MURIÓ UN PRESTIGIOSO DIRECTOR FRANCÉS
Bertrand Tavernier tenía 79 años y una larga carrera en cine
El director Bertrand Tavernier, fallecido ayer a los 79 años, fue una de las figuras más emblemáticas y respetadas del cine francés, que vivió volcado en su multipremiada obra ecléctica y en la defensa y promoción del séptimo arte.
Gran cinéfilo, Tavernier militó a favor del cine francés independiente, pero eso no le impidió mostrar su pasión por el Hollywood del siglo XX.
Sus películas fueron recompensadas tanto en Francia como en el extranjero.
En 1983, 1280 almas fue nominada a los Óscar y un año después, Un domingo en
el campo se llevó un premio en Cannes. En 1990, La vida y nada más" se alzó con el BAFTA a la mejor película extranjera y en 1995 La Carnada, con el Oso de Oro de la Berlinale.
En Francia, reunió cinco premios César a lo largo de su carrera y la Mostra de Venecia le recompensó con un León de Oro por el conjunto de su obra. Entre sus películas más destacadas también están La muerte en directo, Nuestros días felices y Cerca de la medianoche
El cineasta, de estatura imponente y espesa cabellera, escribía sus propios guiones, ya fueran sobre tramas policíacas, políticas, históricas, de aventura, guerra...
Tavernier deja una filmografía producida desde el sentimiento, en guerra contra las injusticias, el racismo, la droga y el desempleo. Mimaba la narración y los personajes, los mismos que rechazaba la corriente cinematográfica de la nouvelle Vague.
Su objetivo era "explorar e introducirse en las épocas y universos mediante personajes" con destinos complicados. "Y no aburrirse, ¡es una cuestión de cortesía!", afirmaba el director .
Nacido el 25 de abril de 1941 en Lyon, era hijo del escritor René Tavernier y descubrió el cine durante una estancia en un sanatorio. Al trasladarse a París, fundó con unos amigos el cineclub Nickelodéon y colaboró en los años 1960 con varias revistas.
Fue encargado de prensa de películas de Jean-luc Godard y Claude Chabrol, entre otros, y en 1970 cofirmó un libro que se convirtió en una referencia en la materia: 30 años de cine estadounidense. Aseguraba haberse convertido en director “debido a su admiración por los wésterns”. En su cine combinaban lo europeo con lo americano.