Maniobra entre un asesino serial de Brasil y un preso del Comcar
Comandaban un negocio de droga y expulsaban a familias para instalar bocas
Uno estaba preso en Santana do Livramento, otro en Porto Alegre y el tercero en la cárcel más poblada de Uruguay: el ex Comcar. Pero pese a las distancias kilométricas entre una prisión y las otras, y pese a que los peligrosos delincuentes están entre rejas, los tres mantenían un contacto asiduo.
A uno de ellos, el que está alojado en un centro de Porto Alegre, se lo conoce por el apodo “Gui” y es un confeso asesino serial de Brasil que mató a seis taxistas en 48 horas entre las ciudades de Porto Alegre y Livramento.
El recluso de Santiago Vázquez (ex Comcar), conocido como “Carliños”, comenzó a contactarse con este asesino serial de Brasil. Es señalado por los investigadores brasileños y uruguayos por formar parte de “Os Manos”, una peligrosa banda de narcotráfico que opera al sur de Brasil y que ha dejado sus secuelas también en el norte uruguayo. Este grupo ha sido protagonista de homicidios por sicariato, secuestros, y apropiación de distintos territorios para comercializar la droga.
La Policía uruguaya ha detectad varias “células” —así se les dice a los integrantes del grupo— de “Os Manos” en distintas zonas de Brasil pero también Uruguay. Uno de los departamentos que más sufre las consecuencias criminales de esta banda es Rivera, por su cercanía con Brasil. Los investigadores policiales de esa zona luchan constantemente contra estos grupos y ya han desarticulado a muchos de sus miembros. Sin embargo, en este caso los investigadores policiales detectaron que “Carliños” cooperaba con el asesino serial brasileño y empezaron a encontrar “células” también en Tacuarembó.
El trabajo del personal policial de Rivera, en conjunto con detectives de narcóticos de ese departamento y de Tacuarembó, permitió determinar que estos tres presos hablaban entre sí con una finalidad: trasladar droga desde Brasil a Uruguay y luego colocarla en distintas “bocas” para comercializarla.
A partir de esos contactos los investigadores, bajo la conducción de la fiscal Stella Alciaturi, pudieron observar que parte del grupo se había instalado en el barrio Villa Sonia, de la ciudad de
Rivera y que habían desalojado a familias de sus casas para montar ahí puntos de venta de droga.
DESALOJO. Según explicaron fuentes del caso a El País, una familia que vivía en una casa del barrio Villa Sonia fue expulsada por orden de “Carliños”.
En el marco de la investigación de la expansión de este grupo criminal en Rivera y Tacuarembó, los efectivos del caso dieron con integrantes de esa familia. Estos inquilinos narraron ante la Policía que en un día de abril, luego de la jornada laboral, llegaron a su casa. Dijeron que allí notaron que había una mujer instalada y que no pudieron entrar a su propia vivienda. La familia tuvo que irse sin poder llevarse nada del interior de la casa. Se fueron “con la ropa que llevaban puesta”, relataron las fuentes.
Los informantes aseguraron que este grupo delictivo “expulsó a la familia”.
Las comunicaciones entre los tres reclusos se dan en el marco de negociaciones de “ilícitos de estupefacientes y armas de fuego”. Pero el recluso alojado en Santiago Vázquez habría intentado, de acuerdo a las fuentes, expandir la venta de droga al departamento de Tacuarembó.
Este delincuente está alojado en el ex Comcar por cometer distintos hechos. Según indicaron fuentes carcelarias, “Carliños” cometió delitos de negociación de estupefacientes especialmente agravados, delitos de tenencia no autorizada de armas de fuego y reiterados delitos de amenaza especialmente agravada.
Con el trabajo de inteligencia policial y bajo la dirección de Alciaturi se tramitaron varias órdenes de detención y de allanamientos, tanto en la ciudad de Rivera como en Tacuarembó.
El operativo policial comenzó en mayo. Según indicaron las fuentes, los integrantes de la banda que dirigía el recluso desde el ex Comcar vendían la droga de noche y por eso se eligió llamar “Murciélago” a la investigación.
La investigación ya lleva seis personas imputadas o condenadas por delitos de asociación para delinquir y también asistencia al narcotráfico. Cuatro son mujeres y dos son hombres. Entre estos hay un menor de edad. Y entre las mujeres se encuentra la responsable de haber expulsado a una familia de su casa en Villa Sonia, motivo por el cual se le sumó el delito de usurpación.
Según indicaron fuentes del caso a El País, se espera que en las próximas horas “Carliños” sea conducido desde el ex Comcar hacia Rivera. El delincuente deberá declarar ante la fiscal del caso para que se determinen los elementos de prueba que hay en su contra. Para los investigadores, el hombre es quien coordina todos los movimientos de quienes intentan expandir el negocio de venta de la droga.
Operativo Murciélago: seis personas ya fueron imputadas o condenadas.