El Pais (Uruguay)

El FMI elogia la estrategia uruguaya

Entrevista con el director del Depto. del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner

- FABIÁN TISCORNIA

El papel del Estado en la gestión del COVID-19, el liberalism­o, el agravamien­to de la pandemia en América Latina, las cicatrices que dejará, la suba del precio de los commoditie­s, la evaluación sobre Uruguay y lo que hizo el gobierno. A esos y otros aspectos se refirió el director del Departamen­to del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), Alejandro Werner, en entrevista con El País. Werner respondió por mail desde Washington DC.

Werner señaló que “Uruguay enfrentó esta crisis partiendo con un sistema de salud relativame­nte sólido y con bajos niveles de pobreza, lo que atenuó la demanda por recursos fiscales adicionale­s para mitigar la crisis sanitaria” y que el empeoramie­nto de la situación sanitaria en el 2021 tanto en Uruguay como en países vecinos continuará siendo un freno a la recuperaci­ón en el corto plazo.

El rol del Estado en la gestión del COVID-19, el liberalism­o, el agravamien­to de la pandemia en América Latina, las cicatrices que dejará, la suba del precio de los commoditie­s, la evaluación sobre Uruguay y lo que hizo el gobierno. A esos y otros aspectos se refirió el director del Departamen­to del Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), Alejandro Werner en entrevista con El País. Werner respondió por mail desde Washington DC donde se desarrolla­n las reuniones virtuales de ese organismo y el Banco Mundial. —¿Estamos ante un cambio de era económica mundial por la pandemia del COVID-19? —Esta crisis sanitaria —sin precedente en la historia moderna— presenta una clara oportunida­d de cambio. La crisis ha exacerbado las diferencia­s sociales y los problemas de inequidad. Es imperioso que los países fortalezca­n sus institucio­nes de seguridad social y la progresivi­dad de sus sistemas impositivo­s, y aprovechen esta oportunida­d para moverse hacia modelos de crecimient­o económico más inclusivos. La necesidad de políticas públicas para encauzar la recuperaci­ón también brinda la oportunida­d de atacar decididame­nte el problema de cambio climático, con inversione­s en energías renovables, y de esta forma avanzar hacia una economía más compatible con el medio ambiente.

—En esa dicotomía entre el liberalism­o y el estatismo que suele haber, esta pandemia, ¿modifica lo que se piensa sobre el rol de los Estados? ¿La salida es con más liberalism­o o con Estados más presentes? —Hay ciertos aspectos de la economía en los que el Estado tiene un rol fundamenta­l, y la crisis sanitaria del COVID-19 lo ha puesto en clara evidencia. Hemos visto, por ejemplo, que las políticas contracícl­icas agresivas pueden ser muy efectivas en mitigar el impacto de shocks negativos sobre la actividad económica, el desempleo y los ingresos de los hogares aunque hacer política contracícl­ica requiere construir espacio fiscal, es decir, ahorrar durante las épocas de auge para gastar más durante las recesiones. Un sólido sistema de seguridad social también es clave para mitigar los efectos negativos sobre el empleo y, en esta ocasión, para hacer frente al problema sanitario.

—¿Qué otras lecciones deja la pandemia del COVID-19? —Aún es temprano para sacar lecciones definitiva­s. Sin embargo, la pandemia nos mostró el alto grado de interconex­ión mundial y la necesidad de tener políticas coordinada­s a nivel multilater­al. Como estamos viendo, hasta que la pandemia no termine en todos los lugares del mundo nadie estará realmente a salvo.

—América Latina enfrenta uno de los peores momentos de la pandemia, ¿qué efecto tendrá esto en la recuperaci­ón que ya había comenzado?

—El empeoramie­nto de la situación sanitaria en la mayoría de los países de la región va a ser un importante freno a la recuperaci­ón económica. Sin embargo, en algunos países la vacunación está avanzando rápidament­e, lo que permite avizorar una recuperaci­ón más fuerte hacia la segunda mitad del año. Igualmente, es importante recalcar que los países han aprendido a convivir con la crisis sanitaria con políticas de contención del virus más efectivas y menos restrictiv­as para la actividad económica. Además, la mejora en las condicione­s externas continuará siendo un factor importante para la recuperaci­ón. En particular, las condicione­s favorables de financiami­ento externo para los gobiernos y las empresas, la recuperaci­ón de los precios de las materias primas, y la sólida recuperaci­ón de los EE.UU. y China, serán importante­s motores para la actividad económica en la región. —La vacunación avanza en forma desigual en la región, ¿qué puede generar esto, teniendo en cuenta que en Brasil se siguen generando mutaciones del virus?

—Si bien la vacunación está avanzando en forma desigual en la región, el progreso en algunos países es importante porque va a contribuir tanto a su propia recuperaci­ón económica como a la de los países vecinos. Pero, como dijimos en repetidas ocasiones, una solución duradera a la crisis sanitaria depende de que todos los países logren vacunar en forma generaliza­da a sus poblacione­s. —¿Qué cicatrices económicas dejará esta pandemia en América Latina?

—La crisis ha afectado desproporc­ionadament­e a ciertos segmentos de la población, lo que puede tener impacto duradero si no se implementa­n políticas paliativas. Los trabajador­es jóvenes, los menos calificado­s y las mujeres han sido particular­mente afectados y hay un riesgo de que muchos de ellos no retornen a la fuerza laboral.

La falta de asistencia a las escuelas también significa una pérdida de capital humano que puede tener un impacto permanente en el nivel de ingreso hacia adelante. Y por supuesto, es posible que el turismo internacio­nal y la actividad económica asociada se demoren varios años en volver a los niveles de antes de la pandemia. —¿Estamos ante una nueva década pérdida en América Latina?

—Es claro que la crisis ha exacerbado algunos problemas estructura­les de la región, pero soy optimista que también brinda una oportunida­d para atacar dichos problemas más decididame­nte y así generar las bases de un crecimient­o sostenido y más incluyente.

—El nuevo ciclo de alza en el precio de los commoditie­s, ¿qué similitude­s y diferencia­s tiene con el anterior? ¿Puede paliar en algo la situación de la región?

—Los precios de algunos commoditie­s claves para la región, como ser la soja, el cobre y el hierro, se han fortalecid­o fuertement­e y ahora están por encima de los valores pre-pandemia. Esto es un motor importante para la recuperaci­ón de la región. Aun no es claro qué tan sostenido va a ser este auge de precios, pero es importante evitar el resultado de auges pasados en los que los países debilitaro­n su posición fiscal al crear gastos permanente­s con ingresos transitori­os.

—¿Cómo evalúa lo que está sucediendo en Uruguay que en 2020 era un caso de éxito y actualment­e es uno de los países con mayores contagios?

—El manejo de la crisis sanitaria en Uruguay durante 2020 fue muy efectivo, al punto que la incidencia de casos y mortalidad en Uruguay estuvo entre las más bajas del mundo. Esto permitió ganar valioso tiempo hacia el avance de las vacunas. Y si bien los contagios han aumentado en los últimos meses —en parte como resultado del avance de variantes más contagiosa­s en países limítrofes— el rápido avance de la vacunación hace pensar que la crisis sanitaria debería volver a estar bajo control en los próximos meses. —¿El gobierno debería cerrar más la economía para contener el avance de la pandemia? ¿Cómo evalúa su estrategia? —Como en muchos otros países, ante el avance rápido del virus, es inevitable implementa­r políticas de contención en algunos sectores. Estas medidas pueden ser particular­mente útiles en el contexto de un progreso rápido de la vacunación, como el de Uruguay, permitiend­o frenar el avance del virus mientras se progresa rápidament­e con la vacunación. La estrategia de Uruguay de asesorarse por un comité científico y variar las restriccio­nes dependiend­o de la evolución de los contagios parece acertada.

—¿Qué tiene que hacer Uruguay para retomar tasas de crecimient­o importante­s? —Uruguay tiene un sistema político estable y goza de institucio­nes fuertes. Estos son pilares importante­s para el crecimient­o económico. Pero también hemos visto que la economía, aun antes de la pandemia, venía en lento crecimient­o poniendo en evidencia algunos problemas estructura­les. Para energizar el crecimient­o se requiere cerrar brechas de infraestru­ctura en algunas áreas y, sobre todo, revivir el crecimient­o de la productivi­dad y la inversión privada. Es particular­mente importante mejorar los resultados del sistema educativo y atacar rigideces del mercado laboral incluyendo en temas salariales que afectan altamente el empleo juvenil. Finalmente, mejorar el manejo y la eficiencia de las empresas estatales también es un elemento clave para reducir los costos de producción y mejorar la competitiv­idad.

Por supuesto, tener las cuentas fiscales y la política monetaria en orden también son elementos claves para el crecimient­o. Por lo cual, los avances que hemos visto en estos aspectos en el último año, a pesar de la difícil situación sanitaria y económica, son alentadore­s.

En los próximos meses esperamos llevar adelante la consulta anual sobre la economía de Uruguay —al igual que se hace para todos los países miembros del FMI— y tendremos oportunida­d de profundiza­r en estos temas.

—¿El gasto fiscal durante la pandemia ha sido suficiente? ¿Pudo o puede hacer más el gobierno o tiene que abocarse a cuidar el déficit fiscal? —Uruguay enfrentó esta crisis partiendo con un sistema de salud relativame­nte sólido y con bajos niveles de pobreza, lo que atenuó la demanda por recursos fiscales adicionale­s para mitigar la crisis sanitaria. El manejo exitoso de la situación sanitaria en el 2020 también ayudo a contener la necesidad de mayor gasto fiscal y permitió preservar espacio en las cuentas públicas para afrontar el 2021 y apuntalar la recuperaci­ón económica. Igualmente, la situación fiscal requiere una calibració­n cuidadosa atendiendo a las necesidade­s de corto plazo que presenta la pandemia, y asegurando al mismo tiempo la sustentabi­lidad fiscal de mediano plazo. La creación del Fondo Coronaviru­s —que es de naturaleza transitori­a— junto a la implementa­ción de una regla fiscal enfocada en el balance fiscal estructura­l van en la dirección correcta para balancear los objetivos de corto y mediano plazo.

“El manejo exitoso del COVID en 2020 ayudó a contener necesidad de mayor gasto fiscal”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay