
La nueva temporada es tan adictiva como las anteriores y hay más de “Karate Kid”.
para la cuarta temporada, que ya está confirmada.
Por lo pronto, esta tercera temporada no solo es tan adictiva como las anteriores, sino que además cuenta con un perfecto equilibrio entre excelentes escenas de pelea y un buen desarrollo de los personajes, especialmente de Johnny, lo que a los nostálgicos nos deja muy felices. Mientras, el universo de Karate Kid continúa expandiéndose, los últimos episodios tienen revelaciones para el infarto y a la altura de un muy buen cierre
Eso sí, luego de hacer maratón queda un retrogusto amargo, ya que hay que esperar casi un año para ver cómo seguirá todo.