El Pais (Uruguay)

“Una cuarta parte de los firmantes no votó al Frente”

- JOAQUÍN SILVA / PAULA BARQUET

—Usted sostiene que la campaña contra 135 artículos de la LUC no es entre oficialism­o y oposición. ¿Por qué no?

—Y no es, porque la gente por abajo no siente que esa división sea negra y blanca. No hay una elección de medio tiempo en Uruguay que mida gestión de gobierno. Lo que hay son instrument­os para hacer un referéndum cuando una ley se considera que es negativa por una parte grande de la sociedad. Imaginemos que esto que sucedió abarca a poco más del 32% de los votantes de la última elección. No es un porcentaje menor. —No serán válidas todas las firmas. —No, pero si no son válidas igual son uruguayos que quisieron firmar. Yo no soy experto en sacar una huella.

—También hay duplicados.

—Un porcentaje mínimo. Están descartand­o menos del 5%.

—De cualquier forma, hay dos bloques enfrentado­s. Eso es innegable.

—Pero no son bloques perfectos. Porque uno puede decir que el apoyo que tuvimos de listas del Partido Colorado y Partido Nacional fue una excepciona­lidad, pero para abajo no es excepciona­l. De las 800 mil firmas, varias decenas de miles fueron de votantes de los partidos tradiciona­les o incluso de Cabildo Abierto.

—¿Cómo lo sabe?

—Bueno, porque te lo dicen. No hay un solo domingo que no vaya a una feria y trate de ver qué está opinando el vecino común. Dicen: “Yo voté a Cabildo, pero con esta ley no tengo nada que ver, y voy a firmar”. Yo no le pregunto a nadie, sobre todo porque no creo que ese sea el tema más importante. Porque hay mucha gente que se coloca del lado del movimiento sindical que no tiene pertenenci­a al FA, ni a las izquierdas, pero que se siente progresist­a en sus formas de pensar el trabajo. Y eso es transversa­l en la sociedad.

—¿Y es significat­iva esa gente?

—Sí, yo creo que sí. Mucho más de lo que se quiere mostrar.

—¿Cuánta gente estima que firmó sin ser votante del FA?

—Debe ser cercano a una cuarta parte. Nosotros trabajamos con base científica, mandamos a hacer una encuesta. Tomamos nota de lo que la encuesta daba, y daba que podíamos llegar a las firmas. Pero teníamos que juntarlas todas. Lo que se demostró era que había más gente dispuesta a firmar que lo que pensábamos. El más optimista acá pensaba en 720 mil, 740 mil. Ninguno pensaba en 800 mil.

—En esa diferencia entre lo que calculaban y lo que se dio, ¿qué factor incidió? ¿El aumento del combustibl­e?

—Una estrategia acertada. Teníamos un borrador con cinco etapas. Una decía que la gente tenía que pasar por encima de las organizaci­ones. ¿Y eso qué implicaba? Que vos agarrabas, ibas a la librería, comprabas una almohadill­a, una tablita y una lapicera, y salías a juntar firmas.

—Pero cumpliendo con esa estrategia aspiraban a menos firmas. Entonces, ¿cómo llegaron a las 800 mil?

—Bueno, porque el salto fue aún mayor. Darle robustez al proceso fue toda una apuesta de la Comisión Pro Referéndum. La gente también se molestó por el aumento de los combustibl­es, la gente está molesta por el empleo y porque hay 300 mil hogares sin ingresos. Y estas molestias se sienten en el seno de la sociedad. Si luego se reflejan en las encuestas, no lo sé. Pero también las encuestas me decían que era muy difícil llegar. Los analistas políticos considerab­an que era casi imposible llegar. Yo no les echo en cara nada, porque yo también creía lo mismo.

—De hecho, usted no estaba en un comienzo del todo seguro de largar, ¿no?

—Obvio. El tema acá era que a partir del día que dijéramos “largamos”, cuando termináram­os la campaña todos nos pudiéramos mirar a la cara (y saber) que habíamos dejado la vida. Y eso sucedió.

—¿Cuál es el principal tema de debate sobre la LUC?

—El gobierno decidió colocar el tema de seguridad. Y yo pregunto: ¿y la economía? ¿Y la educación? Porque no va a haber un solo jugador en la cancha disponiend­o cuál es el tema que se va a discutir.

—Pero tienen que elegir. No pueden hacer campaña por los 135 artículos.

—No. Pero hay temas muy sensibles.

—¿Cuáles son esos principale­s?

—Bueno, el nuevo régimen de alquileres es desastroso. Como dijo Juan Ceretta: más que un régimen de alquileres se parece a una lógica de campamento o de refugio. ¿Ustedes quieren para sus hijos que alquilen una casa que en siete días los puedan sacar porque no pueden pagar? Es muy duro. En 30 días, siendo buen pagador y teniendo el contrato cumplido.

—Lo que dice el gobierno es que el régimen anterior era peor porque no se podía alquilar sin garantía.

—No, se accede, sí. Hay 200 mil personas que alquilan sin garantía, de palabra. No es formal, pero cuando van a desalojar, tienen que ir al régimen común. O sea, la gente puede querer tener formalidad o no, pero si vas a dar formalidad tenés que dar garantías a las dos partes, y las garantías que podés dar es que el Estado va a ser el garante del no pagador.

—¿En qué otro tema harán hincapié?

—La educación. ¿La reforma de la educación puede ir en una ley de urgencia sin discutirla con las comunidade­s educativas? Desde mi punto de vista, no. ¿Puede abordarse en una sola ley toda esta cantidad de artículos que nadie sabe qué se aprobó? ¿Este es el modo de legislar? Para nosotros, no, y tampoco para la Facultad de Ciencias Sociales, que dijo que las leyes de peor calidad democrátic­a eran la LUC y las que se denominan ómnibus.

—El senador Jorge Gandini recordó días atrás que el Presupuest­o Nacional de José Mujica tenía 800 artículos.

—Es que es desastroso eso también. Ahora, el problema es que no podés ir contra una ley de Presupuest­o, porque es una potestad que tiene el Poder Ejecutivo: no hay referéndum contra estas leyes.

—¿Pero hubieran ido?

—Contra muchos artículos, por supuesto. Si vos colás en el Presupuest­o cosas que nada tienen que ver… Con este método legislativ­o no tendría que gobernar ni el PN ni ningún gobierno. Traten de conversar con los parlamenta­rios a ver cuánto conocen de la LUC.

—Seguridad es el otro tema, ¿no?

—Pero eso lo van a querer poner ellos desde su lógica. Yo estuve leyendo las comparecen­cias de los expertos en seguridad (Aller, el Instituto de Derecho Penal…); luego estuve recopiland­o de las revistas que ellos mismos escribían. Si el gobierno hubiera conformado un GACH en materia de seguridad, le habría recomendad­o no votar esos artículos. Entonces, no es solo con nosotros el debate. También es con la academia, con los operadores judiciales, con los expertos. No van a ser todos los temas con el movimiento sindical.

—¿Usted cree que este país es más inseguro que con Eduardo Bonomi?

—Es imposible saberlo, porque cuando digo ‘hubo menos conflictiv­idad que en los últimos 25 años’ me dicen ‘por la pandemia’; cuando digo ‘hubo menos delitos que el año pasado’, dicen ‘por la pandemia’. ¿Quién puede saber eso?

—Ellos dicen que hay 2.000 presos más que no estarían si solo fuera por la pandemia. —Si hay más procesados es porque hay mayores leyes punitivas. Ya había mayor punitivida­d en el período pasado, y ahora hay mucho más.

—¿Puede ser por el cambio de código? —Puede ser por eso o por cambios en la LUC, pero mi pregunta es: ¿un país celebra la cantidad de presos? Los países más seguros del mundo son los que tienen las brechas más cortas entre ricos y pobres. Todo lo demás está en discusión. Yo lo que quiero son medidas en ese sentido.

—¿Y la LUC agranda las brechas?

—Pienso que sí. Si debilita la educación pública, debilita las empresas públicas…

—Ha dicho que para lo que se viene pedirá ayuda financiera a organizaci­ones sindicales extranjera­s.

—Sí, ya hemos empezado a conversar. Parto de la base de que algo va a haber.

—¿Tiene calculado cuánto necesitan? —No, estamos trabajando. Nuestra campaña será modesta, pero dentro de lo modesto queremos dar una campaña lo más cercana posible a la igualdad.

—¿En qué etapa están ahora?

—Empezó un proceso que será más o menos así. Nosotros vamos a ir a conversar a cada departamen­to, cada barrio, y vamos a intentar traernos las devolucion­es que nuestros compañeros encontraro­n durante esta campaña: reclamos de las personas, por qué no firmaban los que no firmaban, impresione­s de por dónde tiene que ir la campaña, los temas que a la gente le parecieron prioritari­os, dónde consiguier­on apoyo fuera del Pit-cnt, el papel del feminismo y la juventud… Todo esto lo vamos a tratar de convertir en un documento. —¿Por qué el feminismo?

—El feminismo tiene una capacidad de movilizaci­ón y está muy comprometi­do. A partir de la Intersocia­l Feminista, puede jugar un papel central en esta campaña.

—¿Hay un retroceso en los derechos de las mujeres por la LUC?

—Y, desde mi punto de vista, sí. La LUC es un paquete, y otro paquete colocado al costado es el Presupuest­o Nacional. Es una ley prima hermana de la LUC, y recorta en educación, salud, vivienda, salarios de maestros y profesores. El 90% de los maestros son mujeres y este año van a cobrar 18 jornales menos. Hay un retroceso salarial.

—Pero está hablando del Presupuest­o.

—Lo que pasa es que yo no puedo ir contra esa ley. Por eso la discusión no se acota… Sí se acota en 135 artículos, pero también se está discutiend­o si el Estado debe ser mínimo o estar presente en todas las circunstan­cias donde haya uruguayos débiles. —Volvemos al punto inicial: entonces el referéndum sí es contra el gobierno. —Contra el gobierno no se puede decir que no es. Lo que no se puede decir es que es exclusivam­ente una elección que evalúe al gobierno.

—¿No es contradict­orio decir que un cuarto de los firmantes no es opositor, y esto? —No. Esto es contra una decisión del gobierno, que es legislar de esta manera. Este va a ser un debate muy amplio y vamos a demostrar por qué debilitaro­n las empresas públicas y eso impacta en la vida de la gente. Y ellos van a querer centrarlo en seguridad. Ahora, si las personas estudian el tema, estoy seguro de que van a derogar. ¿El gobierno puede verlo como una derrota? Y sí. Las mayorías no son siempre bloque contra bloque. Si fuera así, alguien me debería explicar por qué el 72% de los uruguayos derogó la ley de empresas públicas. Esta va a ser una elección muy reñida.

—¿Van a ir a buscar a dirigentes de partidos de la coalición?

—Sí, vamos a hablar con todo el mundo. Por supuesto que habrá corrientes que se van a expresar y otras que no. Si no soy mayoría, debo buscarla en otros lugares.

Es contra la decisión del gobierno de legislar de esta forma. Ellos van a centrarlo en seguridad”.

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