El Pais (Uruguay)

El efecto vacuna ahora redujo el porcentaje de jóvenes que ocupan camas en los CTI

-

La enfermedad del COVID-19 ha sido particular­mente agresiva con los adultos mayores. Lo demuestran las cifras de fallecidos y de hospitaliz­aciones por esta causa. Pero en el medio de la ola de contagios, en Uruguay había ido bajando el promedio de edad de los pacientes que ingresaban a CTI.

Según Julio Pontet, presidente de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva, eso respondía a que las vacunas se habían administra­do primero a los más adultos, a que los contagios se estaban dando entre los jóvenes y a que los más longevos eran atendidos en sus casas o residencia­les. Fue así que el promedio de edad cayó de 65 en marzo a 56 en junio. Pero ahora, con una baja general de los ingresos al CTI y con una extensión masiva de la vacunación, el promedio de edad empieza a subir otra vez: en julio se ubicó en 57 años. Si se observa la ocupación por franjas de edades, entre los menores de 50 años cayó seis puntos porcentual­es en el último mes.

“De a poco va acabando la epidemia y se va dando paso a una endemia”, dijo Pontet. Eso significa que la enfermedad sigue latente, como los virus que causan la gripe, pero los pacientes ingresan en

“cuentagota­s” y no como se dio durante la avalancha de la gran ola.

Como sucede con el personal de salud en general, el intensivis­mo viene padeciendo el cansancio del estrés del sistema sanitario. Por eso la Comisión de Humanizaci­ón de la SUMI y Sociedad Uruguaya de Enfermería en Cuidados Intensivos (Sueci) realizaron una encuesta cuyos resultados se darán a conocer el 9 de agosto (día del médico intensivis­ta). Como adelanto, dijo la intensivis­ta Mariana Noya, el 69% de los encuestado­s reconoció haber llorado o haberse sentido angustiado durante los últimos dos meses de trabajo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay