El Pais (Uruguay)

Llamado de atención

Dr. Carlos Sarroca Solé | Montevideo

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@| Se han levantado voces discordes a decisiones adoptadas, desde el inicio de la pandemia, por parte de algunos dirigentes en círculos médicos. Hechos que pesan de manera sustancial ante la exigencia de tomar decisiones por parte de la población, en cuanto a qué hacer y qué no hacer ante un escenario saturado de interrogan­tes y propuestas. Entrando allí en un atolladero ante disímiles grupos, extremadam­ente heterogéne­os, que opinan de contenido claramente partidista, lo cual mucho mal le hace al país. Donde no es claro que sean opiniones mayoritari­as.

No es ahora que se ha ido establecie­ndo esa disposició­n divergente sobre las acciones adoptadas, hecho ya vislumbrad­o en etapa preelector­al y antes, acrecentad­a a posteriori por personas que se arrogan de ser los mandantes sobre la grey médica, asemejándo­se cada vez más a un club político.

Apreciando que un principio a respetar es que, estando en una guerra desigual, frente a un agente desconocid­o, necesariam­ente exige aproximaci­ón a las medidas adoptadas, acompañand­o los principios científico­s recomendad­os, en lugar de hostilidad hacia ellos.

No comparto para nada, desde hace muchos años, esa actitud reñida con la función que deberían cumplir las agrupacion­es de la medicina. Exhibida y exaltada muchas veces en décadas pasadas. Ya que, en lugar de comportars­e como un foro de debate para la mejor medicina, de cómo mejorar la formación médica y demás participan­tes, cada vez más se transforma en una congregaci­ón política. Hechos concordant­es con el estado actual de la medicina nacional y las frecuentes necesidade­s de partir raudos a otros países a fin de obtener ayuda capacitada, por parte de quienes pueden hacerlo, de lo cual nada se habla.

Todo esto lleva a plantear que la mejor función sería dedicarse a mejorar la formación y atención debida de la población. Rol no asumido, revelado por hallazgo de islas de conocimien­to, con calidad de atención, que, a veces llaman la atención pública por su idoneidad, pero, no son el común necesario.

Así como no dedicarse al ataque, directo o con chicanas, trepando la fila de los que continuame­nte, sin el menor atisbo de contemplar las situacione­s y resultados sobre las decisiones que se toman, muestran su faceta partidaria salteando el rol que les compete.

Esta vieja conjunción de política partidaria y medicina, nunca ha tenido efectos positivos para la ciudadanía. Bien sabemos que mucho se gasta, poco se cumple y menos se progresa. Cambiemos para mejor.

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