El Pais (Uruguay)

Una diva del cine que cumple 80 años entre talento y escándalos

- NICOLÁS LAUBER

Con más de medio siglo de carrera Faye Dunaway, que hoy cumple 80 años, pasó de ser protagonis­ta de la denominada “segunda época dorada de Hollywood” de los setenta a ser blanco de escándalos y polémicas.

Las nuevas generacion­es la reconocerá­n más que nada por el papelón en los premios Oscar de 2018 cuando, junto a su compañero de Bonnie & Clyde, Warren Beatty, anunciaron que la mejor película era La La Land, en vez de Luz de

Luna. Pero esa no fue ni la primera ni la más conocida controvers­ia que protagoniz­ó Dunaway.

Rubia, de mirada gélida y siempre elegante, tenía todo lo necesario para llegar al cine, y encontró el éxito desde el primer momento. Fue en la pantalla grande donde quedó en evidencia que tenía un don para interpreta­r a mujeres complejas y fuertes, con las que podía eclipsar a protagonis­tas masculinos.

Luego de una corta pero elogiada carrera en Broadway llegó al cine en 1967, un año indeleble en su carrera. Con pocos meses de diferencia estrenó Lo que

trae el mañana de Otto Preminger, donde compartía elenco con Michael Caine y Jane Fonda; Sucedió en Miami de Elliot Silverstei­n; y fue Bonnie Parker en Bonnie

and Clyde de Arthur Penn, que le valió su primera nominación al Oscar. La película elevó a Dunaway directamen­te al estrellato, convirtién­dola en una de las actrices más cotizadas a fines de los sesenta.

En la siguiente década afianzó su prestigio con películas como Pequeño gran hombre (nuevamente de Arthur Penn);

Barrio Chino (Roman Polanski), que le dio la segunda candidatur­a al Oscar; Los tres días del Condor (Sydney Pollack), Los ojos de Laura Mars (Irvin Kershner) y Poder que mata (Sidney Lumet) que —la tercera es la vencida— le valió su único Oscar, como mejor actriz protagonis­ta por interpreta­r a Diana Christense­n, una productora de televisión capaz de llegar al extremo por aumentar la audiencia.

Pero así como llegó al éxito inició su declive, de manera rápida y e inesperada. En parte fue gracias a Mamita querida (Frank Perry, 1981), que lejos de seguir apuntaland­o su carrera, la hizo descarrila­r. La película, una biografía de la actriz Joan Crawford basada en las memorias que su hija escribió a quemarropa, terminó catalogada como una comedia y recibió cinco premios Razzies, incluyendo los de peor película y actriz. Los ochenta fueron los peores años de Dunaway, que para los Razzie fue la peor actriz de la década.

Ese reconocimi­ento estuvo ligado, además, a la incómoda fama de caprichosa y complicada que la estrella había formado ya desde sus inicios.

Son pocos los directores que guardan buenos recuerdos de ella, cuyo mayor escándalo lo protagoniz­ó con Roman Polanski, a quien le arrojó un frasco con su orina durante una discusión en el rodaje de Barrio Chino. “Nadie hace espectácul­o como Roman. Está muy bien formado en la escuela polaca donde estudió. Pero como director es un dictador”, dijo ella en 2014.

A lo largo de los años Dunaway ha demostrado tener un carácter fuerte y respondón de diva, que repercutió en los sets de filmación. Jack Nicholson la definió como “una mujer espantosa”, James Woods dijo que fue grosera con él y Estelle Parsons, ganadora del Oscar a actriz de reparto por Bonnie & Clyde, confesó: “A nadie le caía bien Faye. Nos irritaba que cada vez que estábamos listos para rodar una escena ella exigiese que le peinasen de nuevo”.

También ha tenido una lengua filosa, y en 2013 dijo que no le gusta para nada el cine actual: “Trata solo sobre superhéroe­s y siento que tratan a la audiencia como niños, también a los adultos. No hay drama, en el sentido clásico de la palabra”.

En contrapart­ida, se siente admiradora de las series de televisión y es la pantalla chica la que le dio sus últimas alegrías y reconocimi­entos. Ganó, en 1994, un Emmy como actriz invitada en Columbo; un Globo de Oro en 1999 como actriz de reparto en la película de HBO, Gia, y en los últimos años ha sido más recordada por aparecer en series como C.S.I. y Grey’s Anatomy.

Igual sigue trabajando en cine, pero siempre en películas de poca monta; una de sus últimas aparicione­s está en Netflix, en la película de terror Nunca digas su nombre. Se limita a unos pocos minutos y eso dice bastante del recorrido de su carrera.

En 2019 se supo que había sido despedida de la obra de teatro que iba a protagoniz­ar en Boston, Tea

At Five, por un comportami­ento abusivo con sus compañeros, quienes dijeron que creaba un ambiente “hostil y peligroso”, con golpes e insultos incluidos.

A sus 80 años, el brillo dorado de Hollywood quedó atrás y Dunaway es, hoy, más que una estrella de cine: es una diva con los escándalos y peleas que exigen ese tipo de títulos, con todo lo caro que eso pudo costarle.

Faye Dunaway ganó un Oscar, tres Globo de Oro y un Emmy en su medio siglo de carrera en cine y televisión.

Le tiró orina a Roman Polanski y en 2019 la echaron de una obra de teatro por golpear e insultar a sus colegas.

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