El Pais (Uruguay)

Exposición “Gauchos” se presenta en Corea y China

Las fotos del uruguayo Luis Fabini pasaron por la técnica Platinum Palladium que se ha revaloriza­do en los últimos años

- ANALÍA FILOSI

Cuando estaba recorriend­o el Uruguay me topé con un gaucho veterano, que probableme­nte no sabía ni leer ni escribir, tomando mate. Le pregunté: ‘¿Quién es el gaucho?’, no contestó durante un par de minutos y me dijo: ‘El gaucho es la tierra que pisa’. En esa frase el tipo logró sintetizar lo que iban a ser mis próximos años de trabajo porque ahí me di cuenta de que iba a encontrar a un hombre y un caballo adaptados a la realidad geográfica en la que vive”. Así recuerda Luis Fabini el disparador de Gauchos, la serie de fotografía­s que hizo de estos hombres entre 2005 y 2006 que se convirtió en una exposición que en octubre estará presentánd­ose en Corea y en marzo de 2022 en China.

Las fotos fueron el resultado de un recorrido que hizo por el Uruguay y que le significó un doble descubrimi­ento. “Descubrí al gaucho y a través de él encontré mi voz como fotógrafo”, señala quien luego de ser monje durante 3 años sintió la necesidad de fotografia­r algo personal.

“Mis primeros recuerdos, en vez de ser con mis padres, eran con los gauchos. Me acordaba de ir al amanecer al fogón, oler carne asada, ver las manos de los gauchos tomando mate, ensillar de noche y salir al amanecer al campo…”, dice este hijo de diplomátic­os que a los 5 años se fue del Uruguay, pero que cada pocos años volvía.

“Me quedaba un mes en la estancia de un amigo de mi padre, que era como mi tío, y siempre estaba arriba de un caballo. Los caballos y el gaucho siempre me fascinaron”, confiesa.

Saber andar a caballo le facilitó la tarea de acompañar a estos hombres durante dos años casi sin hacerse notar.

“Voy con la postura ‘menos es más’. Le doy prioridad al contenido, a potenciar mi ojo, mi mente, mi espíritu. Entonces cuanto menos equipo tenga, lo mínimo necesario, está bien. Lo importante en mi fotografía es generar vínculos, que la gente me acepte”, cuenta.

El tiempo que le dedica no importa, la cosa es entrar en relación con sus fotografia­dos al punto que en un momento ya lo dejan de notar y pasa a ser uno más, si bien no hace lo que ellos hacen. “Si necesitan que los ayude, lo hago, pero tengo muy claro que ahí soy el fotógrafo, el que está observando”.

Reconoce que gracias a la cámara ha llegado a lugares y gente que de otra manera no conocería. “Eso enriquece mi trabajo y mi vida. La diversidad es lo máximo, lo que nos da autenticid­ad”, apunta.

Después de Gauchos vino Vaqueros de América, trabajo en el que retrató al equivalent­e al gaucho en otros países y culturas. Eso lo llevó a recorrer unos siete países, desde La Patagonia hasta Canadá, en unos 10 años. Tanto Gauchos como Vaqueros de América se volvieron libros, los primeros en 2012 con publicació­n en Uruguay y los segundos en 2016, con ediciones en Estados Unidos, Canadá y Alemania.

LO PRÓXIMO. “Es bastante increíble la sensación de estar trabajando con fotos que hice hace 15 años. Que sigan vigentes marca que tienen vida propia. Trabajar con ellas de vuelta es un alegrón enorme”, destaca Luis de este proceso que está haciendo con las fotos de Gauchos para su viaje a Asia (ver recuadro).

Define a sus trabajos como “personales”, siempre vinculados al hombre y la tierra. Su próximo proyecto se llama Cosechas yya sabe que le va a llevar tres o cuatro años y una recorrida por varios países. “Ya no son hombres de a caballo sino campesinos, comunidade­s indígenas, agrícolas. Tengo que hacerlo a pata. Selecciono valles, montañas; contrato un arriero y arranco. Camino una semana, 15 días, lo que sea necesario porque creo que llegar a pie es diferente, la gente te recibe de otra manera, es más humilde todo. Además el campesino es a pata, trabaja la tierra a pata”, dice.

Ya hizo tres viajes a Perú, de donde es oriunda su madre y donde él trabajó como guía de montaña en Cuzco.

“Mis fotos están linkeadas a mí desde el ombligo porque Gauchos, al haberme criado fuera del Uruguay, fue una forma de volver a conectarme con mi país, con mi tierra, con mis recuerdos. Esa fuerza es lo que me permite perseverar pase lo que pase porque tenés que ser un corredor de maratón, de larga distancia, porque son proyectos largos”, destaca en diálogo con El País.

Luis se define nómade desde hace unos años. Últimament­e estaba en Nueva York y, si bien vuelve seguido al Uruguay, hacía poco más de dos años que no pisaba su tierra, entre otras cosas debido a la pandemia.

“Amo con locura el Uruguay. Agarro la Ruta 5 y a partir del kilómetro 290 me siento en mi casa. Esas extensione­s de basalto que ves; puro campo y algún monte de eucalipto, algún andante, algún jinete… eso es impagable. ¡Qué lindo país que tenemos! Y la gente también”, expresa con mucha convicción y sus fotos así lo reflejan.

En 2005-2006, el fotógrafo recorrió el Uruguay para retratar la vida del gaucho.

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 ??  ?? PROCESO. El trabajo se realizó en Análoga Estudio, del fótografo Darío Invernizzi, bajo la supervisió­n del propio autor de la exposición.
PROCESO. El trabajo se realizó en Análoga Estudio, del fótografo Darío Invernizzi, bajo la supervisió­n del propio autor de la exposición.
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