Corte pide investigar a Bolsonaro
Lo acusan de “calumnia” e “incitación al crimen” por criticar voto electrónico
Mala semana para el presidente Jair Bolsonaro en el área judicial. Primero fue el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que el lunes abrió una investigación contra el mandatario por sus cuestionamientos al sistema de voto electrónico y sus afirmaciones de que puede haber fraude. Y ayer miércoles le tocó el turno al Supremo Tribunal Federal (STF), que ordenó investigar a Bolsonaro por “calumnia” e “incitación al crimen”, también por sus cuestionamientos al sistema de votación electrónica en Brasil. La decisión del STF responde precisamente a un pedido del TSE.
Bolsonaro es además objeto de otra investigación por sospechas de que no denunció una tentativa de corrupción en negociaciones de compra de la vacuna india anticovid Covaxin.
El juez del STF Alexandre de Moraes citó entre las causas de la denuncia de este miércoles una transmisión en vivo del mandatario en Facebook del pasado jueves, cuando afirmó que hubo fraude en las dos últimas presidenciales y que él debía haber ganado en la primera ronda en 2018.
De Moraes decidió de ese modo incluir a Bolsonaro en la causa abierta en 2019 por el STF para investigar noticias falsas, ofensas y amenazas a varios de sus jueces.
“A partir de informaciones falsas, reiteradamente repetidas por medios de redes sociales y semejantes se formula una narrativa que deslegitima las instituciones democráticas y estimula a que grupos de simpatizantes ataquen a personas que representan a las instituciones”, escribió De Moraes.
Tres de los once jueces del STF, entre ellos De Moraes, son también jueces del TSE.
El martes, Bolsonaro afirmó que “no aceptará intimidaciones”, en referencia a las medidas adoptadas por la justicia electoral. “No aceptaré intimidaciones. Seguiré ejerciendo mi derecho a la libre expresión, a criticar, escuchar y atender, por encima de todo, a la voluntad popular”, dijo ante un grupo de seguidores en las puertas del Palacio da Alvorada, su residencia oficial en Brasilia.
Bolsonaro ha insinuado que el presidente del TSE, Luis Barroso, también miembro del STF, prepara un “fraude” para las elecciones de 2022.
La intensificación de la ofensiva de Bolsonaro contra el sistema electoral coincide con una erosión de su popularidad y con la publicación de encuestas que prevén su derrota ante el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva en 2022.
Bolsonaro suele decir que “no permitirá” que el país “vuelva a caer en las manos del comunismo”.
El presidente no pide que se vuelva a las papeletas de votación, sino que se imprima un recibo después de cada voto en la urna electrónica, con el fin de que puedan contarse físicamente.
Un proyecto de ley en ese sentido está a estudio de la Cámara Baja, en la que enfrenta serias dificultades, pues al menos once partidos, incluidos algunos de la base oficialista, ya adelantaron su rechazo y ratificado su confianza en la votación electrónica vigente en Brasil desde 1996.
Este mismo miércoles, en aparente respuesta al mandatario, el juez Barroso alertó, sin citar a Bolsonaro, sobre la “erosión de la democracia” y la existencia “en Brasil y en el mundo” de líderes “populistas y extremistas que usan las redes sociales para preparar el camino hacia el autoritarismo”.
“MILICIAS DIGITALES”. La investigación del juez De Moraes comenzó centrada en las llamadas “fake news” en las redes sociales, difundidas supuestamente por parlamentarios y activistas que apoyan a Bolsonaro. Fue suspendida hace dos meses a solicitud del fiscal general, Augusto Aras, alineado con Bolsonaro y que dijo no haber encontrado indicios de la existencia de una acción coordinada del bolsonarismo para difundir información falsa.
Sin embargo, De Moraes la retomó de inmediato, ahora enfocado en la producción y financiación del contenido falso que circula en las redes sociales y ataca a las instituciones. Según el magistrado, el asunto pudiera revelar “la existencia de una organización criminal, de fuerte actuación digital y con núcleos de producción y publicación” de falsa información con un “discurso de odio”.
En ese proceso, De Moraes ha decidido incluir a Bolsonaro, a fin de, según explicó, “determinar si, ilícitamente, contribuyó para la diseminación de noticias fraudulentas sobre la conducta de miembros de la Corte Suprema y contra el sistema de votación de Brasil”.
Pidió además que sean interrogados el ministro de Justicia, Anderson Torres, y otras cuatro personas alineadas al bolsonarismo y que también se sumaron a la campaña contra el voto electrónico.
En ese mismo proceso ya figuran como investigados algunos parlamentarios, como el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente.
“Con las narrativas falsas se denigran las instituciones”, dijo el juez De Moraes.