Minimalismo y sofisticación con vista al horizonte
Entre lo histórico y lo contemporáneo: la reforma de un apto frente al Río de la Plata
Nunca es fácil lograr el equilibrio entre lo antiguo y lo moderno. Y mucho menos, cuando hay que preservar parte de la historia del lugar. Hace dos años, una pareja y su hija que vivían en el exterior, decidieron volver al Uruguay. Necesitaban poner a punto su apartamento en la rambla de Pocitos para definitivamente instalarse en el país.
Eran amigos que se convirtieron también en clientes del estudio Toro, dirigido por el arquitecto e interiorista Ernesto Figueroa, con un pedido concreto: reformar y equipar el apartamento de 300 metros cuadrados de los años 50 en un edificio que además es patrimonio histórico.
Una vivienda que ya tenía una reforma anterior pero que necesitaba una nueva.
En este caso, el estudio, además del equipamiento, se encargó de reformar las aberturas, cambiar la eléctrica de la vivienda y también de dirigir el reciclaje de un sector lateral del apartamento. En este piso, que se articula en dos sectores, uno de ellos fue reformado a nuevo.
El proyecto llevó tres meses de obra pero antes hubo un ida y vuelta con los clientes en el exterior para lograr el objetivo final de otros cinco meses.
REDISEÑO. Ubicado en un piso 17, en el barrio Pocitos, el apartamento tiene cuatro dormitorios, tres baños, cocina, cuarto y baño de servicio y una zona tipo estudio.
Los dormitorios y el living están todos privilegiadamente orientados a la rambla.
“Fue un punto de partida bastante importante porque lo que queríamos hacer con las terminaciones era magnificar esa visual. Lo que buscábamos con las texturas era amplificar esa vista”, contó Figueroa a El País. Así se eligieron tonos neutros para pintar las paredes y las terminaciones, de forma de resaltar la luz.
Otra decisión arriesgada pero exitosa fue quitar las cortinas de enrollar.
“Entendíamos que por la ubicación que tiene no había incidencia del sol directo en ningún horario y entonces podíamos prescindir de esas cortinas, pudiendo mejorar tanto la visual como la luz interior de la unidad”, agregó.
También fue un desafío la fachada en un piso tan alto de un edificio que es declarado patrimonio de la ciudad.
Para el interiorismo, parte del equipamiento fue traído del exterior y otro tanto se compró en Uruguay. La alfombra del living, por ejemplo, se encargó en Marruecos, la importaron a Londres y los clientes la trajeron a Uruguay. La selección fue en conjunto entre la pareja y el estudio.
“Los clientes iban viendo en casas del exterior e íbamos eligiendo e intercambiando”, contó Figueroa.
Pero todo eso no fue sencillo. “El principal desafío fue trabajar a distancia con el cambio de horario, poder trabajar desde acá eligiendo muebles en el exterior, visitando las tiendas online. Implica que no podés ver las terminaciones y no es fácil lograr el equilibrio perfecto”, reflexionó el arquitecto.
La separación de los ambientes del living y el comedor fue otra de las improntas del estudio. Lograron así generar dos espacios totalmente aislados que mediante una puerta en tres paños, se vinculan inmediatamente. También diseñaron a medida la biblioteca de nueve metros de largo, que está sostenida en nueve puntos del suelo y el techo.
“Es una réplica de un modelo italiano que nos gusta mucho”, contó.
Para Figueroa es un proyecto que refleja muy bien el sello del estudio y que define a la perfección la estética que persiguen. “Buscamos y tenemos una tendencia hacia el minimalismo, al estilo contemporáneo con colores neutros pero también nos adaptamos a las distintas situaciones. Buscamos la mejor ecuación para el proyecto”, resumió en diálogo con El País.
EQUILIBRIO. Así, en estos 300 metros cuadrados de superficie, pusieron énfasis en conjugar bien los distintos elementos y las distintas texturas para lograr un justo equilibrio.
“Queríamos resaltar siempre el horizonte. Lograr así que el punto focal no fuera el equipamiento y sí la vista. Elegimos entonces todas piezas icónicas y reconocidas que generaron esa amplitud”, agregó.
“Insistimos mucho en que los materiales fueran fieles a su terminación. Que las maderas sean terminación mate, que las telas sean telas, no tinta; usamos lana y no material sintético. Buscamos no alterar los materiales. Cuando hablamos de un proyecto interior lo que intentamos es potenciar la nobleza del material”, concluyó Figueroa.
“Queríamos resaltar siempre el horizonte. Lograr que el punto focal fuera la vista”.