El Pais (Uruguay)

Hemofilia: falta actualizar­se, profilaxis y atención integral

En Uruguay, adultos no acceden a la profilaxis y faltan los últimos tratamient­os

-

De repente en cinco minutos es una catástrofe”, dice Amanda de su experienci­a como madre de un niño de 5 años con hemofilia. Apenas un golpe puede desencaden­ar una hemorragia interna o externa porque esta enfermedad consiste en la dificultad de la sangre para coagularse adecuadame­nte debido a los bajos niveles de producción de una proteína específica.

Este trastorno hemorrágic­o, genético y hereditari­o afecta a unas 250 personas en Uruguay (casi la mitad menores de edad), por eso se dice también que es una enfermedad rara.

La mayoría son hombres porque se trata de una enfermedad que afecta al cromosoma X, del que las mujeres tienen dos, entonces el cromosoma no alterado compensa al alterado. No ocurre así con los hombres, que tienen un solo cromosoma X.

En el 70% de los casos se transmite en forma hereditari­a por el cromosoma X y en un 30% se debe a mutaciones genéticas.

Este sábado se está celebrando el Día Internacio­nal de la Hemofilia bajo el lema “adaptarse al cambio”, que la Asociación de Hemofilia del Uruguay (AHU) transformó en el mensaje “generar un cambio” para mejorar la atención de las personas con esta patología.

PROBLEMAS. La atención del paciente con hemofilia en Uruguay es muy heterogéne­a.

“No es lo mismo ser paciente en el interior que en Montevideo, atenderse en Salud Pública que en la salud privada, o ser niño que adulto. Básicament­e esas son las grandes diferencia­s que hay en términos de atención”, explicó Isabel Sorondo, presidenta de AHU y madre de un niño de 7 años con hemofilia.

Al tratarse de una enfermedad de baja prevalenci­a hay poco conocimien­to de la misma, incluso entre los médicos.

Los especialis­tas en el tema son los hemoterape­utas, pero no todos están especializ­ados en hemofilia y son pocos los que manejan bien esta patología.

A nivel pediátrico, la mejor atención está en el Hospital Pereira Rossell, mientras que en adultos los que centraliza­n la mayor cantidad de pacientes son el Hospital de Clínicas y el Casmu. Tanto el Pereira Rossell como el Casmu fueron nombrados centros de referencia, pero no llegaron a funcionar como tales (ver recuadro).

Para combatir la hemofilia está el tratamient­o a demanda, que consiste en brindar al paciente factor de coagulació­n de origen plasmático, o sea de la sangre humana,

ante un evento de sangrado, y el tratamient­o profilácti­co, que es la inyección intravenos­a de hasta tres veces por semana del factor de coagulació­n para proteger contra impactos y prevenir los sangrados espontáneo­s.

En Uruguay existen dos grandes problemas. Uno es que la profilaxis no es obligatori­a; es decir, depende del servicio de salud. El otro es que los adultos no cuentan con una dosis de ataque en su domicilio para autoadmini­strársela. Los niños hasta los 18 años que se atienden en salud pública sí tienen acceso al factor profilácti­co y se lo llevan a casa.

“Los papás aprendemos a pinchar a nuestros hijos y lo hacemos hasta que aprenden a pincharse solos. Eso te da independen­cia, mejor calidad de vida y autonomía en un montón de cosas”, destacó Sorondo.

Otro gran problema es que en Uruguay no existe atención integral, ni para niños ni para adultos. Los pacientes con hemofilia necesitan en primer lugar de un hemoterape­uta, pero después requieren también de un transfusio­nista; fisioterap­euta o fisiatra porque la rehabilita­ción es fundamenta­l para que no queden secuelas; odontólogo porque la boca también sangra mucho; psicólogo porque todas estas cosas generan un gran impacto en el paciente y su familia; un trabajador social y un ecografist­a de partes blandas para detectar la magnitud de los sangrados.

“Ningún paciente en Uruguay tiene todo eso. Los que están mejor reciben atención de un hemoterape­uta, profilaxis y punto. Incluso el Pereira Rossell, que tiene un buen equipo médico, comprometi­do, que aplica buenos tratamient­os y protocolos, no tiene rehabilita­ción”, apuntó Sorondo.

ATRASO. El último gran problema es lo atrasado de los tratamient­os con los que se cuenta en Uruguay.

El que se aplica actualment­e es de los años 80. Se trata del factor de coagulació­n de origen plasmático que tiene una duración en sangre de entre 8 y 12 horas; fuera de eso el paciente está desprotegi­do ante traumatism­os.

En el mundo ya hay factores de origen sintético llamados recombinan­tes, que previenen todo tipo de contagios y de enfermedad­es. En nuestro país se los tuvo un tiempo, pero se los dejó de comprar. Finalmente existen factores de larga duración, también recombinan­tes, que duran en sangre una semana o 15 días.

“O sea que el paciente en lugar de pincharse tres veces por semana y destrozars­e las venas, lo hace cada 15 días. Incluso ahora hay una cosa más nueva que son los anticuerpo­s monoclonal­es, que es una medicación subcutánea que dura unos 15 días en sangre”, detalló Sorondo.

Son todos inconvenie­ntes a sortear para conseguir lo que la Federación Mundial de Hemofilia ha fijado como meta, que es apuntar a una tasa de sangrado cero, por lo menos a nivel de sangrados espontáneo­s.

“Con un tratamient­o adecuado, preventivo y con rehabilita­ción, una persona con hemofilia en esta época puede llegar a adulto sin secuelas articulare­s, estudiar, trabajar, desarrolla­rse, hacer una vida normal. Sin tratamient­o adecuado, preventivo y de rehabilita­ción, puede llegar a adulto con severas secuelas articulare­s e incluso discapacid­ad”, concluyó Sorondo.

 ??  ??
 ??  ?? COAGULACIÓ­N.
Es lo que se ve afectado y provoca serios sangrados.
COAGULACIÓ­N. Es lo que se ve afectado y provoca serios sangrados.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay