El “último bastión de soberanía”
El acuerdo mundial de impuesto a la renta empresarial
El cambio impositivo histórico a nivel mundial fue explicado por El País en dos artículos publicados el pasado sábado y el domingo, elaborados en base al diálogo con el consultor (lideró el asesoramiento de reformas tributarias en una decena de países) y coautor del impuesto a la renta semidual, Alberto Barreix.
El experto señaló que el acuerdo mundial alcanzado supone un “cambio en el último bastión de soberanía de los países”: la política fiscal.
Barreix, explicó que el nuevo diseño mundial del impuesto a la renta empresarial consta de dos pilares. El Pilar 1 se focaliza en como gravar los modelos de negocios a nivel global de la economía del conocimiento, en especial la digital, pero también la de otros sectores como la biotecnología y la industria farmacéutica. El Pilar 2 fortalece el combate a la erosión de la base imponible y traslado de beneficios, intentando “frenar la carrera al 0% de las tasas efectivas del tributo sobre la renta empresarial pagadas por las multinacionales”, indicó el experto.
Este nuevo esquema de dos pilares para la tributación internacional, supone un cambio sin precedentes en el sistema de la imposición a la renta que es el que más recauda y ha recaudado en la historia, afirmó el tributarista.
El experto señaló que el Pilar 1 es crucial ya que se está regulando “cómo será la tributación de los negocios dominantes en el futuro”.
El impacto del Pilar 2 en países de América Latina “dependerá de cada economía en particular” porque los efectos de un impuesto mínimo a las empresas “son contrapuestos”, expresó el consultor. Por un lado, se va a “perder competitividad en la atracción de inversiones, y con ello recaudación, inclusive de otros tributos (seguridad social, renta personal, etc.)” ya que los beneficios tributarios para atraer inversiones ya no podrán tener lugar (porque la tasa mínima efectiva es del 15%). “La pérdida de inversión tendrá un impacto negativo económico y fiscal”, aseguró Barreix.
Del otro lado, si el beneficio impositivo “era redundante”, es decir se renunciaba a una parte de la recaudación dándole beneficios a una inversión que se hubiera realizado igual sin ellos por ser suficientemente rentable, “es posible que se obtenga una recaudación diferencial significativa”, agregó.