Volver a alimentación saludable exige rutinas
Tras las vacaciones, no es fácil retomar una buena alimentación
En el verano y las vacaciones solemos relajarnos en todo sentido y eso incluye a las comidas, cosa que está bien hacer y poder disfrutar de ello”, señaló la licenciada en nutrición Tatiana Sztryk sobre lo que suele ocurrir en esta época del año.
El problema es cuando el relax terminó y hay que volver a la rutina. Más aún si nos damos cuenta de que nuestro peso varió, por lo que no solo buscamos retornar a una alimentación saludable sino también bajar esos kilos de más que nos dejaron las vacaciones.
Entonces aparecen las famosas o milagrosas dietas detox. “Hay millones, desde solo tomar jugos de frutas hasta gente que incorpora vegetales y come ensaladas”, explicó Sztryk, quien considera que el problema de estas dietas es que son muy bajas en calorías.
“Cuando uno mantiene dietas restrictivas por largos períodos el cuerpo no entiende que estás haciendo una dieta porque querés bajar de peso, el cuerpo entiende ‘no hay comida’. Entonces, en el momento que volvés a una alimentación un poco más ‘normal’, va a guardar esa comida porque no sabe cuándo le vas a dar de comer otra vez”, detalló la nutricionista.
Eso explica el efecto rebote. O sea, cuando la persona abandona la dieta y empieza a comer de otra manera, vuelve a engordar.
Por eso, si se quiere retornar a las rutinas y a las comidas más ordenadas, hay que hacerlo de a poco. “Con hábitos, cuidando las porciones, que sea una alimentación equilibrada, balanceada. No se puede mantener a largo plazo el pasar hambre porque en algún momento el cuerpo va a compensar todo el hambre que pasó y eso no es bueno”, apuntó Sztryk.
Ante la duda de si comer o no mucho a la hora de la cena, la especialista señaló que todas las comidas son importantes, en el sentido de que todas son una oportunidad para adquirir los nutrientes que el cuerpo precisa, y cubrir las necesidades energéticas, de vitaminas, minerales o proteínas.
“Comer solo un yogur a la noche, que mucha gente lo hace, no está mal porque hay quienes están acostumbrados, lo hacen y es saludable. La cena puede ser más liviana que el almuerzo porque luego te vas a dormir, pero no tiene por qué dejar de existir”, indicó.
Las famosas dietas detox tienen como gran problema que son muy bajas en calorías.
PICOTEO. Uno de los problemas frecuentes al momento de ordenar la alimentación son las cosas que se comen entre comidas, el famoso picoteo antes de la hora del almuerzo o la cena.
“Dividir el desayuno en dos momentos es una estrategia que uno puede utilizar para llegar mejor al almuerzo, pero si no lo podés hacer, se puede comer un desayuno completo antes de salir de tu casa y después ir al almuerzo. Entremedio podés tomar mate, un té o un café para distraer un poco y evitar el picoteo de ir al quiosco y comprar lo que haya. Depende de la rutina y los hábitos que tiene cada uno; hay personas que desayunan bien temprano y llegan bien al almuerzo, están acostumbradas a eso”, citó como ejemplo.
Los frutos secos son una buena opción de “distracción” porque son saludables y tienen fibra, lo que da sensación de saciedad, pero hay que tener mucho cuidado porque son muy calóricos y es muy fácil comer de más.
“Lo ideal es tomar un puñado y no quedarte con el paquete; poner el puñado en una servilleta en, por ejemplo, el escritorio en el que estás trabajando e ir comiendo a tu ritmo”, aconsejó.
Otra posibilidad es ingerir una fruta, que se puede comer entera, licuada o en jugo. La mejor opción es la fruta entera porque la fibra está en la cáscara y, si la cáscara no se come, está en la pulpa entera. “En el estómago la fibra lo que hace es generar como un gel alrededor del alimento, lo que hace que la digestión sea más lenta, por eso vas a estar más lleno por más tiempo”, explicó Sztryk.
En el licuado, la pulpa ya está rota, entonces no genera la sensación de saciedad; mientras que en el jugo no hay pulpa y necesitás más de una fruta para prepararlo.
Las dudas aparecen sobre qué frutas convienen más. “El mito de que la banana engorda es un tema de proporciones. Una manzana promedio pesa entre 150 y 200 gramos y una banana chica 100 gramos. Nosotros no comemos 100 gramos de manzana o de banana, comemos una manzana o una banana. A igual peso, la banana tiene más calorías que la manzana, o sea que si comés una manzana grande es lo mismo que si comés una banana chica”, detalló la nutricionista, quien recomienda entonces elegir bananas medianas o chicas si es la fruta que se prefiere comer.
En términos generales, la alimentación post-vacaciones debe obedecer a lo que es bueno que rija siempre nuestra dieta: comer de forma inteligente y teniendo en cuenta los objetivos de cada persona. Así lo aconseja Sztryk desde su Instagram Nutri Foodie Lab, donde también brinda recetas.
“Es importante volver a nuestra rutina saludable y no hacer dietas ‘milagrosas’”, remató la especialista.