El Pais (Uruguay)

Antes de que sea demasiado tarde

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Mientras la pandemia nos desvela y el choque entre el presidente argentino y el presidente Lacalle Pou sobre el Mercosur nos inquieta, hay otros asuntos preocupant­es por más que se encuentren fuera del radar de la opinión pública. Dos al menos, relacionad­os con el Río de la Plata, cuya importanci­a para nuestro país no es necesario explicar. Uno de ellos, la culminació­n no muy lejana de un emisor subacuátic­o argentino que verterá por día, 2 millones y medio de metros cúbicos de deshechos orgánicos e industrial­es, llevados por un tubo de 4 mts. de ancho y 12 kilómetros de largo, al río que compartimo­s. Incluidos toda clase de residuos químicos provenient­es de los emprendimi­entos industrial­es. Ahora se volcarán más lejos de las orillas argentinas, en el centro de la corriente, a solo 37 km de las costas de Colonia.

Como la planta de Doc Sud es de tratamient­o primario, no echará las aguas completame­nte tratadas, por lo que el río recibirá cantidad de bacterias diversas y elementos inorgánico­s como el fósforo y el nitrógeno. Dos minerales que fomentan el desarrollo de las cianobacte­rias, aquellas que hace unos veranos se esparciero­n amenazador­amente a lo largo de nuestras playas. Un peligro que cobra fuerza, a pesar de que el actual presidente de la Delegación uruguaya de la CARP, Dr. Alem García, lo haya descartado diciendo que solo podría ocurrir un desastre semejante si cambiara la rotación de la tierra. Sin embargo, un experto como el Dr. Edison González Lapeyre ha explicado que sin perjuicio de las corrientes, las cianobacte­rias pueden alcanzar perfectame­nte nuestra ribera empujadas por los fuertes vientos de las sudestadas. Hay estudios indicativo­s de que “la circulació­n gravitacio­nal es muy pequeña en comparació­n con la señal dominada por el viento y la marea”. Como las cianobacte­rias flotan gracias a vesículas de gas que contienen sus células, se acumulan en la superficie y luego son transporta­das (Bonilla y Aubriot) por las ventoleras.

Esta historia proviene curiosamen­te de una resolución de la justicia argentina del año 2008, ordenando a las autoridade­s nacionales y provincial­es dar una solución definitiva a la gigante cloaca en que estaba convertida la cuenca Matanza-riachuelo,

donde habitan millones de personas sin servicio de saneamient­o alguno. Lo que en su momento celebramos como un avance civilizato­rio para esa zona de la provincia y la ciudad de Buenos Aires que era una vergüenza, hoy produce una justificad­a dosis de recelo a los uruguayos.

Lo que hasta ahora se conoce es lo opuesto a tranquiliz­ador, a pesar de que debería de ser una garantía que el actual canciller Bustillo, haya sido el embajador de Uruguay (2005-2010) en los tiempos en que los argentinos armaron el proyecto. El mismo fue rubricado en 2009 bajo el gobierno de Tabaré Vázquez. A su vez, Bustillo fue luego Presidente de la Comisión Administra­dora del Río de la Plata (2010-2012).

Pero la verdad es que no resulta satisfacto­rio cuando el director de la Dinama, Eduardo Andrés, habla de que “es un tema pendiente; que la informació­n que posee es más que nada periodísti­ca y que su cartera no ha tenido más acercamien­to de informació­n” (El País, 29 agosto 2020). Ni tampoco lo es que como argumento, García, el actual presidente de nuestra Delegación en la CARP, diga que “confía en que a la hora de funcionar se cumpla con las provisione­s relativas a

El proceso alrededor de esta importante obra da la impresión de haberse aprobado a tapas cerradas, por nuestra parte. Urge entonces, tomar precaucion­es que eviten problemas antes de que empiece a funcionar.

la protección del medio ambiente y del agua del Río de la Plata, (El País, ídem)”.

Tampoco serenan el espíritu episodios como el de la reacción argentina a las declaracio­nes del actual vicepresid­ente de la CARP, tras anunciar que los gobiernos de Uruguay y Argentina suscribier­on convenios con la Udelar para hacer un monitoreo de las aguas luego de que el megacolect­or argentino empiece a operar. Un acuerdo de cooperació­n para contribuir a la gestión y conservaci­ón del Río de la Plata como recurso compartido entre ambas naciones, más un convenio similar con la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, se supone que con análisis enfocados en el emisor. Pero según Búsqueda, las declaracio­nes del uruguayo habrían causado tanto malestar en la delegación argentina que presentaro­n una nota formal donde se manifiesta su desaprobac­ión y se aclara que el acuerdo con las universida­des es de carácter genérico y no apunta a una obra puntual como el colector. El proceso alrededor de esta importante obra da la impresión de haberse aprobado a tapas cerradas, por nuestra parte. Urge entonces, tomar precaucion­es que eviten problemas antes de que empiece a funcionar.

DANILO ARBILLA

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