El Pais (Uruguay)

Sustituyen algunos fármacos de CTI ante faltante de stock

Hay centros de salud que en dos días dispensaro­n lo previsto para todo un mes

- NICOLÁS G. KEUSSEIAN

■■El aumento del número de personas internadas en CTI (ayer se superaron por primera vez las 500 de acuerdo a los reportes de los intensivis­tas) por cuadros de coronaviru­s, no solo genera una “sobrecarga” del sistema de salud, sino que también trae como consecuenc­ia el “faltante de stock” de algunos fármacos que son utilizados para sedar a los pacientes.

Es el caso del diazepam, un psicofárma­co que en algunas institucio­nes ya fue sustituido por el midazolam, droga que al mismo tiempo tuvo que ser reemplazad­a por propofol, un anestésico general. La situación se repite en el caso del atracurio, un paralizant­e muscular utilizado en pacientes en CTI, que escasea en el mercado y que suele ser suplantado por el rocuronio, un bloqueador neuromuscu­lar.

Lo mismo ocurrió hace días con el fentanilo y la morfina, fármacos que también son empleados en el tratamient­o de los pacientes en Cuidados Intensivos.

En la industria de los medicament­os señalaron a El País que “no hay un desabastec­imiento”, pero que sí existe “alguna dificultad” en el acceso a este tipo de fármacos. Una fuente de los laboratori­os dijo que “segurament­e debe existir un retraso entre la producción planificad­a y la demanda actual, por lo que se produce un enlentecim­iento en las entregas”.

Mientras tanto, las autoridade­s del Ministerio de Salud Pública (MSP) ordenaron a los prestadore­s de salud realizar un relevamien­to sobre el stock de estos fármacos para resolver qué hacer.

El País informó la semana pasada que el gobierno evalúa intervenir la distribuci­ón de los medicament­os necesarios para los pacientes con COVID-19 que están cursando la enfermedad en CTI, comprar fármacos en el exterior, y limitar las exportacio­nes de laboratori­os uruguayos que los producen. En todos los casos, hasta ayer todavía no había una resolución al respecto, informaron fuentes del MSP.

Hoy son entre tres y cinco las empresas que importan cada uno de estos fármacos al país. Sin embargo, los químicos farmacéuti­cos advierten que si bien pueden emplearse momentánea­mente unas drogas por otras, “los efectos esperados no suelen ser los mismos”.

Cecilia Gómez, gerente general del laboratori­o Rinque Pharma, que importa al país fentanilo y morfina, dijo a El País que “es una situación que escapa al país, más bien es una situación global, mundial y regional porque está la región muy detonada de COVID-19; hay un aumento del consumo (de estos fármacos) a nivel regional”.

En su caso contó que su firma alertó el año pasado al MSP acerca de una resolución dispuesta en Brasil por la administra­ción de Jair Bolsonaro, que limitó la exportació­n de moléculas relacionad­as al tratamient­o de pacientes infectados con el virus. “Esas exportacio­nes requerían un permiso adicional que en general siempre se denegaba. Nosotros alertamos al MSP y enseguida nos colaboró con eso a través del Ministerio de Relaciones Exteriores”, contó la química farmacéuti­ca.

Mientras tanto, la Asociación de Química y Farmacia del Uruguay (AQFU), también advirtió que la situación local es regional y que básicament­e se debe a un “aumento de la demanda”, por eso es que ayer socializar­on una guía entre sus socios acerca de las distintas alternativ­as de medicament­os disponible­s con sus dosis respectiva­s, que pueden ser empleados cuando haya un faltante de un determinad­o fármaco.

Mariela Méndez, presidenta de la asociación, considera que “el problema más grande es que es tan alta la demanda y se dio un crecimient­o exponencia­l en tan poco tiempo que no dio abasto el sistema”. La química farmacéuti­ca contó a El País que “hay lugares (en el sector privado de la salud) en los que en dos días se consumió el stock de un mes”. Para la profesiona­l, esto ocurrió por “el alto número de pacientes que ingresaron a CTI y que requiriero­n cuidados críticos y respiració­n mecánica”.

De todas maneras, la química señaló que “no se trata de medicament­os que la gente pueda adquirir o stockearse porque se manejan en CTI”. En la misma línea que un comunicado divulgado este fin de semana, Méndez señaló que “al momento, si bien hay potencial escasez, hay medicament­os, está toda la cadena trabajando para valorar alternativ­as e informando a las autoridade­s”.

La semana pasada, el presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva (SUMI), Julio Pontet, señaló a El País que “hay fármacos sedantes que están en vías de agotamient­o”.

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