Aumento de personal en los CTI podría debilitar al propio sistema
Los intensivistas sostienen que provocará la desatención de otras áreas
Más allá de la cantidad de camas de CTI, uno de los principales temores que los médicos han expresado es la falta de personal capacitado para atender a los pacientes, sobre todo en momentos donde los casos positivos entre los trabajadores de la salud crecen (ayer eran 554, unos 100 más que el viernes) y también aumentan los que se ven obligados a realizar cuarentenas.
Este problema ha sido expresado por el Sindicato Médico del Uruguay (SMU) y varias sociedades científicas, que este fin de semana instaron al gobierno a tomar medidas para “disminuir la movilidad” y evitar así una “catástrofe sanitaria” a partir del aumento de los ingresos a los CTI (ver más en página A4).
Sin embargo, mientras esto sucede, el Ministerio de Salud Pública (MSP) ha tratado de dar algo de tranquilidad advirtiendo que habrá más camas y también más personal que ha sido capacitado para asumir la alta demanda.
MÁS CAMAS. Según el ministerio, actualmente hay 849 camas operativas de CTI y “se logró incorporar equipamiento” para que después de Semana de Turismo se llegue a 946. Pese a esto, fuentes vinculadas a la Cátedra de Medicina Intensiva de la Universidad de la República dicen que aumentar las camas es “paliativo”, porque “posterga todo”, pero el colapso “va a ocurrir”.
Para Gustavo Grecco, médico intensivista y presidente de SMU, es “incorrecto” creer que la respuesta adecuada es aumentar la cantidad de camas, y “lo correcto” es evitar que “las personas lleguen a terapia intensiva” para “prevenir el desastre”. El intensivista Raúl Lombardo añade en este sentido: “El tema no es agrandar el paraguas para mojarte menos, el tema es que no llueva”.
MÁS PERSONAL. En cuanto a los recursos humanos, las autoridades anunciaron sí un aumento en la plantilla que trabaja en los CTI. Ya hay 900 enfermeros y 300 médicos que fueron capacitados para trabajar en esas unidades, según el MSP.
La capacitación estuvo a cargo de la Cátedra de Medicina Intensiva. Se está finalizando para los últimos grupos y se hace a través de la plataforma Zoom (a distancia), aunque también se incluyeron prácticas presenciales.
Sin embargo, varios médicos intensivistas consultados advierten que esto podría perjudicar al propio sistema. “No es un personal de reserva, es gente que ya está trabajando en otras áreas y eso implica debilitar” estas, señala Lombardi.
“Aunque sí se puede sumar gente, la calidad de la asistencia baja enormemente y sobre todo los resultados”, explica en tanto un intensivista que está al frente de un CTI y prefirió no figurar.
Sin embargo, el presidente del Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), Julio Pontet, dice que la capacitación a personal de otras áreas “era lo que se podía hacer”. Aunque advierte que “no es lo ideal”, reconoce que “dentro de una crisis es el mejor escenario”.
El presidente Luis Lacalle Pou destacó ayer que “una persona que está recargada de trabajo no lo termina haciendo bien”, por lo tanto cree que hay que “tener presentes a los profesionales de la salud”.
En el reporte diario de ayer, la SUMI, advirtió que la ocupación de camas por pacientes con COVID-19 llega a un 36% del total. Según los intensivistas y el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), esto equivale a una zona roja.