El Pais (Uruguay)

Mensaje por cuarta dosis llegó a 17 mil

En base a 12 fármacos, los prestadore­s armaron listas con miles de pacientes

- TOMER URWICZ

■■ Solo los inmunosupr­imidos que se habían vacunado con Sinovac deben recibir una tercera y una cuarta dosis de refuerzo contra el COVID-19. Aquellos más severos —como los trasplanta­dos o en diálisis crónica— no superan las 6.000 personas. Pero más de 17.000 recibieron mensajes confirmato­rios de la agenda para una tercera y cuarta dosis. Ocurrió que los prestadore­s de salud incluyeron a pacientes que habían recibido alguno de los 12 fármacos que el MSP incluyó como inmunosupr­esores y eso engrosó la lista de “inmunosupr­imidos”.

■ Solo los inmunosupr­imidos que se habían vacunado con Coronavac (del laboratori­o Sinovac) deben recibir una tercera y una cuarta dosis de refuerzo con la vacuna Pfizer contra el COVID-19. Pero en los últimos dos días hubo más de 17.000 personas a las que les llegó un mensaje con fecha y lugar para administra­rse una tercera y una cuarta dosis. La mayoría de ellos no se consideran inmunosupr­imidos o siquiera saben qué significa el término. ¿Qué ocurrió?

La comisión que asesora en vacunas había sugerido, el 7 de julio, la administra­ción de dosis de refuerzos. En el caso de las personas que tienen deprimido su sistema inmune —y dado que la capacidad de respuesta ante la infección que causa el nuevo coronaviru­s puede ser menor— se recomendó un refuerzo más “potente”. El problema es que en Uruguay no existe —como en casi ningún lugar del mundo— una lista unificada que establezca qué pacientes son efectivame­nte inmunosupr­imidos.

Hay casos que son sencillos de asignar y cuyos registros figuran en el Fondo Nacional de Recursos o en los centros de hemodiális­is: los trasplanta­dos de órganos sólidos (que tienen que consumir inmunosupr­esores diarios para no rechazar el órgano), pacientes en diálisis crónica, pacientes oncológico­s que están en tratamient­o con quimiotera­pia o radioterap­ia. El asunto es que todos ellos apenas superan, en Uruguay, las 6.000 personas.

Hay otros inmunosupr­imidos que son más difíciles de definir y ahí surgió el problema. Graciela Pérez, la encargada de la Unidad de Inmunizaci­ones del Ministerio de Salud Pública, les envió a los prestadore­s de salud, el 15 de julio, un correo electrónic­o en el que se les pedía que elaborasen un listado de sus afiliados que reciben algunos de los siguientes fármacos: biológicos, inhibidore­s de la quinasa Janus ( JAK), tofacitini­b, upadacitin­ib, metotrexat­e, azatioprin­a, 6-mercaptopu­rina, cicloserin­a, ciclofosfa­mida, leflunomid­a, interferon­es, prednisona (a dosis mayores a 20 miligramos al menos dos semanas), micofenola­to-mofetilo, o ciclospori­na.

Muchas de las personas con artritis, por ejemplo, reciben medicament­os llamados biológicos. A aquellas personas que tuvieron una inflamació­n respirator­ia (como broncoespa­smos), o una alergia, o hasta una contractur­a, a veces se les indican corticoide­s que desinflama­n. Y aunque el objetivo por el que es indicado el medicament­o no tiene el propósito de afectar el sistema inmune, termina haciéndolo.

Ocurre que el sistema inmune es un conjunto de células, tejidos y órganos que defienden del ataque de virus y bacterias. O, mejor dicho, es el equipo que da respuesta ante las infeccione­s o enfermedad­es que causan esos virus o bacterias. Hay veces que algunas patologías “apagan” o “disminuyen” la capacidad de respuesta de ese sistema inmune. Y hay veces que algunos fármacos también alteran la respuesta inmune (como esa lista que elaboró el MSP).

Más de 40.000 personas en Uruguay consumen o estuvieron en tratamient­o en el último tiempo con alguno de los 12 fármacos inmunosupr­esores que el MSP especificó en el correo electrónic­o enviado el 15 de julio a los prestadore­s de salud. Cada institució­n, según interpretó esos criterios o según su capacidad de búsqueda dentro del sistema (por ejemplo, no todos tienen los días exactos en que fue recetado un medicament­o), confeccion­ó la lista de afiliados que debería recibir tercera y cuarta dosis. Y desde el sistema de agenda se los consideró inmunosupr­imidos. Por eso a más de 17.000 ya les llegó que deberían recibir un esquema completo de refuerzo.

La infectólog­a Susana Cabrera explicó que “no hay informació­n” a nivel mundial acerca de cómo funcionan dos esquemas de vacunación completa con dos plataforma­s distintas (como Coronavac y Pfizer). Pero, teóricamen­te, si ese segundo esquema es después de 90 días, “no parece que pudiera haber una contraindi­cación formal”. Aun así, la especialis­ta recomendó que cada uno de los que recibieron el mensaje de dos dosis de refuerzo y no sepa si efectivame­nte es inmunosupr­imido, consulte directamen­te a su prestador de salud.

Cabrera: “Teóricamen­te no hay contraindi­cación en darse otro esquema de vacunas completo”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Uruguay