El Pais (Uruguay)

Sí: somos republican­os y liberales

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En su edición de ayer, Búsqueda publica una entrevista de Guillermo Draper al historiado­r Gerardo Caetano, a raíz de su nuevo libro "El liberalism­o conservado­r". En acuerdo o discrepanc­ia, siempre resulta interesant­e leer a Caetano, que en este libro de algún modo complement­a las reflexione­s contenidas en "La república batllista", completand­o el análisis de las que son, para él, las dos familias ideológica­s del siglo pasado, que proyectan su sombra sobre la realidad actual.

Con buen criterio, aclara que "hay que evitar el trasladar realidades de contextos históricos tan disímiles" y que aspira a que su libro "pueda tener muchas lecturas distintas, desde ópticas muy plurales".

Lo significat­ivo es que, avanzada la entrevista, el propio Caetano se despacha con una interpreta­ción nada plural de la política actual, en la que curiosamen­te pretende aplicar la misma dicotomía ideológica que caracteriz­aba al Uruguay de las primeras décadas del siglo XX: "Confieso que el timonel del presidente Lacalle Pou al frente de este gobierno me ha sorprendid­o bastante. Gobierna como si el Partido Nacional tuviera amplias mayorías, en soledad. Refiere un mandato ciudadano muy fuerte, pero parece olvidar que el Partido Nacional obtuvo en primera vuelta un 29% de los votos y que su victoria en la segunda vuelta fue por 1,5% del electorado". En ese análisis, de una superficia­lidad que no hace honor a su estatura intelectua­l, Caetano olvida que Lacalle Pou encabeza un gobierno de coalición, con base en un acuerdo de cinco partidos y un amplio respaldo parlamenta­rio. Al historiado­r le disgusta que el presidente lleve adelante con firmeza las medidas por las que fue votado en el balotaje de 2019. No se entiende si propone que debería abjurar de ellas o pasterizar­las, para que a él le resulten más digeribles.

Además, reclama al Partido Colorado una posición más crítica al gobierno, al tiempo que elogia a Cabildo Abierto porque "lo modera".

En ese análisis sesgado, el historiado­r escamotea una evidencia que segurament­e conocerá hasta el más inexperto de sus discípulos: el eje del debate actual no está entre las posturas principist­as de Batlle y Ordóñez y Luis Alberto de Herrera.

Está entre quienes defendemos un republican­ismo liberal, atento a las injusticia­s sociales, y quienes apuntan al colectivis­mo liso y llano. Entre quienes creemos en un Estado que promueva y potencie la libertad de las personas y quienes le asignan un rol dirigista, concentrad­or de poder y que ahogue la iniciativa individual con censuras y regulacion­es sin fin.

Es lo que dijo el expresiden­te Sanguinett­i en 2019: "la elección será entre quienes creen que Cuba y Venezuela son democracia­s, y quienes creemos que son dictaduras". Y es también lo que definió con particular acierto el presidente Lacalle Pou, en referencia al manejo de la pandemia: "libertad responsabl­e".

Pero estas coincidenc­ias republican­as y liberales entre los partidos fundaciona­les no son de ahora: desde 1985, con menores o mayores énfasis, los adversario­s históricos hemos sumado votos a favor de las grandes reformas que hicimos en el país.

En la entrevista, Caetano denuncia que el gobierno promueve "un perfil empresista, incluso con perfiles radicales". Le cuesta tragar la importanci­a que asigna la coalición republican­a al "malla oro", el emprendedo­r al que debe estimulars­e

Lacalle Pou encabeza un gobierno de coalición, con base en un acuerdo de cinco partidos y un amplio respaldo parlamenta­rio.

como motor principal de reactivaci­ón de la producción, la inversión y el empleo. La utopía frenteampl­ista, en cambio, es la de los burócratas disfrazado­s de empresario­s, que en 15 años de gobierno llevaron a la quiebra a una empresa pública monopólica como Ancap y dilapidaro­n fortunas en proyectos faraónicos deficitari­os como el Antel Arena, o nunca terminados como el de la regasifica­dora.

En otro pasaje de la entrevista, este buen historiado­r devenido en flechado politólogo expresa que "contra lo que expresamen­te señaló en la campaña, Lacalle Pou parece querer liderar un gobierno refundacio­nal en varios aspectos económicos y sociales". Nuevamente se queja de que tenemos un presidente que cumple lo que promete. Tal vez hubiera querido que llegara para seguir administra­ndo la crisis, sin hacer olas, sin cambios de rumbo en la educación, la seguridad, el Mercosur...

Las reflexione­s de Caetano son, en cierto modo, una evidencia clara de las endebles bases intelectua­les que sostienen el discurso opositor. Añoran las divisiones de los partidos fundaciona­les del pasado y siguen negando la evidencia de que la ciudadanía, a ellos, les dijo basta.

LEONARDO GUZMÁN

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