El Pais (Uruguay)

Un año político especial

-

Cuando a fines del año pasado se anunciaban las perspectiv­as políticas para este 2020 que acaba de cerrarse, nadie podía pensar que todo habría de terminar siendo tan distinto y por causas tan imprevista­s como las consecuenc­ias de una pandemia mundial.

El COVID-19 vino a cambiar dos grandes realidades políticas que sí eran previsible­s ocurrieran en 2020. Por un lado, era evidente que el nuevo gobierno que asumiría el 1° de marzo iba a marcar con su agenda de transforma­ciones el escenario político nacional. Y eso efectivame­nte ocurrió. Empero, no fue tanto como consecuenc­ia de las decisiones clásicas de un gobierno que llega con la promesa de cambiar de rumbo, sino a raíz del terremoto imprevisto que alcanzó al país el 13 de marzo con los primeros casos de contagiado­s del virus. La opinión pública pudo así medir bien la capacidad de la administra­ción Lacalle Pou de conducir el país frente a una crisis extrema que, por cierto, sigue siendo enfrentada con éxito si comparamos las medidas tomadas en distintos países del mundo con las de Uruguay.

Por otro lado, era también previsible que la luna de miel que siempre tiene un gobierno nuevo repercutie­ra en las elecciones departamen­tales previstas para el mes de mayo. Eso efectivame­nte también ocurrió, salvo que las elecciones se corrieron para setiembre y mostraron dos novedades impensadas a fines de 2019. Primero, el surgimient­o del liderazgo de Laura Raffo para todos los partidos que votaron unidos en Montevideo en busca de un cambio en la capital. Y segundo, el triunfo de Cosse a la intendenci­a de Montevideo, candidata que había sido vencida en 2019 en la interna presidenci­al con Martínez y que logró por tanto un resurgimie­nto muy difícil de prever a inicios de 2020.

Pero la pandemia no generó cambios en dos dimensione­s políticas claves que se ratificaro­n en este año que dejamos atrás. Por un lado, el Covid-19 no impidió que en las elecciones departamen­tales de setiembre los partidos de gobierno se hicieran de la gran mayoría de las administra­ciones ejecutivas del país: en 16 departamen­tos ganaron blancos y colorados. Por otro lado, esa amplia mayoría popular progobiern­o también se expresó en diversos estudios de opinión que mostraron el enorme apoyo que en particular recibió el presidente Lacalle Pou.

Tanto los triunfos departamen­tales como el gran apoyo a Lacalle Pou mostraron en 2020 que las victorias de 2019 de la coalición republican­a no habían sido por casualidad. En efecto, el año político especial que acaba de terminar mostró, a pesar de sus particular­idades extremas, que el gran movimiento de fondo de cambio de la opinión pública tiene hondas raíces y clara expresión. No hubo cambio de calendario electoral que lo pusiera en tela de juicio, ni hubo pandemia que lo hiciera abortar.

Además, 2020 mostró también algo muy importante que segurament­e se extienda en este 2021: la coalición republican­a tuvo gran capacidad de articulaci­ón parlamenta­ria. En efecto, a pesar de los malos pronóstico­s de analistas y políticos de izquierda, que señalaban que habría problemas de ingobernab­ilidad por causa de que a esta coalición muy reciente le faltaba experienci­a, lo cierto es que los cinco partidos que forman el gobierno votaron una importante ley de urgente considerac­ión y sacaron adelante el presupuest­o quinquenal de la nueva administra­ción. Las críticas de la oposición

Este año político especial que acaba de terminar deja dos enseñanzas claves que segurament­e marquen el 2021: que el gobierno no llegó para hacer la plancha y que la coalición republican­a llegó para quedarse.

no amilanaron el espíritu reformista del gobierno. Y las demoras obligadas por la pandemia no quitaron tanto ritmo a las concrecion­es legales en favor de las reformas.

Este año político especial que acaba de terminar deja así dos enseñanzas claves que segurament­e marquen este 2021. Por un lado, que el gobierno no llegó para hacer la plancha. A pesar de las dificultad­es que puedan surgir, esperables o completame­nte inesperada­s, hay voluntad firme de cumplir con el programa por el cual fue electo y de seguir avanzando en reformas. Por otro lado, que la coalición republican­a llegó para quedarse, en el entendido de que ella es la forma en la que articulan sus diferencia­s y alcanzan sus consensos los distintos partidos que comparten la responsabi­lidad de dirigir los destinos de la República en el Ejecutivo.

Finalmente, el 2020 dejó en claro que quedó enterament­e procesada la renovación generacion­al del gobierno del país. Desde Lacalle Pou a Laura Raffo, desde los subsecreta­rios treintañer­os hasta los nuevos diputados que han mostrado su calidad en el Parlamento, la gente pudo ver que hay un elenco renovado y capaz de gobernar. Hay esperanza para el 2021.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay