EL 2020 FUE BUEN AÑO PARA VENTA Y FUSIONES DE EMPRESAS
Especialistas afirman que hubo más cautela pero los negocios siguieron
Ainicios del 2020 los especialistas en materia de fusiones y adquisiciones empresariales preveían que el año iba a ser “muy auspicioso” en términos de compra ventas pero lo que nadie vislumbró en ese entonces era que el mundo —y Uruguay no escapó— iba a enfrentar una pandemia como la del COVID-19.
No obstante, las previsiones iniciales se cumplieron y pese a la pandemia, el año 2020 estuvo caracterizado por un buen nivel de actividad, múltiples fusiones y adquisiciones de relevancia en Uruguay y en diversos rubros.
Por citar algunas de las más destacadas del año pasado, estuvo la venta de Petrobras al grupo energético español DISA que se quedó con los negocios de distribución de combustibles, tiendas de conveniencia, lubricantes, fertilizantes y combustibles de aviación. La venta ascendió a US$ 61,7 millones.
En tanto, Prosegur Cash, grupo español filial de la empresa de seguridad Prosegur, compró el 100% del capital social de Nummi S.A., que opera en el mercado bajo la marca Redpagos y con el negocio de tarjeta prepaga Midinero. El cierre de la operación está previsto para el primer cuatrimestre de este año dado que la transacción estaba sujeta a la aprobación de las autoridades, así como a otros aspectos. En el rubro tecnológico se registró la venta de Infocorp al grupo canadiense Constellation Software. En este caso, la adquisición había comenzado a gestarse en enero pero la llegada de la pandemia ocasionó una breve pausa y finalmente se cerró el 20 de mayo.
Asimismo, la empresa de envíos postales, cadetería y logística Upostal adquirió a su competidora UES.
A nivel agro industrial el grupo chino Hesheng Group compró el 50% de las acciones del frigorífico Lorsinal y por otra parte, el grupo argentino Esmeralda adquirió el frigorífico Florida.
A esas transacciones se les sumó la venta del 100% del paquete accionario de la cárcel Unidad de Punta de Rieles —la primera obra construida en Uruguay por modalidad de Participación Público Privada (PPP)— al fondo inversor Aberdeen, gestionado por LQA Funds. La cárcel era propiedad de Teyma en un 85% y de Goddard Catering Group en un 15%.
Así como también la venta del Parque Eólico Astidey – Talas del Maciel I, adquirido por el fondo de inversión Cúbico y en la industria farmacéutica, el grupo Megalabs-roemmers compró Laboratorios Hayman.
El COVID-19 dificultó la operativa pero no ocasionó la caída de negocios.
Gurméndez: “Ha sido un año muy atípico” y de mucha “cautela”.
El rubro hotelero también registró movimientos relevantes con la venta del 100% del paquete accioniario de Tonosol S.A., propietaria de los hoteles Sheraton y Aloft Montevideo, a la sociedad White Elephant Properties Limited constituida en Reino Unido.
IMPACTO COVID-19. De acuerdo con los especialistas consultados por El País, la pandemia dificultó la operativa, hizo que los empresarios fueran más cautelosos e inclusive en algunos casos llegó a frenar algunas negociaciones aunque afirman que fue un impacto temporal y que no se cayó ninguna compra venta debido al COVID-19.
“La pandemia tuvo dos tipos de efectos. Por un lado, dificultó los procesos de fusiones y adquisiciones por todas las dificultades para viajar y por las incertidumbres que se abrieron. De todos modos, la actividad terminó siendo importante. Seguramente, la mayoría de las transacciones que se cerraron en 2020 habrían arrancado antes del COVID-19. A pesar de la pandemia, fue un buen año de fusiones y adquisiciones”, indicó Priscilla Pelusso, socia de la consultora Exante. Por su parte, el gerente de Deloitte Legal, Javier Domínguez, señaló que “las operaciones que sí se dieron o siguieron su proceso durante el 2020 tuvieron un período de due diligence (análisis del negocio) y closing (cierre) más lento producto de la pandemia”, debido al menor personal en oficinas, a las restricciones de viajes, entre otros obstáculos.
En tanto, Rodrigo Ribeiro, socio de la consultora KPMG explicó que la pandemia “no generó una detención” en las transacciones “sino que distrajo la atención” y llevó a que las operaciones “se demoraran un poco por temas de funcionamiento y de la evaluación del negocio”. Además, señaló que si bien “hubo mayor cautela”, también se “siguió viendo a Uruguay incluso con más interés que antes” debido al manejo sanitario.
Patricia Marques, socia de PWC destacó por su parte que “la pandemia influyó a nivel global ya que muchos sectores en el mundo debieron reinventarse y revisar sus planes estratégicos de corto y mediano plazo”.
En este sentido, explicó que se dio un “enlentecimiento en general en las decisiones de inversión y en la búsqueda de oportunidades” aunque también destacó que “como en toda crisis surgen buenas oportunidades de negocios y la posibilidad de sinergias de algunos actores para juntos obtener mejores resultados también se incrementa”.
El socio de Posadas Posadas & Vecino, Tomás Gurméndez dijo que “ha sido un año muy atípico en el que predominó la cautela” a pesar de que “Uruguay tuvo la pandemia tan controlada durante los primeros tres trimestres que no se percibió como un riesgo real y eso en cierta manera puede haber desdibujado la cautela que en general tuvieron los inversores en el mundo”, señaló.