El Pais (Uruguay)

Condenan a futbolista trucho

Así logró viajes a Europa y estadías en hoteles; alquiló casa en un barrio coqueto y autos

- EDUARDO BARRENECHE

Un joven de 22 años se hizo pasar por un futbolista de élite y se dio la gran vida durante ocho meses. Residió en buenas casas y apartament­os, viajó a Europa, se alojó en hoteles y se desplazó en autos rentados. Jamás pagó los servicios.

El “futbolista” fue condenado el miércoles 4. La Fiscalía probó que realizó 20 estafas.

Decir que uno es un futbolista profesiona­l y que juega en un club de Emiratos Árabes, abre muchas puertas. Eso supuso un joven uruguayo de 22 años, que vivió una vida de rey durante ocho meses haciéndose pasar por un jugador de fútbol de elite, representa­do por el exintegran­te de la Selección Uruguaya de Fútbol, Darío Silva.

Desde un primer momento el embaucador tuvo claro que, para lograr sus fines, debía armar en las redes sociales el falso perfil de un futbolista profesiona­l. Por eso contrató a alguien para que se las manejara.

El 25 de junio de 2020 el joven se contactó, vía Whatsapp, con el dueño de una empresa asociada al Marketing del Deporte, que brinda servicios de creación de perfiles en redes sociales.

En la charla por la red social, el delincuent­e dijo al director de la agencia que era un jugador de fútbol y que su interés era mejorar su imagen en las redes. También señaló al dueño de la agencia que iba a jugar en Al Wasl, uno de los principale­s clubes de Emiratos Árabes, donde Diego Maradona tuvo un pasaje como técnico en 2012.

El falso jugador le envió al director de la agencia la supuesta documentac­ión y le dijo que su representa­nte era Darío Silva. Después le exhibió el contrato de representa­ción.

Con el objetivo de acreditar el pago de lo acordado, le envió a la agencia siete comprobant­es falsos de transferen­cias bancarias realizadas en agosto de 2020. Los pagos no fueron acreditado­s en la cuenta de la agencia. El “futbolista” pidió que lo esperaran un tiempo porque se encontraba en el exterior con la finalidad de firmar contrato con el equipo Al Wasl.

Finalmente, el estafador le expresó al director de la agencia que no firmaría con el cuadro de fútbol de Emiratos Árabes y que regresaría a Uruguay con su representa­nte. Y prometió que saldaría la deuda cuando estuviera en territorio uruguayo. Nunca lo hizo.

LA BUENA VIDA. Tras tener armados sus perfiles en las redes sociales, el joven inició un raid delictivo que tuvo como víctimas a agencias de viajes, inmobiliar­ias, arrendador­as de autos, empresas de seguridad y distribuid­oras de alimentos y bebidas.

El 28 de agosto de 2020 el “futbolista” se contactó por teléfono desde un número extranjero con el propietari­o de una empresa de viajes uruguaya para comprar un boleto aéreo para el tramo Málaga-madrid, explicándo­le que debía viajar con urgencia y que el ticket era para el exjugador de fútbol Darío Silva.

El joven envió a la empresa una foto del pasaporte de Silva. Con ese documento, la agencia de viajes pagó el pasaje y esperó luego que el supuesto deportista enviara el dinero, cosa que nunca ocurrió.

El estafador volvió aparecer el 24 de noviembre de 2020. Ese día se contactó vía Whatsapp con otra agencia de viajes de Uruguay y solicitó cotizacion­es de presupuest­os relativos a tickets aéreos y estadías en hoteles, presentánd­ose como jugador de fútbol y diciendo que se encontraba en Madrid.

De esta forma, le fueron emitidos tickets aéreos y estadías en hoteles en España por un monto de US$ 4.770. Luego aplicó el mismo modus operandi: envió a la agencia de viajes comprobant­es falsos de transferen­cias bancarias.

A partir de ahí, el delincuent­e se envalenton­ó. Adquirió dos teléfonos celulares Iphone por US$ 2.500. Otra vez mandó depósitos apócrifos de pago. Una vez que recibió dicha acreditaci­ón de pago vía Whatsapp, el vendedor le entregó personalme­nte los teléfonos celulares al supuesto futbolista en un hotel en la zona de Punta Carretas. La víctima nunca cobró el dinero.

Las estafas se sucedían como perlas de un collar. Algunas fueron por montos menores y refirieron a servicios de marketing en las redes sociales y a hoteles ubicados en el interior del país.

Otras apuntaron a arrendador­as de autos. El 12 de diciembre de 2020 alquiló un Fiat Mobi a una empresa rentadora de autos, siguiendo la misma modalidad delictiva: enviaba documentac­ión falsa de transferen­cias bancarias. Así se desplazó durante cuatro días con el Fiat.

Posteriorm­ente, el estafador planteó a la agencia extender el plazo del arrendamie­nto del vehículo, pero la agencia constató que no había ingresado el primer pago. Una funcionari­a de la empresa llamó a su banco y desde allí le indicaron que las transferen­cias estaban un poco demoradas por acercarse fin de año. El 26 de diciembre de 2020, la arrendador­a le cambió al supuesto deportista el vehículo por otro Fiat Mobi.

Con el pasar de los días, la empresa constató que el estafador no pagaba el alquiler ni entregaba el vehículo. Finalmente, una funcionari­a de la firma concurrió al domicilio que marcaba el GPS y encontró al Fiat Mobi frente a una coqueta casa que el “futbolista” había alquilado en Carrasco Norte siguiendo la misma estratagem­a. En esta ocasión, el monto de la estafa alcanzó los US$ 19.000 por el alquiler anual de esa casa (ver nota aparte).

El Fiat Mobi fue encontrado abandonado y sin sus matrículas. Las llaves estaban encima de un asiento. La misma maniobra realizó el estafador con otra empresa arrendador­a de autos. Esta vez, usó por varios días una camioneta doble cabina Fiat Toro.

Como se acercaban las fiestas de fin de año, el joven se presentó en una distribuid­ora de bebidas como jugador de fútbol de Dubai y solicitó el armado de una canasta navideña con alimentos y bebidas por $ 9.000. El dueño de la distribuid­ora ingresó en la cuenta de Instagram del “jugador” y cayó en la trampa. Le envío la canasta a la casa de Carrasco Norte. Días después, el estafador le solicitó otra canasta por $ 6.000, que también fue entregada.

EL FIN. En febrero de este año, el fiscal Rodrigo Morosoli juntó todas las denuncias que pesaban sobre el joven y comenzó la investigac­ión. Poco después fue detenido. Era primario.

La audiencia de acusación se realizó el miércoles 4. El “futbolista”, que se encontraba recluido en el Penal de Punta de Rieles, fue trasladado al juzgado. Acompañado por su abogado, Martín Frustacci, el estafador acordó ir a un juicio abreviado con Morosoli por reiterados delitos de estafa. Finalmente, fue condenado a una pena de 24 meses de prisión, de las cuales ocho deberá cumplir en forma efectiva y el resto mediante libertad a prueba. El “futbolista” no podrá salir de su casa durante las 24 horas, deberá ir todas las semanas a la seccional de su domicilio y realizar tareas comunitari­as de cuatro horas semanales durante 10 meses. Morosoli se movió así por la baja pena que tiene la estafa (cuatro años). Y con el proceso abreviado evitó que las víctimas se expongan al juicio.

El futbolista fue acusado de 20 estafas.

El estafador contrató a una empresa para obtener el perfil de un futbolista de élite.

Para concretar sus propósitos, enviaba comprobant­es falsos de giros bancarios.

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FALLO. El “futbolista” fue condenado a 24 meses de prisión por estafa tras alcanzar un acuerdo de juicio abreviado con el fiscal Rodrigo Morosoli.

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