El Pais (Uruguay)

Medidas contra el COVID-19 hicieron caer muertes por gripe

Comienza hoy la campaña de vacunación destinada al personal de salud

- TOMER URWICZ

■■Cada semana, de cada año, hay países que titilan con colores de distinta intensidad en los monitores de la Organizaci­ón Mundial de la Salud. Son la muestra, casi al detalle, de cómo los virus tipo A y B de la influenza —esos que causan la clásica gripe— se desplazan por el mundo. Las autoridade­s sanitarias vuelcan la informació­n de sus países y reciben a cambio las alertas de cómo avanza la infección que, en Uruguay y en promedio, se cobra entre 1.000 y 1.500 vidas por año. Pero desde que el COVID-19 se adueñó del mapamundi, la gripe pareció casi esfumarse, como si esas históricas epidemias estacional­es hayan quedado silenciada­s.

En Uruguay, la vacunación antigripal comienza hoy con la inmunizaci­ón al personal de la salud (uno de los grupos de riesgo). La campaña es escalonada y se debe aguardar 14 días luego de la segunda dosis de la vacuna contra el coronaviru­s. El primer lunes de mayo iniciará la inoculació­n para los niños de seis meses a cinco años, así como para las embarazada­s. El MSP estima unos 700.000 vacunados antes de que finalice julio.

Durante el año pasado, las muertes por enfermedad­es del sistema respirator­io descendier­on en Uruguay 19%. Es la mayor caída observada “en décadas” y aunque todavía restan ultimar los detalles sobre cuántos de los fallecidos han sido por los virus de la influenza, ya hay quienes hablan de una “baja récord”. Los epidemiólo­gos explican que hay dos causas fundamenta­les para el descenso de la circulació­n de la gripe: el temor causado por el COVID-19 (que llevó a una vacunación antigripal histórica) y los cuidados, como el uso del tapabocas y alcohol en gel.

Pero también el cierre de escuelas (una medida que a comienzos de la pandemia se extendió a 185 países, según la Unesco) hizo que hubiera menos transmisió­n viral de niños a adultos.

Pese a este “franco descenso de consultas e internacio­nes por infeccione­s respirator­ias” no se pueden adelantar resultados para este año, advirtió el infectólog­o pediátrico Álvaro Galiana. “El comportami­ento de la gripe es así: en un momento circula poco y en pocos días se dispara el número de casos. No podemos prever ahora lo que pasará”, explicó.

En este contexto, desde el Ministerio de Salud se redoblaron los esfuerzos para incentivar la vacunación antigripal. Si bien la recomendac­ión es que exista un período ventana (de dos semanas) entre la inmunizaci­ón contra el COVID-19 y la antigripal, los expertos dicen que una vacuna no tiene que desplazar a la otra.

Previo al invierno europeo, Magda Campins, jefa de Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiolo­gía del Hospital Universita­rio Vall d’hebron, en Barcelona, había comentado en el periódico español El País que la combinació­n entre COVID19 y gripe “es muy peligrosa”. De hecho, informó que entre los adultos mayores que dieron positivo a la vez a ambos virus, casi la mitad se murió.

Europa ya está saliendo de su época de frío y en los monitores de la OMS se muestra que de 39 países, hay 32 que no reportan circulació­n viral de la gripe y seis que sí lo hacen, pero con menos intensidad que la esperada para la época (en especial aquellos que están en el límite entre Europa y Asia). En la última semana, de hecho, el Viejo Continente no contabiliz­ó siquiera un fallecimie­nto a causa de los virus de la influenza.

Según los mapas de la Organizaci­ón Panamerica­na de la Salud, en América Latina la gripe está circulando de manera más baja que lo esperado, aunque coincide con que la región atraviesa una de sus peores etapas del SARS-COV-2.

El mecanismo de monitoreo se realiza con hospitales centinela, cuyos datos de análisis virales y de ingresos hospitalar­ios van dando una idea de la circulació­n de la influenza. Esa herramient­a es de vital importanci­a para prever la ocupación de camas en las unidades de cuidados intensivos, que en algunos inviernos (previo al COVID-19 y quitando el 2009 por gripe AH1N1) ha superado el 70%.

El hospital Pereira Rossell, principal centro pediátrico y neonatal público, suele ser uno de esas institucio­nes de salud centinela que no cambia con los años: tanto los niños como las embarazada­s son población de riesgo para la gripe.

Galiana, actual director del Pereira, entiende que “la herramient­a que tenemos para prevenir casos graves por ahora es vacunar a la población”. Por eso allí dará inicio la vacunación al personal de la salud y enseguida a los más pequeños. Una buena noticia llega desde la meteorolog­ía: los científico­s estiman que este invierno será más cálido, gracias a una neutralida­d en las aguas del océano Pacífico y eso podría disminuir aún más la circulació­n gripal.

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