El Pais (Uruguay)

Sin pausa entre los escombros

Los tres uruguayos continúan desapareci­dos

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Hasta anoche todavía figuraban como desapareci­dos los tres uruguayos que estaban en el edificio de Miami que se derrumbó en la madrugada del jueves. Se trata de Graciela Ponce de León, de 82 años, y un matrimonio. También están desapareci­dos el esposo de Ponce de León, dos de sus hijas y una nieta, todos argentinos. El número oficial de muertos hasta anoche era de cuatro y 159 las personas buscadas, de las 99 informadas el jueves. Se localizó con vida a 120 habitantes del edificio.

“Es un momento muy, muy duro. Hay tanta gente esperando, ¿están vivos, qué pasará?”, dijo el presidente Joe Biden.

Además de los tres uruguayos desapareci­dos, hay nueve argentinos, seis paraguayos —entre ellos la hermana de la esposa del presidente Mario Abdo Benítez— y un matrimonio chileno familiar de la expresiden­ta Michelle Bachelet.

Una tormenta la noche del jueves no interrumpi­ó la búsqueda. También hubo que controlar un incendio en el edificio. Las fuertes precipitac­iones continuaro­n ayer viernes, en medio del olor a caucho y plástico quemados.

El número oficial de muertos por el derrumbe del edificio en Miami era ayer viernes de cuatro (era uno el jueves) y 159 las personas desapareci­das (la cifra primaria era de 99), entre los que están los tres ciudadanos uruguayos: Graciela Ponce de León, de 82 años, y un matrimonio. Además de la señora Ponce de León, están desapareci­dos su esposo, dos de sus hijas y una nieta, todos argentinos.

Por ahora solo se identificó a una de las víctimas, madre de un adolescent­e de 15 años rescatado entre los escombros del edificio en Surfside, al norte de Miami Beach.

“Es un momento muy, muy duro. Hay tanta gente esperando, ¿están vivos, qué pasará?”, dijo el presidente Joe Biden, durante un evento en la Casa Blanca.

“Así que estamos de todo corazón con ellos”, afirmó el mandatario, quien declaró el estado de emergencia para brindar asistencia federal para operacione­s de socorro de emergencia y realojamie­nto de sobrevivie­ntes.

Además de los tres uruguayos desapareci­dos, hay nueve argentinos y seis paraguayos, entre ellos la hermana de la esposa del presidente Mario Abdo Benítez.

También está desapareci­do el matrimonio chileno conformado por Claudio Bonnefoy, de 85 años, y su esposa, Maricoy Obias-bonnefoy, de 69 años, que, según medios de Chile, son parientes de la expresiden­ta Michelle Bachelet, actual alta comisionad­a de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Bomberos, perros rastreador­es y grúas seguían trabajando entre las ruinas del edificio ubicado dentro del complejo Champlain Towers South, a unos 20 kilómetros del centro de Miami.

Hasta ayer viernes, “120 personas han sido localizada­s (...) pero el número de personas de las que no tenemos noticias ha aumentado a 159”, dijo Daniella Levine-cava, alcaldesa del condado de Miami-dade, en conferenci­a de prensa.

Los socorrista­s “están sumamente motivados por la perspectiv­a de encontrar personas. Tenemos que obligarlos a hacer sus rotaciones”, agregó.

Una tormenta la noche del jueves provocó fuertes lluvias sin que se interrumpi­era la búsqueda. También hubo que controlar un incendio en el lado norte del edificio.

Fuertes precipitac­iones continuaro­n ayer viernes, en medio del olor a caucho y plástico quemados.

En el complejo Champlain Towers se empezó a retirar parte de los escombros con grúas y otra maquinaria pesada, mientras en otras zonas de la montaña de fierro y concreto, los rescatista­s, ayudados por perros y aparatos de sonar, buscaban señales de vida.

En otras áreas iban retirando a mano y una por una cada pieza del amasijo de hierros, cemento y restos de mobiliario.

En el edificio vivían residentes a tiempo completo y también personas que pasaban solo temporadas, por lo que es difícil saber cuántos estaban allí cuando se derrumbó. Algunos pudieron escapar bajando por las escaleras, mientras otros fueron rescatados desde los balcones.

Aunque las razones del colapso no eran claras, la infraestru­ctura del edifico, construido en 1981, será evaluada de cerca.

Champlain Towers debía ser recertific­ado este año de acuerdo con las regulacion­es de seguridad del condado de Miamidade, y se estaban realizando trabajos de reparación en su techo como parte de ese proceso.

Pero las autoridade­s han subrayado que es poco probable que esos trabajos provocaran el derrumbe.

Según un estudio dirigido por el profesor de la Universida­d

Internacio­nal de Florida (FIU), Shimon Wdowinski, el sitio mostró señales de hundimient­o hace unos 25 años.

“No sé si el colapso fue predecible. Pero detectamos que el edificio se movió en los años 1990”, dijo Wdowinski a CNN.

La FIU advirtió que un “hundimient­o de tierra por sí mismo probableme­nte no causaría el colapso de un edificio”.

La investigac­ión para determinar lo ocurrido supondrá recoger una gran cantidad de datos, toma de muestras de acero y concreto, búsqueda de señales de corrosión o de algún evento inusual previo al colapso, dijo otro experto de la FIU, Atorod Azizinamin­i, jefe del departamen­to de ingeniería civil y ambiental.

“Lamentable­mente, esto no sucederá en unos días o semanas”, indicó. “Tomará algún tiempo”.

FRUSTRACIÓ­N.

“No se está haciendo lo suficiente”, declaró a la AFP Mike Salberg, que viajó desde Nueva York después del accidente. Cinco de sus familiares, incluidos sus padres, están desapareci­dos. “Quiero respuestas”, dijo.

El gobernador de Florida, Ron Desantis, pidió que se aclaren “sin demora” las causas del derrumbe que afectó a 55 de los 130 apartament­os del edificio.

“Necesitamo­s una explicació­n definitiva de cómo pudo haber sucedido esto”, dijo en rueda de prensa.

“Creo que es importante que sea sin demora”, agregó el gobernador, “para tener respuestas para las familias y para la gente de Florida”.

Ayer viernes, las autoridade­s decidieron trasladar el punto de reunificac­ión familiar desde el centro comunitari­o de esta pequeña ciudad al norte de Miami Beach a un hotel cercano. Durante el trayecto de dos manzanas entre un sitio y el otro, los familiares volteaban el rostro o respondían con evasivas ante los requerimie­ntos de la prensa. La nueva sede busca proveer privacidad en momentos en que la desesperac­ión empieza a cundir entre los familiares y allegados.

A falta de una lista oficial de personas desapareci­das, son los medios locales los que han empezado a difundir imágenes de personas dadas por desapareci­das y cuyas familias se hallan a la espera. (Con informació­n de AFP y EFE).

Expertos adelantan que llevará tiempo saber por qué se derrumbó el edificio.

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