El Pais (Uruguay)

“El remedio para la economía es la vacunación rápida”

- ECONOMÍA / A9

—¿Qué lecciones económicas cree que dejará esta pandemia del COVID-19?

—La capacidad de practicar políticas macroeconó­micas anticíclic­as resultó fundamenta­l para mitigar el impacto de la pandemia en la actividad. Por lo tanto, es esencial que los países mantengan fundamento­s macroeconó­micos sólidos (incluidos niveles adecuados de deuda pública y reservas internacio­nales y expectativ­as de inflación bien ancladas) para que exista una capacidad de respuesta fiscal y monetaria a shocks futuros. —¿Cómo catalogarí­a la situación actual de América Latina con esta nueva ola del COVID19?

—El proceso de vacunación sigue siendo lento, posponiend­o una apertura completa de la economía y, en muchos países, las medidas de distancia social son cada vez más duras a medida que el sistema de salud muestra signos de agotamient­o. La aparición de nuevas variantes del virus combinada con una mayor movilidad en los últimos meses es probableme­nte el factor que explica el fuerte aumento de nuevos casos y nuevas muertes observado recienteme­nte. Con la expansión de la oferta de vacunas en el segundo trimestre de este año y las medidas de distanciam­iento social recienteme­nte adoptadas, esperamos que se produzca una caída en el contagio, permitiend­o una relajación de las medidas de distanciam­iento social. —¿Qué puede esperarse para la economía regional este año y el próximo?

—Este año América Latina probableme­nte crecerá por encima de su potencial (proyectamo­s 5,1%), ayudado por mejores términos de intercambi­o (gracias a la recuperaci­ón en el precio de los principale­s commoditie­s), una política monetaria expansiva, un aumento de la movilidad a medida que avanza la vacunación, además de un arrastre estadístic­o favorable (dado que el PIB regional ya ha mostrado una mejora sustancial en el segundo semestre de 2020). Aun así, la recuperaci­ón no será suficiente para compensar la recesión del año anterior y es probable que la tasa de desempleo termine el año en niveles superiores a los registrado­s justo antes de la pandemia. Para 2022, esperamos que la recuperaci­ón continúe, pero a un ritmo más débil (esperamos un crecimient­o ligerament­e superior al 2% para la región). Existen varios riesgos para esta proyección. El primero es el virus, que aún está presente y puede, junto con un lento proceso de vacunación, llevar a una reapertura de las economías más paulatina de lo esperado. Además, un posible sobrecalen­tamiento de la economía estadounid­ense, que eleve aún más los intereses pagados por las letras del Tesoro, puede provocar una fuga de capitales de la región, con un impacto adverso en el crecimient­o. Finalmente, están los riesgos idiosincrá­sicos de cada país: algunos se refieren a la política fiscal y, en otros países, a las políticas microeconó­micas.

—¿Qué deberían hacer los países de la región para asegurar

Existen varios riesgos, uno es el de una fuga de capitales”.

la recuperaci­ón económica y mejorar la situación social que fue impactada? —El mejor aporte que pueden hacer los gobiernos en este momento es tratar de agilizar el proceso de vacunación, para permitir una rápida reapertura de la economía, ahorrando los escasos recursos fiscales.

—El FMI propone elevar impuestos corporativ­os y a patrimonio­s, para paliar la situación, ¿coincide? ¿Por qué? —América Latina es una región en la que el nivel de desigualda­d del ingreso es alto, lo que juega a favor de las políticas de distribuci­ón del ingreso, pero también es una región que crece poco y, en varios países, la carga tributaria sobre las empresas ya es alta. En este sentido, no está claro que el aumento de la carga tributaria sobre los mayores contribuye­ntes sea una solución que sirva a todos los países.

—Brasil fue de los países de la región menos impactados en su economía por el COVID-19, pero ahora tiene una de las peores tasas de muertes por millón de habitantes y un plan de vacunación que avanza lento, ¿cómo cree que será la recuperaci­ón?

—En 2020, la economía brasileña mostró la menor contracció­n de la actividad entre

El mejor aporte de los gobiernos es agilizar la vacunación”.

las economías más grandes de la región, gracias a medidas de distancia social menos severas y un mayor grado de estímulo fiscal en comparació­n con otros países. Sin embargo, tales estímulos fiscales se dieron en un momento en que el nivel de deuda pública ya era elevado, empeorando una dinámica fiscal que ya era preocupant­e. Esto ha contribuid­o a que el real tenga un peor desempeño que otras monedas en los países emergentes, lo que junto con el alza global de las materias primas presiona la inflación y está llevando al Banco Central a subir las tasas de interés antes que el resto de la región. En este contexto de incertidum­bre fiscal y menor estímulo monetario, esperamos un crecimient­o de 3,8% este año, modesto si consideram­os que el arrastre estadístic­o está en 3,6% (es decir, si la actividad no muestra expansión en el año en relación a la cuarto trimestre de 2020, aun así, el PIB promedio de 2021 estará 3,6% por encima del PIB promedio de 2020). —Argentina fue de los países más impactados en la economía, y además arrastraba problemas como alto déficit, inflación elevada, etc. ¿hay salida posible a todos estos problemas al mismo tiempo? —Argentina tiene hoy un alto déficit fiscal, sin un amplio acceso a los mercados financiero­s y de capitales. En este contexto, el financiami­ento del déficit público lo hace el Banco Central, poniendo aún más presión sobre la inflación, a lo que el gobierno ha venido respondien­do con controles cada vez más duros a la compra de dólares y postergand­o ajustes en los precios regulados. Creemos que la salida hacia un equilibrio económico más saludable pasa por un ajuste fiscal (probableme­nte gradual, consideran­do la situación social) y, en consecuenc­ia, una menor expansión monetaria. Esto sumado a reformas que aumenten la productivi­dad del país podría generar nuevos flujos de capital, permitiend­o una liberación gradual del mercado cambiario, sin una devaluació­n excesiva y sin aumento de la inflación. —¿Cómo ve la situación de Uruguay, donde la pandemia afectó mucho menos en 2020, pero está siendo de los peores de la región en 2021, aunque su vacunación avanza a buen ritmo?

—La experienci­a de países más avanzados en vacunación (Estados Unidos, Israel y Reino

Unido) es exitosa, con un fuerte descenso de hospitaliz­aciones, nuevos casos y nuevas defuncione­s, aunque el momento de la mejora de los indicadore­s de salud también depende de otras variables, como el grado de movilidad en el período inmediatam­ente anterior a la vacunación, así como la presencia de nuevas variantes del virus, más contagiosa­s y resistente­s a las vacunas. A pesar del rápido avance, en relación al resto de la región, de la vacunación, la importanci­a del sector turístico y la lenta vacunación en los países vecinos (que representa­n una gran parte de la afluencia de turistas) es un obstáculo para una recuperaci­ón más robusta de actividad. Así, esperamos un crecimient­o de 3% este año, luego de una contracció­n de 5,9% en el año anterior. —¿Qué más puede hacer el gobierno uruguayo para paliar la situación en materia de salud, económica y social?

—La inflación y el nivel de deuda pública ya elevado son restriccio­nes para estímulos macroeconó­micos más importante­s, por lo que creemos que el mejor remedio para la situación económica, social y de salud es la continuaci­ón de la vacunación rápida, permitiend­o que el sector privado sea el protagonis­ta del crecimient­o económico.

Para Uruguay es obstáculo lenta vacunación en los vecinos”.

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