Todos somos Carmen
La resiliencia, ese concepto que habla de la capacidad de “renacer” tras momentos aciagos, parece ser una característica de la vida de Carmen Barbieri. Es que más allá de las adversidades a la actriz/bailarina/diva argentina siempre se la encuentra de pie.
Ayer, por ejemplo, debutaba en la versión Celebrity del Masterchef argentino, dejando atrás su complicado pasaje por el CTI por complicaciones después de haber contraído Covid-19.
Su enfermedad fue una nueva mala noticia de una saga fea que empezó con la muerte de su exesposo, Santiago Bal y la lucha contra el cáncer de su hijo, Federico. Ayer se mostraron para celebrar el fin del mal trance en el programa Flor de equipo.
La Barbieri es una trabajadora del espectáculo. Viene de una familia ilustre que incluye a su abuelo guitarrista de Gardel y su padre artista popular y ha estado en la vidriera de la farándula desde siempre. Ha sabido de glorias y miserias y siempreha mantenido su sonrisa, su porte y su ética de trabajo.
Sabe como nadie que en ese negocio, hay que mantenerse porque siempre se vuelve y que a veces te toca ser participante del
Bailando y otras veces, jurado. Y que en todas, lo único que tiene que ser es ella misma.
El regreso a la televisión a través de Masterchef es una prueba de eso. Pasó por un mal momento y ya está de nuevo en frente a una cámara haciendo lo que saben hacer los artistas: entretener más allá de las circunstancias personales.