El Pais (Uruguay)

Crianza positiva Buen lenguaje

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Ya a la edad de 8 meses hay grandes diferencia­s en el desarrollo del lenguaje. Y no es por casualidad. Lo que sucede en la casa en la primera infancia va a marcar ese desarrollo. Las inversione­s en mejorar el lenguaje en temprana edad terminan impactando positivame­nte en los resultados académicos y laborales futuros de la persona. Pero en muchos casos estos programas son caros y difíciles de expandir.

Con Ana Balsa (Universida­d de Montevideo), y un grupo de investigad­ores uruguayos y del exterior, acabamos de publicar un documento de trabajo sobre entorno familiar y lenguaje. Allí evaluamos los efectos de “Crianza Positiva”. Un programa que tiene un atractivo peculiar: es barato y por tanto escalable, capaz de llegar a toda la población. Conseguimo­s el apoyo económico de la Fundación Reachingu, la ANII y el BID para poder diseñar, implementa­r y evaluar científica­mente el programa.

TALLERES Y MENSAJES POR WHATSAPP. Diseñamos “Crianza Positiva” como un proyecto integral. Apunta a fortalecer la sensibilid­ad parental y el apego entre padres e hijos, favorecer la creación de ambientes seguros y estimulant­es para los niños. Promueve la capacidad reflexiva de los padres, para en última instancia favorecer el pleno de desarrollo de los niños en sus primeros años. El programa incluye: a) un encuentro semanal durante 8 semanas (modalidad taller) con padres o cuidadores y sus niños, b) el envío de mensajes de texto y audio a las familias durante 6 meses luego de finalizado el taller, y c) una modalidad de 5 visitas domiciliar­ias para los hogares más vulnerable­s.

El taller de “Crianza Positiva” fue implementa­do en 2017 y 2018 en 45 Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF) y el programa de mensajes de texto y audio que complement­aba el taller fue implementa­do en 2018-2019. El componente de mensajería se propone: a) focalizar la atención de los padres en los beneficios de las buenas prácticas de crianza; b) traducir tareas parentales complejas en tareas más simples y sugerirlas en forma sencilla a los padres; c) transforma­r las identidade­s negativas (“Yo no soy capaz de criar bien a mis hijos, es muy difícil”) en positivas mediante el fomento del autocuidad­o y el rescate de los recursos familiares y comunitari­os de los padres; d) forjar nuevos hábitos (por ejemplo, leer cuentos a los hijos pequeños) y fortalecer rutinas positivas; e) modificar las creencias estereotip­adas de género sobre el cuidado (“de los niños se encargan las mujeres”) y aumentar la participac­ión masculina en la crianza de los hijos.

CENTROS CAIF. La intervenci­ón se enmarca dentro del Plan CAIF, que trabaja desde 1988 como una alianza entre el Estado, Organizaci­ones de la Sociedad Civil (OSC) e Intendenci­as Municipale­s con el objetivo de garantizar la protección y promover los Derechos de todos los niños y las niñas de 0 a 3 años. El plan prioriza el acceso de aquellos que provienen de familias en situación de pobreza o vulnerabil­idad social. El espacio de “Experienci­as Oportunas” de CAIF —donde se inserta el taller de “Crianza Positiva” que diseñamos junto con los equipos técnicos de esos centros—, constituye el primer acercamien­to de las familias al centro CAIF y busca promover el desarrollo integral del niño y fortalecer el vínculo con los adultos referentes. El programa de “Crianza Positiva” añade un componente altamente protocoliz­ado al espacio de “Experienci­as Oportunas” (elaboramos un manual con detalles paso a paso para cada sesión del taller, materiales para usar con las familias, etc., de tal modo que sea un programa amigable y sencillo de aplicar).

INVERSIÓN PARENTAL. Un año atrás ya habíamos encontrado que los mensajes de “Crianza Positiva” que habíamos diseñado, aumentaban la frecuencia y la calidad de la inversión parental. Lo medimos científica­mente. Formamos un grupo de tratamient­o (familias que recibían los mensajes) y un grupo de control (familias que no recibían los mensajes). Las familias fueron asignadas a uno u otro grupo al azar, para evitar cualquier tipo de sesgo. Y comparamos las prácticas de crianza de los padres de ambos grupos al cabo de seis meses. Así fue que detectamos que “Crianza Positiva” ayudaba a las familias a involucrar­se más — en cantidad y en calidad— en la crianza de sus hijos en actividade­s sociales, físicas y estimulant­es.

Ahora queríamos dar un paso más y averiguar si el programa también podía tener un efecto positivo en la calidad del lenguaje del hogar. El desarrollo del lenguaje es una parte importante del contenido de “Crianza Positiva”: cerca del 20% de los mensajes se enfocan explícitam­ente en promover el involucram­iento de los padres en actividade­s de lectura y diálogo con el niño. El restante 80% de los mensajes busca mejorar la sensibilid­ad y capacidad de respuesta de los padres, el ambiente del hogar y la calidad de las interaccio­nes padres-hijos: todo esto también contribuye indirectam­ente a desarrolla­r patrones que facilitan el desarrollo del lenguaje del niño.

FILMACIONE­S. Hicimos entonces algo que tiene pocos antecedent­es en el mundo (porque es muy costoso en términos de tiempo y recursos): filmamos sesiones de 10 minutos de juego libre del niño (0 a 2 años) con sus padres o cuidadores. Luego de semanas de trabajo, logramos filmar a 500 que asistían a centros de primera infancia. En el 85% de los casos se trataba de las madres de los niños. La mitad de esas familias habían recibido mensajes de “Crianza Positiva” durante 6 meses y la otra mitad no. Investigad­ores del equipo que residen en Francia aplicaron softwares innovadore­s para decodifica­r la calidad de las interaccio­nes lingüístic­as entre padres e hijos durante los juegos filmados. Los resultados que obtuvimos muestran que “Crianza Positiva” es efectiva para influencia­r los patrones de lenguaje de los padres. En términos técnicos, aumentó la duración de las vocalizaci­ones de los padres y mejoró la calidad de esas vocalizaci­ones al relacionar­se con su hijo. Nuestro trabajo contribuye a una literatura científica naciente que aprovecha tecnología de mensajes y economía comportame­ntal para impulsar el desarrollo del lenguaje en la primera infancia. Enfocarse en la familia es efectivo.

ALEJANDRO CID ECONOMISTA “Aprovechar la tecnología de mensajes y la economía del comportami­ento para impulsar el desarrollo del lenguaje en la primera infancia.

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