El Pais (Uruguay)

Las seis recetas de Lacalle Herrera

El expresiden­te aconsejó sobre política exterior y campaña electoral, y analizó al Mercosur

- PABLO S. FERNÁNDEZ

Asus 79 años se mantiene muy activo y con ganas de charlar largo y tendido, no solo con los dirigentes del Partido Nacional, sino sobre todo con los jóvenes. “Hay que preparar el semillero para salir a la cancha”, comenta en cada reunión Luis Alberto Lacalle Herrera, que con el sayo del “viejo sabio” dedica largas jornadas a hacer disertacio­nes para hablar con la militancia.

En los últimos días, el expresiden­te dedicó más de tres horas en tres charlas por videoconfe­rencia de las que participar­on unos 250 jóvenes blancos, a los que les dejó un par de recetas de por dónde tiene que ir la política exterior del Uruguay, y otro tanto de “piques” para cuando toquen tiempos de volver a salir a juntar votos para retener el gobierno nacional.

El miércoles 7 con los jóvenes de la Lista 71, la pregunta disparador­a de la disertació­n fue: “Mercosur, ¿buque insignia o lastre?”. El jueves 8, con la juventud del partido, se reunió también por Zoom para hablar de Luis Alberto de Herrera a los 62 años de su fallecimie­nto. Y el viernes 9 lo convocaron los jóvenes del Frente Carlos Quijano para también hablar del Mercosur: “historia, presente y futuro”. En todas las disertacio­nes la impronta herrerista fue el común denominado­r.

“Cuando se fundó el Mercosur no había internet. Cuando se fundó el Mercosur no había teléfonos celulares. Cuando se fundó el Mercosur no había trabajo a distancia, ventas de internet. Fíjense lo que ha cambiado el mundo desde aquel día de marzo del 91 hasta ahora, abril del 2021. Eso les da la idea de que necesariam­ente esta organizaci­ón tiene que adecuarse al tiempo que vivimos”, comentó el expresiden­te Lacalle el miércoles 7.

Antes había analizado la historia del bloque, argumentan­do que la llegada de los gobernante­s de izquierda a los países del Mercosur, que a su entender impusieron los intereses ideológico­s sobre los comerciale­s, distorsion­ó el objetivo inicial de la fundación del bloque. “Puede un gobierno darle un poquito de inclinació­n de acá para allá, más adelante o más atrás, pero las grandes líneas son los intereses de un país en la defensa de sus intereses económicos, comerciale­s, para generar empleo e inversione­s”, comentó Lacalle Herrera.

LA FÓRMULA. El expresiden­te celebra que los jóvenes dediquen tiempo a informarse. Les pide que lean, que recorran el país y sus ciudades, que se mantengan activos y actualizad­os. Que miren al exterior.

Los militantes le piden anécdotas y consejos. Él insiste con el legado herrerista y con la impronta blanca de ser revolucion­arios, pero revolucion­arios con el objetivo de garantizar las libertades y la democracia de “los orientales”. Esa es una de sus primeras “recetas”.

En la charla sobre su abuelo, Lacalle expuso su visión de

cómo Uruguay se tiene que posicionar en el mundo, lo que podría entenderse como una segunda receta: “Clientes de todos, es decir, comprar y vender a todos. Amigos de muchos. Aliados de quien convenga, pero independie­ntes en todo el sentido de la palabra. Esto yo creo que tenemos que convertirl­o en la definición actual de nuestro partido”, opinó el histórico líder del Partido Nacional.

EN CAMPAÑA. Para el expresiden­te, la historia de los blancos hay que honrarla con la memoria, el respeto por las fiestas y epopeyas, y con los triunfos y con las derrotas. Tercera receta: “Siempre estar dispuestos a que nuestras ideas sean tan buenas,

y las propuestas sean tan interesant­es como para que mucha gente las elija”, dijo el jueves 8.

Allí se generó la discusión sobre si considerar a blancos o nacionalis­tas para tiempos de campaña. Por eso se abrió a aconsejar sobre estrategia electoral a la barra joven.

“Hay cantidad de ciudadanos que están afiliados a partidos y no se mueven. Yo soy uno de ellos. Pertenezco y pertenecer­é al Partido Nacional por tradición blanca y por visión nacional de los problemas. Pero hay muchísima gente que de una elección a otra va eligiendo, y esto es algo que tenemos que aceptarlo. Es una realidad. Por eso nuestras propuestas e ideas tienen que tener raíz blanca, pero flor nacional. Es decir: ser atractivas por su justicia, por el sentido de posibles —porque no hay nada más injusto que lo imposible y el que promete imposibili­dades está cometiendo una gran injusticia—. Soluciones nacionales, pero en un nacionalis­mo abierto al mundo”, opinó el expresiden­te blanco, dando así su cuarta receta.

Uno de los moderadore­s, el presidente de la juventud blanca, Armando Castaingde­bat Ramírez, apuntó: “El mejor legado de Herrera somos los herrerista­s”.

Lacalle insistió en todo momento que el Partido Nacional tiene que estar siempre bien atento a los asuntos sociales. Que la “pasión” de su abuelo Herrera en estos temas había marcado la historia del país y eso se tenía que defender en las discusione­s públicas. La quinta.

Enumeró la garantía al derecho de huelga que se incorpora en la Constituci­ón de 1934, que los sindicatos tengan personería jurídica como lo planteó Herrera en su programa de 1915, entre otros puntos.

Como otra de las enseñanzas del fallecido caudillo, y sexta receta, el expresiden­te dijo que de Herrera se tiene que tomar la necesidad de ser neutrales en el plano internacio­nal, pero independie­ntes de todos haciendo respetarse como país.

“La libertad de los mares y la libertad de puerto; la neutralida­d respecto de los problemas ajenos. No nos gusta meternos en problemas políticos internos de la Argentina, ni del Brasil, porque no nos gusta que la Argentina o el Brasil se metan en los partidos o personalid­ades de acá”, apuntó.

“Que nuestras ideas sean buenas como para que mucha gente las elija”, dijo.

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EXPOSITOR. El expresiden­te Lacalle mantuvo varias disertacio­nes por Zoom con los jóvenes blancos.

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