El Pais (Uruguay)

Realismo mágico

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El liberal es un anarquista informado. Sabe hay límites para conciliar la libertad del individuo con la convivenci­a social pacífica. Actuando con razonabili­dad —sentido común— para evitar el realismo mágico de las esferas de reloj derretidas en árido escenario pintadas por Salvador Dalí.

Se han cometido errores en el manejo de la pandemia. Con plena sensibilid­ad ante los compatriot­as castigados por la enfermedad o la incertidum­bre social, debe concluirse que son poco comparados con el volumen descomunal del coronaviru­s que tomó por la espalda al gobierno recién instalado. En medio de un huracán de realidades económicas y sociales heredadas. Entre las que la falta de crecimient­o desde 2014, el endeudamie­nto externo en el límite del grado inversor, el déficit fiscal desbordado, 400.000 trabajador­es informales y el creciente desempleo, eran de las dificultad­es a encarar.

El momento crítico reclama unidad nacional. Hay quienes no lo entienden así. Los cientos de millones de enfermos y decenas de miles de personas contagiada­s y en asistencia intensiva en el orbe lo prueban. El GACH y el personal de la salud, médicos y enfermeros en heroica primera línea de acción que viven sin vacilacion­es el problema, evidencian que el flagelo está entre nosotros.

La vacunación es la esperanza. Incomprens­iblemente ante lo irrefutabl­e, un grupo reducido de personas guiadas por un iluminado abogado enardecida­s salen a las calles afirmando la enfermedad es una ilusión óptica. Invento de una rara conjura y convocan a no vacunarse. Un miembro de esa causa en video de amplia divulgació­n expresó días pasados que a partir de ahora el presidente de la república para la secta… es el aludido letrado. Calificand­o a quienes no les sigan —concepto literal que traduciré a lenguaje civilizado— como “excremento en polvo de la humanidad”.

El realismo mágico de estos activistas testimonia­les es una cosa. La agitación disolvente de un conglomera­do político-sindical con ascendenci­a social es otra. El Frente Amplio, desconcert­ado como sordo en tiroteo tras perder las elecciones pasadas, todos los días anota un tanto nuevo. Veamos ejemplos. Un vocero del grupo del licenciado Sendic —en el paroxismo— pidió hace poco la renuncia del Ministro de Salud Pública Dr. Daniel Salinas. Su cartera notoriamen­te ha tenido en la situación actual un rol eficiente, ampliament­e reconocido por la ciudadanía. Cuando nadie duda que las aglomeraci­ones desordenad­as son causa

En época dramática actitudes de dimensión irreal se han vuelto cotidianas.

fundamenta­l de los contagios, otro dirigente frentista desemplead­o por el dictado de las urnas, anunció promovería asonadas para juntar firmas por el plebiscito contra la LUC (comprensib­lemente lo cesaron de un cargo directivo por ello). Y, abreviando —la entente aludida que reclama un diálogo que el gobierno nunca ha eludido— cuando le dan cámara y micrófonos reclama demagógica­mente repartir panes y peces que no existen. Dicho todo esto sin considerar las clarinadas de odio que parten de varios actores de la misma, comenzando por su presidente. La confusión promovida ayuda a entender por qué más de 750.000 compatriot­as no se han inscripto para vacunarse.

Nos visita una delegación de especialis­tas del Estado de Israel, vanguardia en el éxito de lucha contra la pandemia. Visto lo que se está haciendo han expresado nuestro país transita por el camino correcto. Es voz autorizada. Tranquiliz­a en la incertidum­bre al ciudadano de recto querer.

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