El Pais (Uruguay)

JAVIER GARCÍA: “EL FA SIGUE ANCLADO EN LA GUERRA FRÍA”

- PAULA BARQUET

—En este año como ministro, ¿sintió de cerca discrimina­ción a los militares?

—Yo creo que el Uruguay, y lo dicen algunos estudios de opinión pública, en un enorme porcentaje tiene una gran valoración de las Fuerza Armadas. En algunos sectores subsiste algún antimilita­rismo infantil, con una visión que proviene de 50 o 60 años atrás. Sobre todo en el Frente Amplio, que se han quedado en la Guerra Fría y que tienen esa foto y no han podido evoluciona­r. Hay prejuicios en algunos sectores, que son minoritari­os pero que tienen impacto en los medios.

—¿Lo visualiza solo en el Frente Amplio o también en la sociedad de a pie?

—No. Lo veo vinculado a sectores políticos y de militancia. En el FA hay mucha gente que no conoce la vida de un soldado, sus tradicione­s, sus celebracio­nes, lo que vive, lo que sufre. Mientras la pobreza en Uruguay ronda el 10%, en nuestros soldados es del 50%. Hablamos de una institució­n que fundó Artigas hace 200 años. Siguen anclados en la Guerra Fría.

—Más que la Guerra Fría, en la dictadura uruguaya, ¿no?

—Sí, sí, en la dictadura. Ahí yo creo que hay prejuicios ideológico­s pero también conceptos. Hay algunos sectores que creen en fuerzas armadas desarmadas. —Porque se cuestiona su utilidad.

—El Partido Comunista es quien tiene esta visión y arrastra a todo el Frente Amplio. Se cuestionab­a el tema de los Hércules. No es el Hércules, el cuestionam­iento es a cualquier tipo de inversión que signifique modernizar y equipar a las Fuerzas Armadas. Es el Hércules hoy, mañana van a ser los patrullero­s, pasado los vehículos tácticos. Incluso han expresado molestia porque soldados hayan llevado adelante tareas de la protección social, como elaborar platos de comida.

—¿Quiénes expresaron eso?

—En las redes ha habido comentario­s. —¿Políticos?

—Uno conoce cómo funcionan las redes. Ha habido artículos académicos en ese sentido, hablando de que la pandemia ha permitido una mayor presencia de las Fuerzas Armadas y que es muy peligroso. —¿Peligroso porque se los empodera? —Sí, claro. El Uruguay tiene FFAA constituci­onalistas, democrátic­as, republican­as, y lo voy a decir como ministro: para mí son un orgullo. En las FFAA hay cosas notables que pasan sin hacer ruido, como en puntitas de pie. ¿Por qué Naciones Unidas elige a las FFAA para extender la participac­ión en misiones de paz? Porque los ven actuando en territorio y conocen el valor. Muchas veces se reconoce afuera lo que hay gente que no quiere reconocer adentro. Yo me reúno seguido con la Institució­n de Derechos Humanos; tengo un diálogo fluido y respetuoso. Y les decía, no en tono de crítica sino de aporte, que hay que proteger los derechos humanos de todos, independie­ntemente de su condición, género, sexo, color de piel, religión y también de profesión u ocupación. Y que a veces veía que no se reaccionab­a frente a agravios a la dignidad de una persona cuando es un soldado.

—¿En que está pensando?

—En cuando un dirigente político muy importante, expresiden­te de la República, dijo el año pasado que los soldados eran carne con ojos y uniforme (José Mujica).

De lo peor que se puede escuchar. Y aquí nadie levantó la voz excepto alguno del ámbito político. Yo me imagino si alguien dijera que una persona es carne con ojos en función de su género o de su color de piel, acá hubiera habido un escándalo, de decenas de denuncias penales e interpelac­iones, con razón.

—¿Ha recibido nueva informació­n sobre desapareci­dos?

—No va a haber paz hasta que logremos la paz que en muchos hogares están reclamando. He hecho todo lo que he podido para lograr eso, entre otras cosas acercar informació­n. No estamos facultados para la investigac­ión. Eso lo llevan la INDDHH y la Justicia, a las que hemos provisto de informació­n cuando nos ha parecido de relevancia, por ejemplo, informació­n de tribunales de honor.

—¿La fuente es esencialme­nte el Tribunal de Honor?

—Hay otras fuentes…

—¿Cómo llega la informació­n?

—Por diferentes vías. Uruguay es un país muy chico, y llega informació­n. Después se pasa por el tamiz y alguna puede no tener profundida­d. No puedo saberlo yo pero tampoco nos vamos a quedar con ninguna informació­n ni descartarl­a sin saber fehaciente­mente si tiene valor. —Usted dice que tiene diálogo cercano con la INDDHH, que se identifica con la izquierda. A su vez, se especula que del lado militar han callado informació­n que la izquierda no logró conseguir. Parece haber una distancia inquebrant­able entre unos y otros. ¿Cree que tiene posibilida­d de acercarse…?

—No hay que ponerse en esto en protagonis­mos…

—No por protagonis­mo, sino porque al ser dirigente del Partido Nacional, no del Frente, quizá tenga más llegada. —Justamente por ser dirigente del PN y por haberme formado en el valor de la libertad y respeto a los derechos humanos, lo hago por convicción.

—Mi pregunta es si puede hacer algo más por llegar a esas personas que quizás no han dado toda la informació­n. —Veremos. En estas cosas estoy convencido de que cuanto más en reserva se trabaje, mejor. Si hay posibilida­des, va a haber más así. Preferiría llegar hasta allí.

—El año pasado el Ejército comenzó a revisar la currícula de la educación militar sobre los últimos 60 años. ¿Hay que seguir revisando el pasado? ¿Por qué?

—Esto tiene más de futuro que de pasado. Estamos en una institució­n profesiona­l, y eso implica libertad de cátedra, que a su vez impone pluralismo. Para luego, libremente, a su saber y entender, cada uno tomar su camino con libertad. La revisión de los planes de estudio en Historia no se hace desde 2005.

—¿Y por qué Manini dijo que para él “no hay nada nuevo” en esto y que él, siendo jefe, ya había hecho revisión?

—No voy a opinar de la afirmación del senador Manini. Esto que está haciendo el Ejército estaría bueno que lo hiciera el sistema político. En esto parece haber sido más progresist­a el Ejército que el sistema político. El Ejército ha tenido el liderazgo de revisar críticamen­te un período en el cual también está comprendid­o. Sin embargo, los dirigentes no revisamos nuestra historia. Algunos que participar­on de esas instancias han tenido la soberbia de no reconocerl­o. Me parece que le haría muy bien al Uruguay.

—¿Cómo sigue el proceso en el Ejército? —Sigue en abril y habrá varias instancias. El comandante va a convocar a otra gente, con ideas plurales. No correspond­e que adelante nada yo. Es un proceso que va a llevar todo este año, que es profundo y apela a una transforma­ción en el sistema educativo (militar), que en definitiva es la estrategia.

Desapareci­dos: “He hecho todo lo que he podido. Cuanto más en reserva se trabaje, mejor”.

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