Cannabis y el aporte medicinal
Síntomas y patologías que se pueden combatir con los cannabinoides.
El cannabis es una planta multiuso originaria del Himalaya. ¿Qué quiere decir eso? Las fibras sirven para las telas y el papel, la semilla es rica en grasas polinsaturadas y la resina es lo que se destina para el uso medicinal o el uso recreativo”, explicó la doctora Julia Galzerano, médica internista, especialista en VIH, adicciones y endocannabinología.
Galzerano la define como “una planta impresionante” dado que cuenta con más de 1.400 compuestos de los cuales 130 son cannabinoides, que son los componentes que se utilizan para combatir determinados síntomas o enfermedades.
“Es distinto si usamos un extracto de planta entera de cannabis, si es una separación específica de algún componente de estos cannabinoides o si es un producto sintético”, detalló.
Lo que sucede es que la gente confunde cannabis con marihuana. “En realidad es lo mismo, salen de la misma planta, pero los componentes y la concentración que usamos en cada caso son diferentes”, dijo.
Un aspecto interesante a tener presente es que nuestro cuerpo cuenta con su propio sistema endocannabinoide, el que genera cannabinoides endógenos que, cuando no son suficientes o nos enfermamos, podemos compensar recurriendo a los fitocannabinoides (los que provienen de la planta).
“Del sistema endocannabinoide sabemos poco porque, en realidad, se descubrió hace poco más de 20 años, que en investigación es poco tiempo. Entonces todavía no se da en la currícula de Medicina, salvo en Farmacología”, señaló la especialista en diálogo con El País.
En el cuerpo contamos con receptores en los que se unen los cannabinoides, ya sea los propios o los fitocannabinoides, desencadenando la acción que se quiere dar de acuerdo a cuáles se utilicen y en qué dosis. Esos receptores se encuentran en distintos lugares del cuerpo, por eso es que el cannabis tiene efecto sobre tantas cosas, “no es porque sea mágico”, aclaró Galzerano.
“El sistema endocannabinoide regula el humor, la memoria, el sueño, el apetito, la sensación de placer, el sistema inmune y también tiene que ver con el dolor, por eso podemos tratar el dolor crónico, la depresión, el sueño…”, mencionó como ejemplos.
En lo que refiere al cannabis medicinal, presenta distintas propiedades que determinan que existan enfermedades potencialmente tratables. Todo va a depender de cuál de los dos tipos de cannabinoides estemos hablando: el THC (tetrahidrocannabinol), que también tiene uso recreativo o adulto, o el CBD (cannabidiol), que es como la estrella.
“El THC actúa como analgésico, antiespasmódico, antiemético –para náuseas y vómitos– o en trastornos neurodegenerativos. El CBD tiene efecto antidepresivo, antisicótico, puede ser ansiolítico, neuroprotector, antiepiléptico –lo que la gente más conoce–, antinflamatorio y analgésico”, indicó.
PRESENTACIÓN. El cannabis medicinal viene en diferentes formas: cápsulas, supositorios, parches, cremas. En Uruguay no hay supositorios ni comprimidos; lo que se encuentra, sobre todo, son aceites que se usan en forma de gotas. “Eso quiere decir que los productos se preparan en un aceite vegetal, que en general es aceite de oliva, otros usan aceite de coco, y se dosifica de acuerdo a cuál es la concentración necesaria. La mejor manera de uso es la sublingual, que es la más rápida y la que tiene más respuesta, o la vía oral”, explicó Galzerano.
Hasta el momento es lo que hay regulado por el Ministerio de Salud Pública (MSP) y disponible en farmacias, aunque hay varios proyectos para tener más vías de administración.
“Lo que vemos en las películas y más se usa en otros países es la vía fumada o inhalada, para el cáncer y otras enfermedades. En Uruguay no recomendamos la vía fumada y por ahora no tenemos acceso a vaporizadores porque hay un decreto que los asimila al cigarrillo electrónico, entonces no pueden ingresar. Son todas cosas que tenemos que ir cambiando”, señaló la especialista.
CONTROLES. “De acuerdo a sus propiedades, el cannabis termina siendo una sustancia multipropósito que todos queremos tener en nuestra farmacopea de forma accesible para poder indicarla como cualquier otro fármaco, pero eso todavía no pasa”, lamentó.
La especialista indicó que el cannabis medicinal no se encuentra dentro del PIAS (Plan Integral de Atención en Salud), lo que determina que, por ejemplo, sea más costoso que un medicamento que está dentro del plan.
Explicó que existe una ley de diciembre de 2019 que habla del acceso al cannabis y de mejorar la investigación, que está aprobada pero que no se ha podido implementar, entre otras cosas porque apareció un tema prioritario como la pandemia COVID-19.
“A fines de julio salió el decreto 46 que realiza algunas modificaciones del decreto de febrero del 2015 sobre el cannabis medicinal, pero todavía falta mucho para que haya accesibilidad al mismo”, apuntó.
Galzerano insistió en que se trata de un medicamento que tiene muchas indicaciones y menos efectos adversos que otros, sobre todo en lo que refiere al dolor. Hipotensión postural, constipación y somnolencia diurna aparecen como efectos secundarios, pero todo va a depender del paciente y de las interacciones que tenga con otros medicamentos.
“Por eso tiene que controlarse con un profesional de la salud que maneje el tema, si no se arman cruces entre la medicación que no corresponden. Pero es una buena alternativa para el tratamiento y para mejorar la calidad de vida de la gente”, concluyó.