El Pais (Uruguay)

Rescatan mural de Páez Vilaró

Lo pintó en el viejo aeropuerto de Punta del Este y su hija Agó Páez lo trasladó a la nueva terminal aérea

- ANALÍA FILOSI

▃▃ Un mural, pintado por Carlos Páez Vilaró en 1983 en el viejo aeropuerto de Punta del Este ha cobrado nueva vida. La hija del pintor, Agó Páez, logró recuperar el mural, al replicarlo de forma exacta en el nuevo edificio de la terminal aeroportua­ria. “Es como comunicart­e con el pueblo en general, es una forma de llegar con el arte a todas las personas. No es necesario que te metas en un museo o una galería, el arte viene a ti”, señaló sobre lo que pensaba su padre de esta forma de arte.

El mural había sido pintado por Carlos Páez Vilaró en 1983 en el Aeropuerto de Punta del Este. Pero el tiempo pasó, la terminal aérea mudó su edificio de operacione­s y la obra quedó escondida en lo que hoy se usa como un galpón para guardar cosas.

“A la gente del aeropuerto le dio mucha pena que el mural ya no se pudiera ver más como antes y se le ocurrió replicarlo en el gran salón del aeropuerto nuevo, en una pared blanca enorme”, contó Agó Páez, hija del autor de la obra y colaborado­ra en varias de sus creaciones.

Precisamen­te, Agó, junto a su hermana, ayudó a Páez Vilaró en la realizació­n de este mural, por lo que era la indicada para hacer el trabajo.

“Tenían varias posibilida­des. Hay una forma en que se puede sacar y ponerlo de vuelta, pero era muy costosa. Entonces, como yo soy artista y tengo el legado de papá, les gustó la idea de que lo hiciera yo. Me pareció lindísimo porque es como continuar viva la obra de mi padre”, agregó la artista.

El trabajo implicó agrandar el tamaño del mural porque el original es chico. Para realizar todo el trabajo, además de a sus colaborado­res habituales, Agó decidió convocar al famoso muralista José Gallino, un salteño que trabaja con la técnica del aerosol. Además es autor del retrato de Páez Vilaró que se luce en un muro del Cordón.

“Me pareció maravillos­o realmente lo que él logró, sobre todo con la mirada del rostro de mi padre. Cuando lo vimos con mi hermana nos emocionó. Es muy difícil transmitir en un retrato la misma mirada y él lo logró”, señaló Agó. Eso la motivó a llamarlo para este trabajo. “Es una persona muy talentosa y muy amorosa, así que enseguida me dijo que sí”, agregó.

La labor llevó tres días de intenso trabajo en la semana previa a la Navidad. Agó buscó los mismos colores que usó su padre, que fueron proporcion­ados por pinturas Inca, auspiciant­e de la iniciativa.

La idea era inaugurarl­o con unas pocas personas ni bien estuviera terminado, pero coincidió con el cierre de fronteras dispuesto por el gobierno como una de las medidas por la pandemia de la COVID-19 y no se pudo hacer la ceremonia.

De todas formas, el casi nulo tránsito de personas que significó esta disposició­n tuvo su lado positivo porque permitió a los artistas trabajar con mayor tranquilid­ad, cosa que en la antigua normalidad hubiera sido casi imposible.

“Fue un momento lindísimo de silencio, pero que también nos permitió llevar color y alegría en un momento medio triste del mundo; por lo menos pudimos levantar el ánimo de alguna manera”, dijo Agó.

Destacó, además, el hecho de que su padre fue uno de los pioneros en lo que se refiere a realizació­n de murales, algo que hoy está muy de moda. Páez Vilaró los pintó desde los años 60, siempre con la idea de que a partir de ellos se puede llegar a todo el público.

“Es como comunicart­e con el pueblo en general, es una forma de llegar con el arte a todas las personas. No es necesario que te metas en un museo o en una galería, el arte viene a ti”, señaló sobre lo que pensaba su padre de esta forma de arte.

Agó manifestó sentirse muy agradecida y emocionada por la convocator­ia. “Fue muy lindo porque es continuar con una obra dándole frescura, vida, más allá de que el mural original está guardado y no lo van a destruir. Pero ya no se ve y la idea es que se pudiera mostrar al público”, destacó a El País.

También significó sumarlo a lo que no puede faltar en Punta del Este, como la visita a Casapueblo. “El director de Laguna del Sauce dijo que es como que te despide el mural. Vas al aeropuerto, te sacás la foto y chau Punta del Este. Es una postal que siempre está ahí”, concluyó.

 ?? ARCHIVO EL PAÍS ?? TRASLADO. El mural con el que el Aeropuerto de Laguna del Sauce recibe y despide a sus usuarios fue pintado por Carlos Páez Vilaró en 1983. El original se mantiene en el viejo edificio, mientras que su reproducci­ón, de mayor tamaño, fue hecha para la nueva terminal por la hija del artista, Agó Páez. La ayudó el muralista José Gallino, autor del retrato de Páez Vilaró que hay en un muro del barrio Cordón de Montevideo.
ARCHIVO EL PAÍS TRASLADO. El mural con el que el Aeropuerto de Laguna del Sauce recibe y despide a sus usuarios fue pintado por Carlos Páez Vilaró en 1983. El original se mantiene en el viejo edificio, mientras que su reproducci­ón, de mayor tamaño, fue hecha para la nueva terminal por la hija del artista, Agó Páez. La ayudó el muralista José Gallino, autor del retrato de Páez Vilaró que hay en un muro del barrio Cordón de Montevideo.
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