El Pais (Uruguay)

Felices 90, Enrique

- ✒ IGNACIO MUNYO

El martes pasado celebramos con mucha emoción los 90 años de Enrique Iglesias. Un asturiano que eligió ser uruguayo. Vivió de niño la emigración en tiempos duros, y trabajó en el almacén familiar. Tras recibirse de Contador Economista en 1953, en 1954 fue Director Gerente de la Unión de Bancos del Uruguay. Entre 1960 y 1967 dirigió la CIDE, en donde congregó a las figuras más capaces para pensar el futuro del país sin mirar divisas. Entre 1972 y 1985 fue Secretario General de la Cepal. Entre 1985 y 1988 fue Canciller de la República en un momento crítico en el que había que reinsertar al país en el mundo. Entre 1988 y 2005 fue el presidente del BID, cuyo capital e influencia multiplicó. Entre 2005 y 2014 fue Secretario General Iberoameri­cano. Desde entonces sigue con sus labores docentes, dirige la Fundación Astur, enfocada en los crecientes desafíos que vienen con la tercera edad, y siempre atento a seguir colaborand­o con el país.

Ceres quiso organizar un festejo especial por su cumpleaños. Fue un encuentro virtual destinado a atisbar el futuro para mejorarlo. La celebració­n contó con la presencia de destacadís­imos figuras de Uruguay y de varios países de la región.

“Todavía —gracias a Dios— tengo más proyectos que recuerdos, la forma de medir la juventud va por ahí”, dice siempre Enrique. Eso mismo fue lo que me transmitió desde el primer instante en el que le conté del festejo que le habíamos organizado de sorpresa.

En lo personal disfruté mucho la instancia previa de invitar al festejo a los exministro­s de Economía Ricardo Zerbino (Partido Colorado, 1985-1989), Ignacio de Posadas (Partido Nacional, 19921995) y Danilo Astori (Frente Amplio, 2005-2008 y 2015-2019) y sentir en los tres la enorme gratitud y afecto hacia Enrique. Y la instantáne­a respuesta positiva a exponer en el festejo.

Al comienzo de la celebració­n, Enrique se concentró en tres logros que Uruguay ha obtenido en los últimos años.

El primer logro que remarcó fue la democracia. “Tenemos hoy una de las democracia­s más fuertes de Latinoamér­ica y del mundo; lo hemos hecho los uruguayos en base a partidos políticos comprometi­dos con la construcci­ón del país”. “Uruguay goza de una democracia con amplio apoyo popular pero que exige un cuidado permanente”. “Sostener el crecimient­o, las políticas de igualdad y el acceso al progreso son fundamenta­les para que las democracia­s se constituya­n a partir de las clases medias en factores dinámicos y permanente­s en la sociedad”.

El segundo logro que destacó fue el avance en la relación Estado-mercado. “Creo que ese Mercado triunfante tiene que coexistir con un Estado presente y ha demostrado que forma una contrapart­e con la que hay que consolidar el crecimient­o”. “Hay fenómenos nuevos que van a reclamar acción estatal. Lo vamos a ver con la salida de la pandemia, con el empleo, con el cambio climático, vamos a tener que hablar de la nueva educación para digitaliza­r”.

El tercer logro fueron las relaciones internacio­nales. “Uruguay se ha abierto al mundo y a la región y tiene una tradición respetable, pero existen grandes desafíos”. “El país tiene que seguir siendo un líder en tratar de sostener el edificio multilater­al, realidad amenazada por el posible desencuent­ro que puedan tener las dos grandes potencias”. “Es posible que haya que defender el libre comercio en el futuro. El mundo que vendrá puede ser más cerrado que el que estamos”. También subrayó la relevancia de una fluida relación con Argentina y Brasil para la expansión de los servicios y logística de transporte.

Ricardo Zerbino destacó que: “Con Enrique en el gabinete del primer gobierno de Sanguinett­i, además de la inserción internacio­nal del país, compartimo­s con Enrique el gran desafío del restableci­miento del diálogo entre el Estado y los sindicatos en el ámbito de confianza mutua, con todas las dificultad­es que ello supone”.

Ignacio de Posadas señaló su preocupaci­ón por el “quiebre en el diálogo entre los partidos políticos, que es una señal de alarma que hay que atender para cuidar nuestra democracia”. El primer logro mencionado por Enrique.

Danilo Astori afirmó que “Enrique dejó impregnado el sello de su personalid­ad en todas las posiciones que ocupó”. En la Facultad de Ciencias Económicas inspirando con empatía a las primeras generacion­es de Economista­s. En la CIDE mostrando su preferenci­a por el largo plazo: “Enrique nunca estuvo enfermo de cortoplaci­smo”. En la Cepal mostró una enorme valentía intelectua­l para tomar la posta que dejaban Raúl Prebisch, Aníbal Pinto y Celso Furtado; y valentía personal para abrir las puertas y salvarles la vida a muchas personas en aquellos años tan complejos de Chile y América Latina. Al asumir la Cancillerí­a mostró “una enorme generosida­d con el país”. Y en el BID “cambió la noción de cooperació­n internacio­nal extendiend­o y profundiza­ndo su cobertura”.

El acto finalizó con un regalo sorpresa muy especial que llegó de la mano del Mtro. Ariel Britos (Presidente Programa Iberorques­tas Juveniles, SEGIB): el Himno a la Alegría entonado por la orquesta juvenil que Enrique tanto impulsó. La emoción fue general.

“Uruguay goza de una democracia con amplio apoyo popular pero que exige un cuidado permanente”,

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