El Pais (Uruguay)

Algunas reflexione­s

Dr. Rafael Ravera Parietti | Montevideo

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Paradoja populista.

El gobierno republican­o de la coalición, no solo se mantiene en sus valores de aceptación de acuerdo al informe de la prestigios­a consultora Ipsos, y no solo en base al manejo de la pandemia, sino a una valoración holística del gobierno.

Por su parte, el Frente Amplio no asumió la derrota. No realizó autocrític­a de los hechos que nos llevaron a la crisis económica. La ciudadanía necesitaba un cambio de rumbo.

Como oposición frente a la pandemia se actuó con falta de solidarida­d, aún con sus propios votantes. Se propuso una cuarentena obligatori­a, pese a los ejemplos de países vecinos. Esto constituye una medida despótica, inaplicabl­e, salvo que quieran volver a la dictadura.

Se criticó la tardanza al comenzar la vacunación. Ésta se inició con la certeza de contar con las dos dosis de la vacuna y, sobre todo, con una logística impecable que hoy nos coloca como ejemplo mundial.

En las democracia­s autócratas que nos rodean, la llegada de las vacunas fue un simple saludo a la bandera, no se previó la segunda dosis, se impuso una cuarentena obligatori­a que, fuera de destruir la economía, perjudican­do a los más necesitado­s, no disminuyó el número de víctimas. Hoy estamos terceros en vacunación en las Américas.

La “colcha de retazos” que conforma la oposición, funcionó como tal, reparto de cargos dentro de los partidos que la integran, formando feudos, pese a que sus estatutos establecía­n que las cabezas de los ejecutivos iban a ser independie­ntes. Y, desparrama­ndo ignorancia, discutimos si Cuba es o no una democracia.

¡Qué paradoja! Esto lo podremos discutir respecto a las otras autarquías: Argentina, Nicaragua, Venezuela, pero no de Cuba, que se autodefine como comunista. De acuerdo al primer período de pensamient­o de Marx, en el que se basa el comunismo, la democracia es el enemigo del pueblo, lo que lo convierte en una discusión inútil. Un régimen comunista por definición no es democrátic­o.

La LUC constituye los cimientos para combatir los males que nos dejó un gobierno pluri-ideológico, que destruyó la economía, no cambió el ADN de la educación y tampoco nos ofreció seguridad. Los artículos que pretenden derogar son las medidas para desarmar el aparato delictivo que alimentaro­n.

No es correcto lo que dicen respecto a los alquileres. La norma crea la opción de que, quienes no tienen posibilida­d de contar con garantía para alquilar, puedan hacerlo en las mismas condicione­s que tienen las pensiones, pero una vivienda digna.

Pretenden que un país que respeta la propiedad privada vuelva a instalar la falta de protección de ese derecho, habilitand­o nuevamente la ocupación del predio laboral como medida sindical. Todos los uruguayos padecimos la dictadura, salimos de ella sin derramar una gota de sangre, con un acuerdo que a los demócratas nos dejó un gusto amargo, pues otorgamos la amnistía a asesinos que pretendier­on, por la fuerza, destruir la democracia. Y muchos de los designados para combatirlo­s, cuando lo lograron, la destruyero­n y se convirtier­on en asesinos emulando a quienes combatiero­n.

Los tupamaros llegaron al gobierno por el sistema que pretendier­on destruir a sangre y fuego. Reiteramos, salimos de esas escaladas de violencia sin derramar una gota de sangre, con sus blancos y sus negros fue una salida pacífica. Pero fue una salida pacífica distinta de España, Argentina y Brasil, entre otros. Todas válidas, en pos de la libertad.

Para terminar: ¿qué podemos esperar si tenemos referéndum contra la LUC, frente a un partido que en reiteradas ocasiones no respetó la voluntad popular, a la que invocan en vano?

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