Influencer de millones de dólares
En general esta columna habla mal de les famoses o comenta alguna que otra tontería porque siempre hay alguien con ganas de leer sobre eso, no se hagan les que no. Hoy vine a equilibrar la balanza del universo y como estoy cansadísima del coronavirus y toda esta cuestión desalentadora que pasa, traigo una noticia linda. Acá imaginen a Belén Francese diciendo “¡Lluvia de corazones!”.
Ahora les niñes ya no dicen que quieren ser bomberes o policías cuando sean grandes; dicen que quieren ser influencers, youtubers. Ustedes del otro lado se alarman pero en realidad no es tan terrible. Sigan leyendo.
En Argentina hay un instagrammer llamado Santi Maratea, que ya no me acuerdo bien por qué se hizo famoso, pero entre porro y porro que fuma (hay que decir la verdad) pasó de ser un chico muy gracioso a engancharse con causas solidarias.
Así que en el último tiempo y con esa de decirles a sus seguidores “Si cada uno pone dos pesos llegamos a tal cifra gigante”, consiguió dos camionetas para una comunidad wichi (aunque eso terminó en bardo), consiguió la plata para comprar la casa de una fundación que trabaja con trata de mujeres, ¡y ahora juntó dos millones de dólares! ¿Se la pueden creer?
Es la plata que necesitaba una bebé del Chaco, Emmita, que tiene atrofia muscular espinal (AME) y precisa este que básicamente es el remedio más caro del mundo. Y ahí, desde el telefonito, este chico hizo más que muches por ayudar. A reflexionar.