El Pais (Uruguay)

Recuerdos de tres días en Uruguay

Estuvo en el instituto Anglo e inauguró el edificio Médanos y la Junior School del British

- MARIANA MALEK

En abril de 1962, hace 59 años, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, llegó a la región para una visita oficial en representa­ción de su esposa, la reina Isabel II.

Felipe llegó a Montevideo desde Buenos Aires, luego de que la turbulenci­a política de la capital argentina lo obligara a apurar sus planes.

El príncipe llegó a Montevideo a través del aeropuerto de Carrasco y de acuerdo con las publicacio­nes de la época fue recibido con gran pompa, en lo que fue la mayor recepción del tour regional que emprendió.

El duque de Edimburgo paseó en un coche descapotab­le y fue escoltado por blandengue­s por las calles de Montevideo. Estuvo en el Palacio Legislativ­o y en el Hotel Carrasco. Felipe dejó una ofrenda floral en la estatua de Artigas, en la Plaza Independen­cia, donde lo siguió una multitud.

Durante su visita, que duró tres días, estuvo en el instituto Anglo e inauguró el edificio Médanos y la Junior School del colegio British de Montevideo, visitó el interior asistiendo a varios establecim­ientos rurales, como la estancia Santa Clara, ubicada en Florida, de la familia Gallinal, y el campo de la familia Arteaga. Además, jugó al polo y probó el asado con cuero típico. Se alojó en el hotel Victoria Plaza.

Florencia Mañé tenía 7 años y recuerda la visita del marido

A la visita de Felipe en 1962, siguieron años después las de sus hijos.

de la reina al British con cariño: “Fue divino, estaban inaugurand­o el Junior School. Era un día divino y a las más chiquitas nos hicieron sentar adelante con el sombrero del colegio”, relató.

“Fue un hito en el colegio”, recordó Mañé, quien además confesó que durante todo el día de ayer viernes estuvo compartien­do con sus compañeras de generación los recuerdos de la visita del príncipe Felipe.

También, Anthony Shaw, que tenía 13 años y asistía al colegio recordó la visita. “Estábamos los alumnos sentados en el pasto y a mi me tocó bastante lejos. El duque estaba sobre una tarima levantada. En nombre del colegio el director le regaló el libro The Purple Land de Guillermo Enrique Hudson”, detalló. La novela, publicada por primera vez en 1885, y escrita por el autor argentino se centraba en el Uruguay del siglo XIX.

La gran anécdota de la visita al British la protagoniz­ó Sarah Henman. Desde Cambridge, la exalumna del colegio británico recordó lo que sucedió el día de la visita: “Yo tendría 12 años y él vino a nuestro colegio y recuerdo que todos los alumnos lo esperamos en la entrada del edificio. El director del colegio había puesto a los alumnos mayores para presentarl­os al príncipe. Yo me encontraba delante, con una cámara Brownie de Kodak, y él se me acercó y me preguntó qué iba a hacer con la cámara y no recuerdo qué le dije. Luego me preguntó qué quería hacer cuando fuera mayor y le respondí que quería ser piloto como mi papá y mi tío que habían estado en la Segunda Guerra Mundial. Seguimos hablando unos minutos y lo que sucedió fue que no quedó tiempo para que conversara con los alumnos más grandes. Hizo su discurso y se fue”, contó Sarah Henman.

El interés del príncipe de conversar con niña con una cámara no le salió barato a Henman, quien reveló que permaneció un buen rato sentada en la oficina del director del colegio, quien la puso en penitencia porque no permitió que los alumnos mayores conversara­n con Felipe.

Sarah Henman confesó que hasta el día de hoy, en su casa en Cambridge conserva la imagen que le tomaron conversand­o con el duque de Edimburgo en el predio del colegio en Carrasco.

En uno de los videos que circulan de la visita del duque a Montevideo, se ve a Felipe conversand­o con Virginia Angenschei­dt, quien era entonces una de las niñas que asistió a saludarlo durante sus recorridas por Montevideo.

Aunque no recuerda de qué conversaro­n, Angenschei­dt comentó a El País: “Fuimos con el colegio (Ivy Thomas) a la plaza Winston Churchill de Kibón a esperarlo. Pasó frente a nosotros y me preguntó algo (que no recuerdo) y yo le contesté. En la filmación se ve que, muy sonriente, asiento con la cabeza”, confesó.

EL POLO. El club Carrasco Polo también recibió la visita en sus instalacio­nes y canchas del duque de Edimburgo.

En el libro Polo en Uruguay de Juan José Hounie se repasan los hechos del partido del que participó el consorte de la monarca británica.

“Durante su breve estadía en Montevideo, el príncipe aprovechó para despuntar su amor por el polo en el Carrasco Polo Club”, recogió de la prensa de la época Hounie en su libro.

Entre los participan­tes del histórico partido, en el equipo de Felipe estaban el edecán del príncipe, William Leigh, y David y Federico Stirling. El equipo adversario estuvo integrado por Juan Andrés Herrera, Juan José Hounie, Andrés Arocena y Luis Pedro Besozzi, con Charly Rydstrom como árbitro.

El partido terminó siete a cuatro. Luego Felipe fue directo a la residencia del embajador del Reino Unido en Uruguay.

Fue la única ocasión en la que el consorte de Isabel II pisó Uruguay.

Décadas después, en marzo de 1999 llegaría el príncipe Carlos, en 2002 lo haría el príncipe Andrés, y en 2005 y 2016 visitó el país el príncipe Eduardo.

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