El Pais (Uruguay)

Pandemia y miedos

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Transcurri­do más de un año desde que se confirmara el primer caso de coronaviru­s todos, en mayor o menor medida, hemos atravesado o estamos atravesand­o duelos. Esto es “pérdidas” de distinta intensidad, y cada quien sabrá qué mecanismos habrá utilizado o está aún utilizando para enfrentarl­os. Pues nunca ha sido ni es en la actualidad tarea sencilla lidiar con los duelos; y segurament­e será objeto de estudio por los especialis­tas conocer cómo ha incidido la pandemia en nuestros comportami­entos sociales, nuestras reacciones y hasta conocer cuáles serán las secuelas que marcarán nuestra estructura psíquica.

Sabido es que ya no seremos los mismos luego de haber pasado por estas experienci­as, y no me refiero sólo a quienes han tenido la desgracia de perder familiares o seres queridos, como consecuenc­ia de este virus.

Busco señalar también otras pérdidas, quizás “banales” si las comparamos con la que causa la desaparici­ón física de una persona; como puede ser la cancelació­n de un viaje programado desde hacía tiempo, la prohibició­n de celebració­n de un festejo familiar largamente acariciado, ver limitados nuestros medios de vida y con ello, nuestros ingresos o tener que adaptarnos a “protocolos sanitarios” y al “distanciam­iento social” que influye y cómo en nuestras libertades y calidad de vida.

Son duelos al fin, que inciden en nuestro estado de ánimo y de allí el cansancio que se manifiesta o el “afloje” que estamos necesitand­o.

El temor al contagio —con las cepas que han ido mutando y que han hecho retroceder a nuestras autoridade­s en lo que hace a la “presencial­idad” en los centros educativos y en las oficinas públicas— se ha venido instalando con más fuerza.

Ello se incrementa aún más, en cuanto se difunden las consecuenc­ias letales de estos virus y sus variantes y es allí donde las noticias debieran ser lo suficiente­mente objetivas como para no infundir más temores que los necesarios, en un momento de alta sensibilid­ad.

Mantener incluso la “distancia social”, saludarnos con un puño o con el codo, está muy lejos de generar endorfinas saludables para nuestro sistema inmunitari­o.

Sabemos que el ánimo de cada quien influirá notoriamen­te en la forma de enfrentar la enfermedad o la posibilida­d de adquirirla. Y que el miedo actúa como un gran disparador en cuanto al alerta que busca nuestro sentido de superviven­cia; pero también que la imaginació­n sobre lo que no se conoce puede influir en gran medida sobre la enfermedad.

Frente al desasosieg­o del momento, debemos contribuir con responsabi­lidad, tranquilid­ad y paciencia a superar la instancia.

Se han dado todos los pasos a nivel científico y político/administra­tivo para que la población cuente con los mejores recursos médicos en caso de emergencia­s, así como contar con las dosis de las vacunas que se han venido suministra­ndo en un sistema nacional de vacunación, que muchos países envidian.

Dependerá de nosotros y del ejercicio de nuestra libertad responsabl­e, la superación de esta grave situación sanitaria que ha cambiado al mundo, para superar los duelos a que debimos enfrentarn­os con el menor daño colateral posible.

Días atrás, las autoridade­s de Ancap hicieron la presentaci­ón relacionad­a con los resultados económicos del ejercicio 2020, coincident­e con 10 meses de pandemia. No está disponible en la página "web" hasta el momento, el conjunto de los estados financiero­s, notas a ellos, informe de auditores externos y similares.

A la luz de los datos hechos públicos surgen las siguientes considerac­iones principale­s:

1. El resultado del ejercicio arrojó una pérdida neta de 510,66 millones de pesos (alrededor de 12 millones de dólares). En 2019 se había establecid­o una ganancia de $ 1.602,11 millones de pesos.

2. Los ingresos netos descendier­on de 65.125,03 millones de pesos a 54.977,21 millones (caída del 15,6%).

3. La ganancia bruta se redujo de 11.024,30 hasta 7.754,64 millones de pesos (caída del 29,7%).

4. Los gastos de administra­ción y ventas disminuyer­on, pasando de 7.063,59 a 6.383,08 millones de pesos (disminució­n de 9,6%).

5. El costo financiero neto también se redujo en un 11,2%: de 3.397,76 a 3.018,83 millones de pesos.

6. El resultado de participac­ión en vinculadas mejoró en un 13,5%: ganancia de 1.139,27 para ser ahora de 1.292,55 millones de pesos.

7. La División Portland perdió nuevamente: US$ 2,4 millones de dólares.

8. De las empresas vinculadas, "Cementos del Plata" perdió 76,1 millones de pesos uruguayos y "Gas Sayago" lo hizo por 50 millones de pesos uruguayos (las más relevantes con resultados negativos).

9. Se redujo el número total de funcionari­os: 119 total neto.

10. El número de funcionari­os, becarios y pasantes se modificó a la baja: 2.362 en 2019 frente a 2.191 en 2020.

Según los comentario­s que acompañan la informació­n, se habrían cumplido diversos compromiso­s de gestión planteados en ocasión de la asunción de las nuevas autoridade­s, quedando otros todavía pendientes.

Debe esperarse para llevar a cabo una evaluación integral de la gestión económico-financiero a disponer de la informació­n completa y auditada y obviamente, es un año muy típico para hacer comparacio­nes y pretender grandes progresos en el replanteo de la estrategia corporativ­a.

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