China y Rusia, maniobras militares por crisis afgana
Acciones “antiterroristas” con arsenal de última generación
China y Rusia emprendieron esta semana maniobras militares conjuntas “antiterroristas”. Los ejercicios comenzaron el lunes y se prolongarán hasta el viernes en la región septentrional china de Ningxia con la presencia, de parte china, de cazas J-20, bombarderos H-6K y aviones militares de transporte Y-20, entre otros.
También estarán presentes los misiles de defensa HQ-17, presentados en público por primera vez en octubre de 2019 y capaces de derribar “todo tipo de amenazas aéreas” que entren en su perímetro defensivo, incluyendo aviones furtivos de combate, helicópteros, aviones de combate no tripulados y misiles de crucero.
Se trata además de las primeras maniobras conjuntas que alberga China desde el comienzo de la pandemia de covid, y su objetivo es, según un comunicado del Ministerio de Defensa chino, “ampliar los esfuerzos antiterroristas de los dos países” y “demostrar la firme determinación y capacidad de ambas partes para salvaguardar conjuntamente la paz y la seguridad internacional y regional”.
Expertos chinos indicaron al diario Global Times que los ejercicios buscan una mayor cooperación militar en un contexto de seguridad “difícil” dada la situación en Afganistán, donde el avance de los talibanes hace tambalear al país tras décadas de conflicto.
En la última semana, los talibanes han logrado capturar seis capitales de provincia afganas mientras continúa la fase final de la retirada de las tropas estadounidenses y de la OTAN, criticada por los medios chinos.
“La retirada irresponsable de las tropas estadounidenses de Afganistán es una carga para los países vecinos de Asia Central. Como grandes potencias, China y Rusia tienen que desempeñar su papel, consistente en asegurar la paz y la estabilidad y de prevenir el avance de fuerzas terroristas en la región”, comentó un experto a Global Times.
A finales de julio, una delegación de los talibanes liderada por el mulá Abdul Ghani Baradar visitó China, donde se reunió con el ministro de Exteriores, Wang Yi.
Según Wang, la “apresurada” retirada de Afganistán refleja “el fracaso de la política estadounidense” para con aquella nación, pero que a su vez supone una “importante oportunidad para que el pueblo afgano pueda estabilizar y desarrollar su país”.
China y Afganistán comparten unos 60 kilómetros de frontera en la región noroccidental china de Xinjiang, región mayoritariamente de etnia uigur en la que durante las últimas décadas se han registrado ataques de distinta índole, incluidos atentados terroristas.
AVANCE TALIBÁN. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, remarcó ayer martes que “no lamenta” completar el retiro de tropas del país.
“Los líderes afganos tienen que unirse. Tienen que luchar por sí mismos” contra los talibanes, dijo Biden a periodistas. “No lamento mi decisión” de retirar para el próximo 31 de agosto los últimos contingentes de efectivos estadounidenses apostados en ese país tras dos décadas de guerra, añadió.
Los talibanes se apoderaron ayer martes de otras dos ciudades de Afganistán, Farah y Pul-e Khumri, con lo que suman ocho capitales provinciales capturadas en cinco días, mientras refuerzan su control en el norte de donde los civiles huyen masivamente ante su imparable avance.
“Los talibanes están ahora en la ciudad, izaron su bandera en la plaza central y en la oficina del gobernador”, contó a AFP Mamoor Ahmadzai, diputado de la provincia de Baghlan, cuya capital es Pul-e Khumri, a 200 km de Kabul.