El Pais (Uruguay)

De no creer

- elpepepreg­unton@gmail.com

Se terminaba el año 2019 cuando una marabunta tomó súbitament­e un terreno próximo a Santa Catalina y levantaron en él sus viviendas precarias. El predio, de 72 hectáreas, lucía hasta entonces abandonado, pero era y es propiedad de una empresa que opera en el puerto de Montevideo.

Algunos afirman que la ocupación fue tan espontánea como caótica. Otros hablan de especulaci­ón y oportunism­o, vehículos lujosos presentes durante el desembarco masivo y señalan a grupos vinculados al narcotráfi­co como los promotores de la usurpación masiva de tierras. Como sea, aquel movimiento dio origen a un asentamien­to que se resolvió llamar “Nuevo Comienzo”.

Dicen que, tras varios operativos policiales, narcos y oportunist­as abandonaro­n el lugar, en el que permanecie­ron unas 80 familias.

Como era de esperar, la empresa propietari­a del terreno accionó judicialme­nte para que se respetaran sus derechos sobre el predio. Pero además la Intendenci­a de Montevideo también se presentó ante la Justicia, porque algunas viviendas se habían levantado en tierras aledañas a una bomba del sistema de saneamient­o. Los involucrad­os se trasladaro­n entonces a otro sitio dentro del mismo terreno, en este caso con servidumbr­e, lo que motivó nuevas demandas de la comuna y de la empresa víctima de la usurpación. Además, hay una denuncia del casero del terreno, quien asegura haber sido víctima de amenazas, un robo y hasta un incendio intenciona­l en su vivienda.

La Fiscalía hizo lo que debía. Dio trámite a las denuncias, retiró cargos contra los asentados que aceptaron abandonar el predio, y fijó fecha para el desalojo de algunas familias.

Pero para sorpresa de todos, y en un fallo que sienta un peligroso precedente, la Justicia ordenó días atrás al Estado que brinde una vivienda a una familia del asentamien­to Nuevo Comienzo que había recibido una orden de desalojo.

¿Se entiende? Pongámoslo así. Usted usurpa un terreno que ya tiene dueño. Levanta una vivienda precaria. Se cuelga de la luz. Usa, sin pagar, el agua de OSE. Hace un pozo negro en una tierra que es ajena. Y cuando un juez le dice que usted tiene que abandonar ese predio, que no es suyo, otro juez interviene y obliga al Estado a proporcion­arle una vivienda.

¿Qué cree que van a hacer los demás vecinos con orden de desalojo de este asentamien­to?

¿Y todas las personas que viven en alguno de los 650 asentamien­tos que hay en el país? ¿Qué piensa que van a reclamar cuando un juez les ordene desalojar la tierra que usurparon?

Este fallo judicial, sin pies ni cabeza, ¿va a quedar firme?

¿Qué consecuenc­ias tendrá este dictamen para el Estado, que somos todos? ¿De dónde va a sacar recursos para darle una vivienda a cada familia que usurpe un terreno o un inmueble ajeno? ¿Cómo van a hacer frente este gobierno, y los gobiernos que le sucedan, a este dislate?

¿Qué pueden esperar los que tienen un terreno en el que no han construido o un inmueble desocupado? ¿Que a la luz de este fallo alguien se los ocupe para, desde esa posición de poder, obligar al Estado a proporcion­ar una vivienda?

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